domingo, 26 de diciembre de 2010

San Esteban (Reflexión del Papa en el 2007 sobre un gran modelo a seguir)

San Esteban, protomártir

Benedicto XVI
Audiencia del miércoles, 10 de enero de 2007
Queridos hermanos y hermanas:
Después de las fiestas, volvemos a nuestras catequesis. Había meditado con vosotros en las figuras de los doce apóstoles y de san Pablo. Después habíamos comenzado a reflexionar en otras figuras de la Iglesia primitiva. Hoy reflexionaremos en la persona de san Esteban, que la Iglesia festeja al día siguiente de Navidad. San Esteban es el más representativo de un grupo de siete compañeros.
La tradición ve en este grupo el germen del futuro ministerio de los "diáconos", aunque es preciso constatar que esta denominación no se encuentra en el libro de los Hechos de los Apóstoles. En cualquier caso, la importancia de san Esteban se manifiesta por el hecho de que san Lucas, en este importante libro, le dedica dos capítulos enteros.
La narración de san Lucas comienza constatando una subdivisión que existía dentro de la Iglesia primitiva de Jerusalén: estaba compuesta totalmente de cristianos de origen judío, pero algunos de estos eran originarios de la tierra de Israel —se les llamaba "hebreos"—, mientras que otros, de fe judía veterostestamentaria, procedían de la diáspora de lengua griega —se les llamaba "helenistas"—. Por eso comenzaba a perfilarse un problema: se corría el riesgo de descuidar a las personas más necesitadas entre los helenistas, especialmente a las viudas desprovistas de todo apoyo social, en la asistencia para su sustento diario.
Para salir al paso de estas dificultades, los Apóstoles, reservándose para sí mismos la oración y el ministerio de la Palabra como su tarea central, decidieron encargar a "siete hombres de buena fama, llenos de Espíritu y de sabiduría" que llevaran a cabo el oficio de la asistencia (cf.Hch 6,2-4), es decir, del servicio social caritativo. Con este objetivo, como escribe san Lucas, por invitación de los Apóstoles los discípulos eligieron siete hombres. Conocemos sus nombres: "Esteban, hombre lleno de fe y de Espíritu Santo, Felipe, Prócoro, Nicanor, Timón, Pármenas y Nicolás, prosélito de Antioquía. Los presentaron a los Apóstoles y, habiendo hecho oración, les impusieron las manos" (Hch 6, 5-6).
El gesto de la imposición de las manos puede tener varios significados. En el Antiguo Testamento, ese gesto tiene sobre todo el significado de transmitir un encargo importante, como hizo Moisés con Josué (cf. Nm 27, 18-23), designando así a su sucesor. En esta línea, también la Iglesia de Antioquía utilizará este gesto para enviar a Pablo y Bernabé en misión a los pueblos del mundo (cf. Hch 13, 3). A una análoga imposición de las manos sobre Timoteo, para transmitirle un encargo oficial, hacen referencia las dos cartas que san Pablo le dirigió (cf. 1 Tm 4, 14; 2 Tm 1, 6).
Que se trataba de una acción importante, que era preciso realizar después de un discernimiento, se deduce de lo que se lee en la primera carta a Timoteo: "No te precipites en imponer a nadie las manos; no te hagas partícipe de los pecados ajenos" (1 Tm 5, 22). Por tanto, vemos que el gesto de la imposición de las manos se desarrolla en la línea de un signo sacramental. En el caso de Esteban y sus compañeros se trata, ciertamente, de la transmisión oficial, por parte de los Apóstoles, de un encargo y al mismo tiempo de la imploración de una gracia para cumplirlo.
Conviene advertir que lo más importante es que, además de los servicios caritativos, san Esteban desempeña también una tarea de evangelización entre sus compatriotas, los así llamados "helenistas". En efecto, san Lucas insiste en que, "lleno de gracia y de poder" (Hch 6, 8), presenta en el nombre de Jesús una nueva interpretación de Moisés y de la misma Ley de Dios, relee el Antiguo Testamento a la luz del anuncio de la muerte y la resurrección de Jesús. Esta relectura del Antiguo Testamento, una relectura cristológica, provoca las reacciones de los judíos, que interpretan sus palabras como una blasfemia (cf. Hch 6, 11-14). Por este motivo es condenado a la lapidación. Y san Lucas nos transmite el último discurso del santo, una síntesis de su predicación.
Del mismo modo que Jesús había explicado a los discípulos de Emaús que todo el Antiguo Testamento habla de él, de su cruz y de su resurrección, también san Esteban, siguiendo la enseñanza de Jesús, lee todo el Antiguo Testamento en clave cristológica. Demuestra que el misterio de la cruz se encuentra en el centro de la historia de la salvación narrada en el Antiguo Testamento; muestra que realmente Jesús, el crucificado y resucitado, es el punto de llegada de toda esta historia. Y demuestra, por tanto, también que el culto del templo ha concluido y que Jesús, el resucitado, es el nuevo y auténtico "templo".
Precisamente este "no" al templo y a su culto provoca la condena de san Esteban, el cual, en ese momento, como nos dice san Lucas, mirando al cielo vio la gloria de Dios y a Jesús que estaba a su derecha. Y viendo en el cielo a Dios y a Jesús, san Esteban dijo: "Estoy viendo los cielos abiertos y al Hijo del hombre que está en pie a la diestra de Dios" (Hch 7, 56). Siguió su martirio, que de hecho se asemejó a la pasión de Jesús mismo, pues entregó al "Señor Jesús" su espíritu y oró para que el pecado de sus asesinos no les fuera tenido en cuenta (cf. Hch 7, 59-60).
El lugar del martirio de san Esteban, en Jerusalén, se sitúa tradicionalmente fuera de la puerta de Damasco, al norte, donde ahora se encuentra precisamente la iglesia de San Esteban, junto a la conocida École Biblique de los dominicos. Tras el asesinato de san Esteban, primer mártir de Cristo, se desencadenó una persecución local contra los discípulos de Jesús (cf. Hch 8, 1), la primera de la historia de la Iglesia. Constituyó la ocasión concreta que impulsó al grupo de los cristianos judío-helenistas a huir de Jerusalén y a dispersarse. Expulsados de Jerusalén, se transformaron en misioneros itinerantes: "Los que se habían dispersado iban por todas partes anunciando la buena nueva de la Palabra" (Hch 8, 4). La persecución y la consiguiente dispersión se convirtieron en misión. Así el Evangelio se propagó en Samaría, en Fenicia y en Siria, hasta llegar a la gran ciudad de Antioquía, donde, según san Lucas, fue anunciado por primera vez también a los paganos (cf. Hch 11, 19-20) y donde resonó por primera vez el nombre de "cristianos" (cf. Hch 11, 26).
En particular, san Lucas especifica que los que lapidaron a Esteban "pusieron sus vestidos a los pies de un joven llamado Saulo" (Hch 7, 58), el mismo que de perseguidor se convertiría en apóstol insigne del Evangelio. Eso significa que el joven Saulo seguramente escuchó la predicación de san Esteban y conoció sus contenidos principales. Y probablemente san Pablo se encontraba entre quienes, siguiendo y escuchando este discurso, "tenían los corazones consumidos de rabia y rechinaban sus dientes contra él" (Hch7,54).
Así podemos ver las maravillas de la Providencia divina: Saulo, adversario empedernido de la visión de Esteban, después del encuentro con Cristo resucitado en el camino de Damasco, retoma la interpretación cristológica del Antiguo Testamento hecha por el protomártir, la profundiza y la completa, y de este modo se convierte en el "Apóstol de los gentiles". Enseña que la Ley se cumple en la cruz de Cristo. Y la fe en Cristo, la comunión con el amor de Cristo, es el verdadero cumplimiento de toda la Ley. Este es el contenido de la predicación de san Pablo. Así demuestra que el Dios de Abraham se convierte en el Dios de todos. Y todos los creyentes en Cristo Jesús, como hijos de Abraham, se hacen partícipes de las promesas. En la misión de san Pablo se realiza la visión de san Esteban.
La historia de san Esteban nos da varias lecciones. Por ejemplo, nos enseña que el compromiso social de la caridad no se debe separar nunca del anuncio valiente de la fe. Era uno de los siete que se encargaban sobre todo de la caridad. Pero la caridad no se podía separar del anuncio. De este modo, con la caridad, anuncia a Cristo crucificado, hasta el punto de aceptar incluso el martirio.
Esta es la primera lección que podemos aprender de san Esteban: la caridad y el anuncio van siempre juntos.
San Esteban sobre todo nos habla de Cristo, de Cristo crucificado y resucitado como centro de la historia y de nuestra vida. Podemos comprender que la cruz ocupa siempre un lugar central en la vida de la Iglesia y también en nuestra vida personal. En la historia de la Iglesia no faltará nunca la pasión, la persecución. Y precisamente la persecución se convierte, según la famosa frase de Tertuliano, en fuente de misión para los nuevos cristianos. Cito sus palabras: "Nosotros nos multiplicamos cada vez que somos segados por vosotros: la sangre de los cristianos es una semilla" (Apologético 50, 13: "Plures efficimur quoties metimur a vobis: semen est sanguis christianorum"). Pero también en nuestra vida la cruz, que no faltará nunca, se convierte en bendición. Y aceptando la cruz, sabiendo que se convierte en bendición y es bendición, aprendemos la alegría del cristiano incluso en los momentos de dificultad. El valor del testimonio es insustituible, pues el Evangelio lleva a él y de él se alimenta la Iglesia.
Que san Esteban nos enseñe a aprender estas lecciones; que nos enseñe a amar la cruz, puesto que es el camino por el que Cristo se hace siempre presente entre nosotros.

domingo, 5 de diciembre de 2010

La pabrabra que Dios envia a nuestros Hermanos esta semana

Evangelio del día y comentarios a la Palabra diaria


Segunda Semana de Adviento

Del 6/12/2010 al 11/12/2010

La segunda semana de Adviento contempla las lecturas del llamado Segundo Isaías (capítulos 40-55 del libro de este profeta), escrito en una época mucho más tardía que el Primer Isaías (caps. 1-39). Se suele conocer como el “libro de la consolación”, ya que el consuelo es la tónica que lo caracteriza; consuelo que el profeta quiere transmitir al pueblo, al final de un exilio de unos cincuenta años en Babilonia (s. VI a. C.). Ese consuelo se basa en la confianza en Dios, cuyo fundamento es, por una parte, su poder creador al que nada resiste, y, por otra, su continua solicitud por Israel a lo largo de su historia pasada. Ese Dios que está a punto de intervenir restaurará las fuerzas debilitadas de su pueblo, a quien atenderá con mimo, a quien enseñará el camino del bien, para quien hará florecer el desierto. Los salmos de estos días son un eco de esta certeza y una invitación a bendecir la grandeza y la bondad del Señor que ya llega. En el evangelio de Mateo, Jesús confirma la bondad de ese Padre que busca al que se ha perdido, y ofrece su propio corazón como descanso al agobiado.



Las lecturas bíblicas de esta semana evocan también la figura de Elías, un profeta vigoroso y taumatúrgico, símbolo del juicio de Dios contra los impíos. En él podemos detectar una referencia implícita al Precursor del Señor, Juan el Bautista. De él habla también Jesús, que advierte de que ha llegado ya, aunque muchos no lo han reconocido ni han querido reaccionar al imperativo de su palabra.



Celebraremos también a san Ambrosio, obispo de Milán en el siglo IV y uno de los cuatro grandes doctores de la Iglesia latina (junto con san Agustín –a quien bautizó-, san Jerónimo y san Gregorio Magno). Y la solemnidad de la Inmaculada Concepción de María (la Purísima), dogma definido por la Iglesia en 1854. Esta fiesta nos recuerda que María fue la primera redimida por la muerte de su Hijo, pero también que ese es el destino que Dios proyectó para nosotros y del que ella es prototipo: ser “santos e irreprochables ante él por el amor” (Ef 1, 4).


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Lunes 6/12/2010


“La lengua del mundo cantará”


I. Contemplamos la Palabra

Lectura del libro de Isaías 35,1-10:

El desierto y el yermo se regocijarán, se alegrarán el páramo y la estepa, florecerá como flor de narciso, se alegrará con gozo y alegría. Tiene la gloria del Líbano, la belleza del Carmelo y del Sarión. Ellos verán la gloria del Señor, la belleza de nuestro Dios. Fortaleced las manos débiles, robusteced las rodillas vacilantes; decid a los cobardes de corazón: «Sed fuertes, no temáis. Mirad a vuestro Dios, que trae el desquite; viene en persona, resarcirá y os salvará.» Se despegarán los ojos del ciego, los oídos del sordo se abrirán, saltará como un ciervo el cojo, la lengua del mudo cantará. Porque han brotado aguas en el desierto, torrentes en la estepa; el páramo será un estanque, lo reseco, un manantial. En el cubil donde se tumbaban los chacales brotarán cañas y juncos. Lo cruzará una calzada que llamarán Vía Sacra: no pasará por ella el impuro, y los inexpertos no se extraviarán. No habrá por allí leones, ni se acercarán las bestias feroces; sino que caminarán los redimidos, y volverán por ella los rescatados del Señor. Vendrán a Sión con cánticos: en cabeza, alegría perpetua; siguiéndolos, gozo y alegría. Pena y aflicción se alejarán.



Sal 84,9ab-10.11-12.13-14 R/. Nuestro Dios viene y nos salvará

Voy a escuchar lo que dice el Señor: «Dios anuncia la paz a su pueblo y a sus amigos.» La salvación está ya cerca de sus fieles, y la gloria habitará en nuestra tierra. R/. La misericordia y la fidelidad se encuentran, la justicia y la paz se besan; la fidelidad brota de la tierra, y la justicia mira desde el cielo. R/. El Señor nos dará la lluvia, y nuestra tierra dará su fruto. La justicia marchará ante él, la salvación seguirá sus pasos. R/.

Lectura del santo evangelio según san Lucas 5,17-26:

Un día estaba Jesús enseñando, y estaban sentados unos fariseos y maestros de la ley, venidos de todas las aldeas de Galilea, Judea y Jerusalén. Y el poder del Señor lo impulsaba a curar. Llegaron unos hombres que traían en una camilla a un paralítico y trataban de introducirlo para colocarlo delante de él. No encontrando por donde introducirlo, a causa del gentío, subieron a la azotea y, separando las losetas, lo descolgaron con la camilla hasta el centro, delante de Jesús. Él, viendo la fe que tenían, dijo: «Hombre, tus pecados están perdonados.» Los escribas y los fariseos se pusieron a pensar: «¿Quién es éste que dice blasfemias? ¿Quién puede perdonar pecados más que Dios?» Pero Jesús, leyendo sus pensamientos, les replicó: «¿Qué pensáis en vuestro interior? ¿Qué es más fácil: decir "tus pecados quedan perdonados", o decir "levántate y anda"? Pues, para que veáis que el Hijo del hombre tiene poder en la tierra para perdonar pecados... –dijo al paralítico–: A ti te lo digo, ponte en pie, toma tu camilla y vete a tu casa.» Él, levantándose al punto, a la vista de ellos, tomó la camilla donde estaba tendido y se marchó a su casa dando gloria a Dios. Todos quedaron asombrados, y daban gloria a Dios, diciendo llenos de temor: «Hoy hemos visto cosas admirables.»

II. Oramos con la Palabra

JESÚS,Hombre y Dios verdadero, te compadeces del dolor del prójimo, le perdonas los pecados y, como prueba de tu divinidad, curas al paralítico, curas al paralítico. Así te acepto yo, y así espero que actúes en mí: que sigas perdonando mis pecados y que me des fuerza para caminar contigo, cargando cada día con la camilla de mi cruz. No hace falta cruz en ninguna vida, pero contigo pesa menos.

III. Compartimos la Palabra

¡Qué bellas consecuencias tiene en nuestra vida la acogida de Dios, que viene! Gritamos: ¡Ven!, pero no hacemos mucho por ir. Decimos: ¡transformanos!, pero no dejamos a un lado aquello que nos impide la preparación... ¿Qué hay dentro de muchos de nosotros para que, sabiendo la maravillosas consecuencias que tiene para nuestra vida la acogida de Dios, no lo acojamos? Es el misterio humano...


La primera lectura nos imprime, en la imaginación por medio de paradojas, la vida que brota, la Felicidad que surge, de acoger en nuestro interior el regalo de Dios. “Se despegarán los ojos del ciego, los oídos del sordo se abrirán, saltará como un ciervo el cojo, la lengua del mudo cantará” El profeta Isaías hace una descripción, utilizando imágenes, de qué es y cómo es el Reino de Dios o el reinado de Dios sobre nuestra Vida. En esencia es Vida plena, Felicidad. Esta es la gloria de Dios, la belleza de Dios.


En el Evangelio, Lucas nos presenta a Jesús como un sanador tradicional. Como casi siempre, los fariseos y letrados son “testigos” de las acciones de Jesús; pero también, como siempre, los fariseos no se encuentran abiertos a ver que hay de bueno, de bello... en aquello que hacen los otros, en este caso Jesús. No es Jesús quien los rechaza, sino que son ellos los que rechazan a Jesús. Son los fariseos, algunos de nosotros, los que no nos abrimos, no nos dejamos llevar por Dios. Miramos desde la categorías que sabemos, desde nuestro contexto, con nuestra visión colonialista, farisea... sin dejar que entre nueva luz que nos haga ver la realidad con más profundidad.


En este tiempo de adviento, ¿fariseos o caminantes? ¿cerrados a que Dios reine en nuestra vida o camilleros que portan a sus hermanos a la presencia de Dios? ¿arrogantes de saber quien es Dios o personas creyentes en que Dios da la Vida?

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Martes 7/12/2010 San Ambrosio de Milán

“Consolad, consolad a mi pueblo, dice vuestro Dios”

I. Contemplamos la Palabra

Lectura del libro de Isaías 40,1-11:

«Consolad, consolad a mi pueblo, –dice vuestro Dios–; hablad al corazón de Jerusalén, gritadle, que se ha cumplido su servicio, y está pagado su crimen, pues de la mano del Señor ha recibido doble paga por sus pecados.» Una voz grita: «En el desierto preparadle un camino al Señor; allanad en la estepa una calzada para nuestro Dios; que los valles se levanten, que montes y colinas se abajen, que lo torcido se enderece y lo escabroso se iguale. Se revelará la gloria del Señor, y la verán todos los hombres juntos –ha hablado la boca del Señor–.» Dice una voz: «Grita.» Respondo: «¿Qué debo gritar?» «Toda carne es hierba y su belleza corno flor campestre: se agosta la hierba, se marchita la flor, cuando el aliento del Señor sopla sobre ellos; se agosta la hierba, se marchita la flor, pero la palabra de nuestro Dios permanece por siempre.» Súbete a un monte elevado, heraldo de Sión; alza fuerte la voz, heraldo de Jerusalén; álzala, no temas, di a las ciudades de Judá: «Aquí está vuestro Dios. Mirad, el Señor Dios llega con poder, y su brazo manda. Mirad, viene con él su salario, y su recompensa lo precede. Como un pastor que apacienta el rebaño, su brazo lo reúne, toma en brazos los corderos y hace recostar a las madres.»

Sal 95,1-2.3.10ac.11-12.13-14 R/. Nuestro Dios llega con poder

Cantad al Señor un cántico nuevo, cantad al Señor, toda la tierra; cantad al Señor, bendecid su nombre, proclamad día tras día su victoria. R/. Contad a los pueblos su gloria, sus maravillas a todas las naciones. Decid a los pueblos: «El Señor es rey, él gobierna a los pueblos rectamente.» R/. Alégrese el cielo, goce la tierra, retumbe el mar y cuanto lo llena; vitoreen los campos y cuanto hay en ellos, aclamen los árboles del bosque. R/. Delante del Señor, que ya llega, ya llega a regir la tierra: regirá el orbe con justicia y los pueblos con fidelidad. R/.

Lectura del santo evangelio según san Mateo 18,12-14:

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «¿Qué os parece? Suponed que un hombre tiene cien ovejas: si una se le pierde, ¿no deja las noventa y nueve en el monte y va en busca de la perdida? Y si la encuentra, os aseguro que se alegra más por ella que por las noventa y nueve que no se habían extraviado. Lo mismo vuestro Padre del cielo: no quiere que se pierda ni uno de estos pequeños.»

II. Oramos con la Palabra

JESÚS,yo también me veo sobre tus hombros, después que, dándote la espalda, he corrido detrás de los ídolos, he abandonado tu redil y tú has ido en busca mía. Conocer tus preferencias por los pecadores es motivo de esperanza. Como lo es saber que la voluntad del Padre es que ninguno de tus pequeños –y yo lo soy– se pierda. ¡Grande es tu amor y tu misericordia!


III. Compartimos la Palabra

“Consolad, consolad a mi pueblo, dice vuestro Dios”

Una de las tareas de nuestra religión es la de consolar. “Consolad, consolad a mi pueblo, dice vuestro Dios”. Fue uno de los propósitos de Jesús: “Venid a mí los que estáis cansados y agobiados y yo os aliviaré”. Si hay gente desconsolada, cansada, agobiada… el consuelo es la medicina apropiada y necesaria. La vida humana, con frecuencia, nos muestra su cara hosca, y los dolores, los desgarros, los fracasos, los sinsabores dejan maltrecha y herida nuestra alma, que busca e implora consuelo. Nuestro Dios, a través de los profetas del Antiguo Testamento y, sobre todo, de Jesús nos ofrece un consuelo real y fuerte. No vale apoyarse en las realidades de nuestra existencia humana que son pasajeras, que se “agostan como la hierba y se marchitan como la flor”. Dios nos ofrece un consuelo más sólido y estable: su presencia continua. “Di a las ciudades de Judá: aquí esta vuestro Dios. Mirad: Dios, el Señor, llega con fuerza”.

Jesús, en el evangelio, nos recuerda que él, que es Dios, no sólo llega con fuerza y poder, sino también con amor. Todo su poder está guiado por el amor que nos tiene. Por eso, es capaz, como el buen pastor, de dejar las noventa y nueve ovejas en el aprisco y salir a buscar la oveja perdida, que sola y desorientada, camina angustiada rodeada de múltiples peligros. Y la oveja despistada y el pastor se alegran de su encuentro.

Jesús, el que nos ha amado hasta el extremo, como nos recuerda el Adviento sale siempre a nuestro encuentro y nos ofrece su consuelo regalándonos su luz, su amistad, su promesa de vida.

Celebramos la fiesta de San Ambrosio (340-397). Aclamado y elegido por el pueblo para ser obispo de Milán, dejó “su carrera política” para brindar a sus hermanos el consuelo de Dios, a través de la predicación de la buena noticia de Jesús de Nazaret.


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Miércoles, 8/12/2010

Este día no publicamos comentario a la Palabra, porque existe homilía. Puede consultar las ayudas homiléticas en nuestra página de predicación.

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Jueves 9/12/2010

“Os aseguro que no ha nacido de mujer uno más grande que Juan el Bautista; aunque el más pequeño en el Reino de los cielos es más grande que él”

I. Contemplamos la Palabra

Lectura del libro de Isaías 41,13-20:

Yo, el Señor, tu Dios, te agarro de la diestra y te digo: «No temas, yo mismo te auxilio.» No temas, gusanito de Jacob, oruga de Israel, yo mismo te auxilio –oráculo del Señor–. Tu redentor es el Santo de Israel. Mira, te convierto en trillo aguzado, nuevo, dentado: trillarás los montes y los triturarás; harás paja de las colinas; los aventarás, y el viento los arrebatará, el vendaval los dispersará; y tú te alegrarás con el Señor, te gloriarás del Santo de Israel. Los pobres y los indigentes buscan agua, y no la hay; su lengua está reseca de sed. Yo, el Señor, les responderé; yo, el Dios de Israel, no los abandonaré. Alumbraré ríos en cumbres peladas; en medio de las vaguadas, manantiales; transformaré el desierto en estanque y el yermo en fuentes de agua; pondré en el desierto cedros, y acacias, y mirtos, y olivos; plantaré en la estepa cipreses, y olmos y alerces, juntos. Para que vean y conozcan, reflexionen y aprendan de una vez, que la mano del Señor lo ha hecho, que el Santo de Israel lo ha creado.

Sal 144,1.9.10-11.12-13ab R/. El Señor es clemente y misericordioso, lento a la cólera y rico en piedad

Te ensalzaré, Dios mío, mi rey; bendeciré tu nombre por siempre jamás. El Señor es bueno con todos, es cariñoso con todas sus criaturas. R/. Que todas tus criaturas te den gracias, Señor, que té bendigan tus fieles; que proclamen la gloria de tu reinado, que hablen de tus hazañas; R/. explicando tus hazañas a los hombres, la gloria y majestad de tu reinado. Tu reinado es un reinado perpetuo, tu gobierno va de edad en edad. R/.

Lectura del santo evangelio según san Mateo 11,11-15:

En aquel tiempo, dijo Jesús a la gente: «Os aseguro que no ha nacido de mujer uno más grande que Juan, el Bautista; aunque el más pequeño en el reino de los cielos es más grande que él. Desde los días de Juan, el Bautista, hasta ahora se hace violencia contra el reino de Dios, y gente violenta quiere arrebatárselo. Los profetas y la Ley han profetizado hasta que vino Juan; él es Elías, el que tenía que venir, con tal que queráis admitirlo. El que tenga oídos que escuche.»

II. Oramos con la Palabra

Jesús, muchos fueron los profetas que anunciaron a tu pueblo tu llegada como Mesís Salvador. Pero reservaste a tu pariente Juan el privilegio de ser el mayor de todos ellos y de todos los hombres y mujeres del Antiguo Testamento. Pero ser miembro de tu Iglesia es un honor tan grande que necesito tu ayuda para estar a la altura de dicho honor. Confío en tu Palabra, necesito de tu gracia.

III. Compartimos la Palabra

Imaginaos que nos encontramos desterrados en una nueva Babilonia… Deportados y un bastante perdidos. Imaginaos cierta hostilidad por parte de los medios hacia ese “resto de Israel”, los seguidores de Jesús de Nazaret. Pues bien, en este marco de referencia, se nos anuncia la llegada de un Salvador. Escuchamos al Profeta Isaías, primero, y a Jesús de Nazaret, en el Evangelio.

“Yo, el Dios de Israel, no les abandonaré”

“No temas, gusanito de Jacob, oruga de Israel”. No temas, porque el Señor te lleva de la mano. No temas por más pequeño que te sientas. Dios está contigo. Es cierta tu debilidad ante la soberbia que te rodea, ante la “sabiduría” apabullante que creen tener quienes la ostentan. No temas en tu sencillez, en tu pequeñez, en tu humildad. La diestra del Señor es para ti más fuerte que toda su apariencia. Espera activamente. Prepárate para que, cuando llegue el Salvador, te encuentre dispuesto.

Esta es la disposición interior que Isaías quiere imprimir en los israelitas, para que la esperanza les haga remontarse sobre su situación y soñar, siempre activamente, con quien está a las puertas como Salvador.

Juan, el más grande y el más pequeño

A partir de hoy y hasta el día 16 nos va a acompañar Juan Bautista en nuestra preparación de Navidad. Juan es un profeta, y más que profeta: “el más grande entre los nacidos de mujer”, en boca de Jesús. No es un elogio restringido a sus contemporáneos, sino mucho más amplio y universal.

Y, sin embargo, es, al mismo tiempo, el más pequeño en el nuevo Reino de Dios. El Reino que dividirá la historia en un antes y un después. Juan fue el puente, el que despidió en AT e inició el Nuevo. Él señaló quién era el esperado, el Mesías, y, sin empacho alguno, despidió a sus discípulos para que siguieran al Señor. Así muestra Jesús la superioridad y grandeza del NT sobre el Antiguo y la prioridad del Reino sobre la Ley.

“El Reino de los cielos está en tensión”

Juan es ejemplo de reciedumbre y de entereza. Y esta misma entereza la necesitan cuantos se consideran seguidores del Reino de los cielos. No se trata de ser violentos, de entrar por la fuerza o empujando, sino todo lo contrario. La paz será la nota de los seguidores de Jesús. Una paz seria, basada y construida en justicia. Una paz muy trabajada y reflexionada. Una paz despierta, vivida y entregada con gozo y esperanza. Compatible con el dolor, nunca con la tristeza. Seguimiento vivido en “pacífica” tensión. Tensión y compromiso, similar al de Jesús, por cuantos estén necesitados de más y mejor humanidad.

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Viernes 10/12/2010


"Yo, el Señor, tu Dios, te enseño para tu bien, te guío por el camino que sigues".

I. Contemplamos la Palabra

Lectura del libro de Isaías 48,17-19:

Así dice el Señor, tu redentor, el Santo de Israel: «Yo, el Señor, tu Dios, te enseño para tu bien, te guío por el camino que sigues. Si hubieras atendido a mis mandatos, sería tu paz como un río, tu justicia como las olas del mar; tu progenie sería como arena, como sus granos, los vástagos de tus entrañas; tu nombre no sería aniquilado ni destruido ante mí.»

Sal 1,1-2.3.4.6 R/. El que te sigue, Señor, tendrá la luz de la vida

Dichoso el hombre que no sigue el consejo de los impíos, ni entra por la senda de los pecadores, ni se sienta en la reunión de los cínicos; sino que su gozo es la ley del Señor, y medita su ley día y noche. R/. Será como un árbol plantado al borde de la acequia: da fruto en su sazón y no se marchitan sus hojas; y cuanto emprende tiene buen fin. R/. No así los impíos, no así; serán paja que arrebata el viento. Porque el Señor protege el camino de los justos, pero el camino de los impíos acaba mal. R/.

Lectura del santo evangelio según san Mateo 11,16-19:

En aquel tiempo, dijo Jesús a la gente: «¿A quién se parece esta generación? Se parece a los niños sentados en la plaza, que gritan a otros: "Hemos tocado la flauta, y no habéis bailado; hemos cantado lamentaciones, y no habéis llorado." Porque vino Juan, que ni comía ni bebía, y dicen: "Tiene un demonio." Vino el Hijo del hombre, que come y bebe, y dicen: "Ahí tenéis a un comilón y borracho, amigo de publicanos y pecadores." Pero los hechos dan razón a la sabiduría de Dios.»

II. Oramos con la Palabra

JESÚS,te llaman comilón y borracho, y me da mucha tristeza semejante calumnia. Te acusan de ser amigo de publicanos y pecadores, y más que acusación me parece una alabanza, que me llena de gozo y de esperanza. En todo caso, hagas lo que hagas eres incomprendido y criticado por quienes se han constituido enemigos y jueces del Mesías. Para mí, en este Adviento, es una lección que quiero guardar: que me sea indiferente la opinión de los demás, con tal de que, ayudado por tu gracia, cumpla tu voluntad y crea que tu opinión es favorable.

III. Compartimos la Palabra

Dios sigue llamando

El hombre de hoy, como el pueblo de Israel ayer, pretende andar en componendas con Dios. No quiere aceptar el camino que Dios le marca, y así acaba en el destierro; no tiene paz, ni conoce la justicia. Se ve privado de la bendición de Dios, porque no quiere responder a su llamada a la conversión.

El Salmo responsorial repite: “El que te sigue, Señor, tendrá la luz de la vida”. Y canta la fecundidad, el progreso del hombre justo y fiel, que como árbol plantado al borde de la acequia, se sacia en las fuentes de agua viva que nos ofrece la Iglesia en la Palabra de Dios y en los Sacramentos.

Cierto que, mientras estamos de camino, tendremos que ir conjugando las lágrimas con las risas, el dolor con la dicha; habrá quien toque la flauta y tendremos que responder con la danza; y cuando llegue la prueba, tendemos que participar y aliviar el sufrimiento.

Es lo que hizo el Señor, que compartía nuestra vida, cuando sanaba a los enfermos y daba de comer a los que no tenían pan. Es lo que hace cada día cuando se nos da en la Eucaristía, y en el hermano, para que nos ayudemos a caminar con un espíritu sencillo y acogedor.


Con ser críticos, viendo solo lo negativo en los demás, encontrando un motivo de queja o descontento, pase lo que pase. Nuestras actitudes siempre tienen una repercusión en los que nos rodean, en nuestro entorno familiar o comunitario.

Que el Señor, amigo de publicanos y pecadores, nos haga sentir la urgencia de una verdadera conversión. Entonces, todas nuestras quejas y descontentos serán transformados en paz. Con Él, todo será ocasión de bendición y acción de gracias.


Sábado 11/12/2010


"Elías vendrá y lo renovará todo. Pero os digo que Elías ya ha venido, y no lo reconocieron, sino que lo trataron a su antojo".


I. Contemplamos la Palabra

Lectura del libro del Eclesiástico 48,1-4.9-11:

Surgió Elías, un profeta como un fuego, cuyas palabras eran horno encendido. Les quitó el sustento del pan, con su celo los diezmó; con el oráculo divino sujetó el cielo e hizo bajar tres veces el fuego. ¡Qué terrible eras, Elías!; ¿quién se te compara en gloria? Un torbellino te arrebató a la altura; tropeles de fuego, hacia el cielo. Está escrito que te reservan para el momento de aplacar la ira antes de que estalle, para reconciliar a padres con hijos, para restablecer las tribus de Israel. Dichoso quien te vea antes de morir, y más dichoso tú que vives.

Sal 79,2ac.3b.15-16.18-19 R/. Oh Dios, restáuranos, que brille tu rostro y nos salve

Pastor de Israel, escucha, tú que te sientas sobre querubines, resplandece; despierta tu poder y ven a salvarnos. R/. Dios de los ejércitos, vuélvete: mira desde el cielo, fíjate, ven a visitar tu viña, la cepa que tu diestra plantó, y que tú hiciste vigorosa. R/. Que tu mano proteja a tu escogido, al hombre que tú fortaleciste. No nos alejaremos de ti: danos vida, para que invoquemos tu nombre. R/.

Lectura del santo evangelio según san Mateo 17,10-13:

Cuando bajaban de la montaña, los discípulos preguntaron a Jesús: «¿Por qué dicen los escribas que primero tiene que venir Elías?» Él les contestó: «Elías vendrá y lo renovará todo. Pero os digo que Elías ya ha venido, y no lo reconocieron, sino que lo trataron a su antojo. Así también el Hijo del hombre va a padecer a manos de ellos.» Entonces entendieron los discípulos que se refería a Juan el Bautista.

II. Oramos con la Palabra

JESÚS, te dolía lo que hicieron con Juan el Bautista, el que tanto me ayuda, con su palabra y su fidelidad, a preparar en mi vida los caminos de tu venida. Juan fue tu precursor: anunció que estabas en medio de nosotros y no lo conocíamos. Y dio testimonio de la Verdad con su vida. ¡Dame parte del espíritu del nuevo Elías!

III. Compartimos la Palabra

¿Escuchamos o ignoramos a nuestro Juan Bautista de cada día?

Esperanza, espera, cruzarse de brazos, ponerse manos a la obra, A Dios rogando y con el mazo dando.

¿Oímos o escuchamos? ¿Somos noticia o hablamos de desgracia y muerte? ¿Condena o salvación? ¿Evangelio o costumbre? ¿Estamos preparados?

Nos encontramos en tiempo de Adviento, de esperanza, de noticias, de llegada, de preparación, ¿qué significa todo esto? ¿Cómo esperamos? ¿Acaso esperamos a Jesús como a la lluvia, detrás de un cristal mirando al cielo a que decida descargar?

Las lecturas de hoy hablan de escucha, pero de escucha profunda, desde el corazón, escucha a nuestro Juan Bautista de cada día.

Muchas veces escuchando otros fragmentos del Evangelio nos cuestionamos: ¿Quién es mi prójimo? ¿Cuándo niego yo como Pedro a Jesús? ¿Cuándo acojo yo a Jesús en uno de sus pequeños?...

Quizá hoy la pregunta pueda ser similar: ¿Acogemos a nuestro Juan Bautista? ¿Soy Juan Bautista para mis hermanas y hermanos?

Es decir, lo que hoy el Evangelio nos cuestiona es si somos capaces de ver en lo profundo, en el misterio. Si somos capaces de profundizar en nuestra vida, en nuestro contexto y escuchar desde lo profundo la voz de Dios, desde los signos de cada día, desde nuestras opciones, desde quien está a nuestro alrededor; o si, por el contrario, necesitamos que nos digan cómo y qué tenemos que escuchar y que creer, matando así a nuestro Juan Bautista, matando así lo que anuncia la presencia de Dios en nuestras vidas.

Pero en tiempo de Adviento no podemos cometer el error de pensar que nuestro papel solo es escuchar, NO. Al contrario, en tiempo de Adviento nuestra función es la de ser voz en el desierto, anunciar que Dios está cerca, ser Buena Noticia en nuestro mundo. Siendo conscientes que nuestro mensaje, aún desgarrando nuestra vida es anuncio y gracia para los demás.

¿Cómo hacer esto?

Observemos cómo cuando se acercan las fechas navideñas la gente pasea de tienda en tienda, todo el mundo mira escaparates, todo es “alegre” y “feliz”. ¿Alguien cree que una tienda podría vender con un escaparate triste, oscuro y negro?

Quizá es hora de hacer de nuestra predicación algo alegre, con luz y lleno de vida. No podemos pretender anunciar nuestra fe en escaparates de muerte, de condena y de tristeza. Revistamos nuestra fe de luces, de vida y de felicidad, sólo con este brillo nuestro mensaje será auténticamente liberador.

¿Estamos dispuestos? ¿Anunciamos o denunciamos? ¿Construimos o destruimos? ¿VIDA O MUERTE?

Elías ya vino, ¿nos dimos cuenta de ello?

sábado, 4 de diciembre de 2010

Los católicos que promueven el aborto no pueden comulgar

diaconos.permanentes@gmail.com

jueves, 2 de diciembre de 2010

No nos fuimos, estabamos disfrutando los recuerdos del retiro Espiritual !!!!!!!!

Reflexiones de Nuestro Director: El Presbitero Lic. Juan Morre

            La historia de Gillermo se puede escuchar frecuentemente. Es una situación a veces ambigüa, porque algunos jóvenes y niños pretenden unir el ministerio sagrado al matrimonio y de ese modo hacer las dos cosas sin renunciar a nada. En mi opinión toda vocación es personal, única e irrepetible. Esto desde el punto de vista subjetivo.
Objetivamente todo llamado está en función del servicio a la Iglesia y al mundo. Es un llamado para la misión. Ahora bien, todo cristiano está llamado a ser misionero, a anunciar el Evangelio con su propia vida, especialmente en los ambientes de la familia, el trabajo, el barrio... Esos son los primeros lugares a donde el Señor nos envía.
 Luego puede convocarnos para otro servicio especial. En el libro de los Hechos, si tomamos el texto como referencia al diaconado, se habla de una necesidad que surge en la comunidad por la atención de las viudas y huérfanos de los helenistas.
Los Apóstoles se dan cuenta que no pueden hacerlo todo y convocan a siete servidores para que se ocupen. De ningún modo el diaconado puede suplir al sacerdocio, sino en todo caso es un ministerio para el servicio con entidad propia, aunque unida indefectiblemente a los otros grados del sacramento del orden.El error en el que se puede caer es pensar que el diácono es un mini sacerdote o un super laico.
Ni lo uno, ni lo otro. Es un hombre que ha recibido la misión de atender a los pobres, asistir en la celebración de los sacramentos y predicar la Palabra.
Aún falta experiencia para poder sacar de este ministerio toda la riqueza que tiene.

lunes, 8 de noviembre de 2010

Diaconos en el Facebook

diaconos.permanentes@gmail.com
 Queridos Hermanos en Cristo:
Muchas veces no nos damos cuenta de las múltiples herramientas que Dios pone a nuestro alcance para la Evangelización, y sin embargo, somos capaces de utilizar cualquier medio para que la Palabra de Dios llegue hasta los confines de la tierra.
En estos tiempos de avances tecnológicos la Iglesia no puede mantenerse al margen. Es por eso que los Aspirantes y Diáconos Permanentes de la Diócesis de San Justo, tiene un lugar de encuentro en el Facebook
Diáconos de San Justo
Esta red virtual no es más difícil que las otras. Sólo tenemos que comenzar y practicar.
¡Que todo sea para la Gloria de Dios!
Armando

sábado, 6 de noviembre de 2010

Hermoso y profundo encuentro de los Diáconos y Aspirantes Con DIOS !!!

Diáconos permanentes realizaron su retiro anual

San Justo (Buenos Aires), 5 Nov. 10 (AICA)


Del 29 al 31 de octubre la Escuela de Ministerios y Diaconado Permanente “Pablo VI”, de la diócesis de San Justo, realizó el retiro espiritual anual con el objetivo de profundizar en “distintos temas que atañen al diácono, en especial sobre la responsabilidad de servir en una diócesis con características tan variadas y tan poblada como la de San Justo”.

Con modalidad de silencio, el retiro estuvo dirigido por el director de la Escuela, presbítero Juan Morre, y contó con la participación de una decena de diáconos que pudieron reflexionar sobre temas de importancia para su ministerio del altar, la Palabra y la caridad, y analizar en detalle los requisitos vocacionales, las realidades ministeriales, las características de los tiempos que les toca evangelizar, y la humildad, responsabilidad y madurez necesarias para asistir en el Sagrado Orden.

El padre Morre ahondó temas como las fuentes de la Lectio Divina; las oraciones litúrgicas de Laudes, Vísperas y Completas; la importancia de la espiritualidad mariana; la necesidad del contacto con los pobres; y la Palabra, la relación fraternal con el pueblo laical y el clero como condiciones fundamentales de los diáconos. También se vieron documentos de la Iglesia alrededor de temas doctrinales y teológicos, y autores de filosofía y psicología actual.

El retiro finalizó con la misa y luego se realizó el tradicional almuerzo con las esposas e hijos de los diáconos y los candidatos.+

domingo, 24 de octubre de 2010

Retiro Espiritual de Diáconos y Candidatos

Retiro Espiritual
Diáconos y candidatos
Obispado de San Justo
Del 29 al 31 de Octubre de 2010

Te rogamos que tengas un minuto de oración
Por nuestras almas y la de aquellos que
Recibirán en nombre de la Santa Iglesia Católica
Nuestra invitación a vivir: En Cristo y Por Cristo

domingo, 17 de octubre de 2010

Vigésima novena semana del Tiempo Ordinario (del 18/10/2010 al 23/10/2010)

Hnos.. Todos
Preparemos nuestro corazón para el retiro de Diáconos Permanentes y Candidatos Aspirantes al Diaconado Permanete que realizaremos los dias 29, 30 y 31 de Agosto en Ramos Mejia.
Tambien invitamos a todos los fieles de nuestra Dócesis de San Justo para que unan sus oraciones por nuestras vocaciones Diaconales .
ARMANDO

Introducción a la semana - Lunes - Martes - Miércoles - Jueves - Viernes - Sábado

Empieza la semana con la fiesta de san Lucas. ¡Cuánto tenemos que agradecer los textos que nos ofrecieron los evangelistas! Y en especial a san Lucas por su evangelio: el de la infancia de Jesús, con su estilo directo, y su compromiso con los humildes y pobres. Lucas está conmigo, dice Pablo en la primera lectura de ese día. Fue además buen compañero de Pablo. El resto de los días nos encontramos con las lecturas “continuas”. Las primeras lecturas tomadas de la carta a los Efesios muestran el carácter de honda teología de ese documento, explicitado por san Pablo desde la experiencia del hondo amor de Dios a los hombres, que se realiza en Jesús de Nazaret.

San Lucas es también el evangelista que nos encontramos en los textos evangélicos. Nos ofrece diversas parábolas de Jesús para hacer comprensible su catequesis. Unas veces esta se dirige a los discípulos, otras a la gente, una vez a algunos que le plantean una delicada cuestión, la cuestión de por qué el mal, el mal que generan los hombres se ceba en algunos de ellos. En otros textos aparece algo que es muy de san Lucas, la necesidad de estar vigilantes.

En uno de estos días de la semana puede que se celebre la “Dedicación de la iglesia”. Es una fiesta que alude al templo donde los cristianos forman comunidad orante. Un lugar que con su arquitectura muestra la relación hacia Dios de la vida humana y donde esta relación se celebra en comunidad. Es necesario venerar nuestras iglesias.

Lunes, 18/10/2010 San Lucas Evangelista, fiesta
"¡Poneos en camino!"

I. Contemplamos la Palabra
Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a Timoteo 4,9-17a:

Dimas me ha dejado, enamorado de este mundo presente, y se ha marchado a Tesalónica; Crescente se ha ido a Galacia; Tito, a Dalmacia; sólo Lucas está conmigo. Coge a Marcos y tráetelo contigo, ayuda bien en la tarea. A Tíquico lo he mandado a Éfeso. El abrigo que me dejé en Troas, en casa de Carpo, tráetelo al venir, y los libros también, sobre todo los de pergamino. Alejandro, el metalúrgico, se ha portado muy mal conmigo; el Señor le pagará lo que ha hecho. Ten cuidado con él también tú, porque se opuso violentamente a mis palabras. La primera vez que me defendí, todos me abandonaron, y nadie me asistió. Que Dios los perdone. Pero el Señor me ayudó y me dio salud para anunciar íntegro el mensaje, de modo que lo oyeran los gentiles.
Sal 144,10-11.12-13ab.17-18 R/. Que tus fieles, Señor, proclamen la gloria de tu reinado

Que todas tus criaturas te den gracias, Señor, que te bendigan tus fieles; que proclamen la gloria de tu reinado, que hablen de tus hazañas. R/. Explicando tus hazañas a los hombres, la gloria y majestad de tu reinado. Tu reinado es un reinado perpetuo, tu gobierno va de edad en edad. R/. El Señor es justo en todos sus caminos, es bondadoso en todas sus acciones; cerca está el Señor de los que lo invocan, de los que lo invocan sinceramente. R/.
Lectura del santo evangelio según san Lucas 10,1-9:

En aquel tiempo, designó el Señor otros setenta y dos y los mandó por delante, de dos en dos, a todos los pueblos y lugares adonde pensaba ir él. Y les decía: «La mies es abundante y los obreros pocos; rogad, pues, al dueño de la mies que mande obreros a su mies. ¡Poneos en camino! Mirad que os mando como corderos en medio de lobos. No llevéis talega, ni alforja, ni sandalias; y no os detengáis a saludar a nadie por el camino. Cuando entréis en una casa, decid primero: "Paz a esta casa." Y si allí hay gente de paz, descansará sobre ellos vuestra paz; si no, volverá a vosotros. Quedaos en la misma casa, comed y bebed de lo que tengan, porque el obrero merece su salario. No andéis cambiando de casa. Si entráis en un pueblo y os reciben bien, comed lo que os pongan, curad a los enfermos que haya, y decid: "Está cerca de vosotros el reino de Dios."»

II. Compartimos la Palabra

Todos los cristianos por naturaleza somos apóstoles, en el sentido amplio; es decir, el cristiano tiene por nota distintiva el ser predicador del nombre de Jesucristo, predicador de la Felicidad, de la Vida, contenida en la Palabra de Dios. Decir cristiano y decir seguidor de Jesucristo es decir lo mismo. El cristiano es aquel que “vive en sus carnes” la Felicidad de la Palabra de Dios. Y esta Vida plena sólo se puede gustar siendo seguidor de Jesucristo.

Celebramos hoy la fiesta de San Lucas, evangelista. Hombre, seguidor de Jesús, que experimentó la Vida que regala Jesucristo y que, además, contó su experiencia con Jesús en su obra. A Lucas se le ha denominado: el evangelista de la misericordia, el escritor de los gentiles, el gentil culto, el médico.... tantos y tantos calificativos que se han hecho en nuestra tradición sobre un personaje de primera fila de cristianismo primitivo. Personalmente, me llama la atención un calificativo que pasa desapercibido y que habla de la identidad personal de Lucas: Portador de la Luz. Esto significa etimológicamente Lucas.

Pocas veces he visto esta bella calificación de Lucas, que nos sitúa en una posición adecuada para comprender mejor a la figura de un apóstol. Un apóstol es un portador de la Luz, es aquel que porta, que lleva, luz en medio de la oscuridad; es aquel que dice una palabra clarificadora, iluminadora... Por ello, ser cristiano es ser seguidor de Jesús, es ser apóstol, es ser portador de la Luz de Dios con nuestra propia vida. El apóstol es aquel que arroja la Luz de Dios en medio de la confusión.

El pasaje evangélico que se nos ofrece en la festividad de San Lucas nos habla de este poder que tenemos los cristianos por el hecho de ser seguidores, apóstoles, de Jesús. Es el poder de dar una palabra bella, clarificadora... una palabra que, aunque la pronunciamos nosotros, no es nuestra; es de Dios. Nuestra palabra sera poderosa, o dicho de otra manera: creíble, cuando sea una palabra que se refiera a Dios y no a nosotros mismos. Aquí radica el poder de los cristianos. Nuestra palabra, con pretensiones de verdad, de esperanza, de misericordia... se convierte en Palabra de Dios. A esto se refiere el fragmento evangélico: el encargo dado a los 72 coincide en su contenido con la actividad de Jesús. Los apóstoles, los discípulos, los seguidores son los que proclaman la cercanía del Reino y los que curan enfermos.... Son los intermediarios del poder de Dios... Al ser seguidores de Jesús, recibimos la misma misión que Jesús: predicar el nombre de Dios, predicar la misericordia de Dios, predicar la Felicidad que es Dios.

Lucas comprendió esto a la perfección. Comprendió que la Palabra de Dios es misericordiosa y a ello dedico su vida y su obra. Por ello, San Lucas es el portador de la Luz de Dios, el portador de la Palabra misericordiosa de Dios.
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Martes, 19/10/2010
"Abrirle…apenas venga y llame".

I. Contemplamos la Palabra
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios 2,12-22:

Antes no teníais un Mesías, erais extranjeros a la ciudadanía de Israel y ajenos a las instituciones portadoras de la promesa. En el mundo no teníais ni esperanza ni Dios. Ahora, en cambio, estáis en Cristo Jesús. Ahora, por la sangre de Cristo, estáis cerca los que antes estabais lejos. Él es nuestra paz. Él ha hecho de los dos pueblos una sola cosa, derribando con su carne el muro que los separaba: el odio. Él ha abolido la Ley con sus mandamientos y reglas, haciendo las paces, para crear con los dos, en él, un solo hombre nuevo. Reconcilió con Dios a los dos pueblos, uniéndolos en un solo cuerpo mediante la cruz, dando muerte, en él, al odio. Vino y trajo la noticia de la paz: paz a vosotros, los de lejos; paz también a los de cerca. Así, unos y otros, podemos acercarnos al Padre con un mismo Espíritu. Por lo tanto, ya no sois extranjeros ni forasteros, sino que sois ciudadanos de los santos y miembros de la familia de Dios. Estáis edificados sobre el cimiento de los apóstoles y profetas, y el mismo Cristo. Jesús es la piedra angular. Por él todo el edificio queda ensamblado, y se va levantando hasta formar un templo consagrado al Señor. Por él también vosotros os vais integrando en la construcción, para ser morada de Dios, por el Espíritu.
Sal 84 R/. Dios anuncia la paz a su pueblo

Voy a escuchar lo que dice el Señor: «Dios anuncia la paz a su pueblo y a sus amigos.» La salvación está ya cerca de sus fieles, y la gloria habitará en nuestra tierra. R/. La misericordia y la fidelidad se encuentran, la justicia y la paz se besan; la fidelidad brota de la tierra, y la justicia mira desde el cielo. R/. El Señor nos dará la lluvia, y nuestra tierra dará su fruto. La justicia marchará ante él, la salvación seguirá sus pasos. R/.
Lectura del santo evangelio según san Lucas 12,35-38:

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Tened ceñida la cintura y encendidas las lámparas. Vosotros estad como los que aguardan a que su señor vuelva de la boda, para abrirle apenas venga y llame. Dichosos los criados a quienes el señor, al llegar, los encuentre en vela; os aseguro que se ceñirá, los hará sentar a la mesa y los irá sirviendo. Y, si llega entrada la noche o de madrugada y los encuentra así, dichosos ellos.»

II. Compartimos la Palabra

*
“Estáis en Cristo”

En su tiempo, San Pablo, dirigiéndose a los “gentiles”, les recordaba que no pertenecían al pueblo de Israel, el portador de la promesa de Dios, ni tenían al Mesías, ni la esperanza que Él traía. Cristo, con su llegada, derrumbó, ya en aquel entonces, esos muros de separación. “Estáis en Cristo”, decía San Pablo a los efesios y también nos lo dice a nosotros. El proyecto de Dios para toda la humanidad sin distinción de razas ni colores, proclamado por Cristo, derriba todas las barreras que los hombres levantamos con nuestras ideologías, nacionalidades, fobias…

Si estamos en Cristo, si aceptamos a Cristo, entraremos en su Reino, el Reino de Dios, en el que Dios es nuestro Padre y todos somos hermanos unos de otros. No hay más que un pueblo, el pueblo de Dios, no hay más que una familia universal, la familia de Dios. Formamos todos el único cuerpo de Cristo. Si Dios es Amor y le aceptamos… no puede haber división entre nosotros porque el amor nunca separa, sino que une, siembra la paz entre todos sus hijos.

*
Abrirle…apenas venga y llame

A lo largo de todo su evangelio, Jesús nos invita a que no vivamos distraídos, sin darnos cuenta de las cosas grandes que Dios nos ofrece a todos, en medio de las mil vicisitudes de nuestra historia. Quiere que siempre estemos vigilantes, ojo avizor para captar y responder a las múltiples maneras que tiene Dios de llamar a nuestra puerta… para que “apenas venga y llame” le abramos y le acojamos en nuestro corazón.

En nuestra relación con Dios nos pasa lo mismo que en nuestras relaciones humanas, con hombres y mujeres, sabiendo que son iguales y distintas. Con algunos de ellos estamos muy atentos parar cultivar y ahondar en esa relación, para que todo contribuya a hacerla más profunda. Estamos siempre preparados para crecer en la amistad con ellos, para vivir e intimar más con ellos… porque esa amistad con nos hace mucho bien, nos ayuda a vivir.
Jesús nos pide que estemos siempre preparados para nuestra relación con Dios, para abrirle la puerta cuando se acerque a nosotros y nos habla a través su Palabra, de nuestro hermanos, de los acontecimientos… no podemos vivir despistados, sino muy atentos. Sobre todo,a las venidas, llamadas, insinuaciones, citas… de Dios.

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Miércoles, 20/10/2010
“Al que mucho se le dio, mucho se le exigirá; al que mucho se le confió, más se le exigirá”

I. Contemplamos la Palabra
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios 3,2-12:

Habéis oído hablar de la distribución de la gracia de Dios que se me ha dado en favor vuestro. Ya que se me dio a conocer por revelación el misterio, del que os he escrito arriba brevemente. Leedlo y veréis cómo comprendo yo el misterio de Cristo, que no había sido manifestado a los hombres en otros tiempos, como ha sido revelado ahora por el Espíritu a sus santos apóstoles y profetas: que también los gentiles son coherederos, miembros del mismo cuerpo y participes de la promesa de Jesucristo, por el Evangelio, del cual yo soy ministro por la gracia que Dios me dio con su fuerza y su poder. A mí, el más insignificante de todos los santos, se me ha dado esta gracia: anunciar a los gentiles la riqueza insondable que es Cristo, aclarar a todos la realización del misterio, escondido desde el principio de los siglos en Dios, creador de todo. Así, mediante la Iglesia, los Principados y Potestades en los cielos conocen ahora la multiforme sabiduría de Dios, según el designio eterno, realizado en Cristo Jesús, Señor nuestro, por quien tenemos libre y confiado acceso a Dios, por la fe en él.
Is 12,2-3.4bcd.5-6 R/. Sacaréis aguas con gozo de las fuentes del Salvador

Él es mi Dios y Salvador: confiaré y no temeré, porque mi fuerza y mi poder es el Señor, él fue mi salvación. Y sacaréis aguas con gozo de las fuentes de la salvación. R/. Dad gracias al Señor, invocad su nombre, contad a los pueblos sus hazañas, proclamad que su nombre es excelso. R/. Tañed para el Señor, que hizo proezas, anunciadlas a toda la tierra; gritad jubilosos, habitantes de Sión: «Qué grande es en medio de ti el santo de Israel.» R/.
Lectura del santo evangelio según san Lucas 12,39-48:

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Comprended que si supiera el dueño de casa a qué hora viene el ladrón, no le dejaría abrir un boquete. Lo mismo vosotros, estad preparados, porque a la hora que menos penséis viene el Hijo del hombre.» Pedro le preguntó: «Señor, ¿has dicho esa parábola por nosotros o por todos?» El Señor le respondió: «¿Quién es el administrador fiel y solícito a quien el amo ha puesto al frente de su servidumbre para que les reparta la ración a sus horas? Dichoso el criado a quien su amo, al llegar, lo encuentre portándose así. Os aseguro que lo pondrá al frente de todos sus bienes. Pero si el empleado piensa: "Mi amo tarda en llegar", y empieza a pegarles a los mozos y a las muchachas, a comer y beber y emborracharse, llegará el amo de ese criado el día y a la hora que menos lo espera y lo despedirá, condenándolo a la pena de los que no son fieles. El criado que sabe lo que su amo quiere y no está dispuesto a ponerlo por obra recibirá muchos azotes; el que no lo sabe, pero hace algo digno de castigo, recibirá pocos. Al que mucho se le dio, mucho se le exigirá; al que mucho se le confió, más se le exigirá.»

II. Compartimos la Palabra

San Pablo, en el fragmento de su carta a los Efesios, insiste en el proyecto salvador universal de Dios, no sólo sobre los judíos sino también sobre los gentiles. Esto lo considera Pablo el misterio de Cristo revelado por el Espíritu. Para nosotros, algo normal; para los judíos contemporáneos de Pablo, algo que no podían entender fácilmente.
Jesús, en el Evangelio, propone hoy dos pequeñas parábolas, muy breve la primera; más trabajada la segunda. Las dos en la línea de los pasajes anteriores sobre la esperanza.

*
Vigilancia

Sorprende, en el ejemplo parabólico de Jesús, que la llegada del Señor sea comparada con la del ladrón. Éste no tiene nada que ver con el Señor, su comportamiento tampoco y los resultados del mismo menos aún. No tenemos que fijarnos tanto en la imagen cuanto en su intención y significado. Se busca hacer hincapié en lo inesperado de la llegada del Señor y en la consiguiente vigilancia para que eso no suceda. Sabemos que vendrá, estemos preparados. Preparados y vigilantes porque nadie conoce el día y la hora más que el Padre. Tanto la muerte como el ladrón juegan con el factor sorpresa. Si, avisados como estamos, preparamos aquel momento con delicadeza, tenacidad y perseverancia, podemos seguir expuestos a la sorpresa del ladrón, nunca a la de la llegada del Señor.

*
Fidelidad

La vigilancia en cristiano se llama fidelidad. La actitud de cuantos conocemos la voluntad de Dios sobre nosotros para este tiempo de espera y esperanza. Es la actitud de la Iglesia, todavía peregrina al encuentro del Padre. Dos tentaciones pudieran hacer peligrar lo que el Señor espera encontrar a su regreso: acostumbrarse a la ausencia, “el Señor está tardando”, y apoltronarse; y, en segundo lugar y más grave todavía, llegar a creernos dueños en lugar de sólo administradores. Se necesita mucha honradez para conducirnos en la vida según criterios y parámetros del Señor, no según los nuestros. Ese es el encargo recibido y del que tendremos que responder.

*
¿Quién vigila a los vigilantes?

“Señor, ¿has dicho esta parábola por nosotros o por todos?” Por vosotros, particularmente, y por todos, hubiera podido contestar Jesús. No todos tenemos la misma responsabilidad ni tenemos que responder todos de lo mismo. Pero, todos tenemos que vigilarnos a nosotros mismos. Porque “al que mucho se le dio, mucho se le exigirá; al que mucho se le confió, más se le exigirá”.

La mejor actitud durante la ausencia del Señor y hasta que vuelva es la limpieza del corazón para ser capaces de ver y apreciar las distintas, y a veces numerosas, misivas que podamos recibir del Señor interesándose por su casa y por nuestra gestión. En el Evangelio hay gestos mediante los cuales el Señor se hace presente, visita su casa, su viña, y anima o se queja de lo que encuentra. Todos somos vigilantes, todos tenemos nuestros talentos, todos hemos sido llamados y enviados. Y todos somos vigilados. En la medida en que nosotros nos adelantemos, en esa misma medida le facilitaremos al Señor su cometido.

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Jueves, 21/10/2010
“He venido a poner fuego en el mundo y ojala estuviera ya ardiendo”

I. Contemplamos la Palabra
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios 3,14-21:

Doblo las rodillas ante el Padre, de quien toma nombre toda familia en el cielo y en la tierra, pidiéndole que, de los tesoros de su gloria, os conceda por medio de su Espíritu robusteceros en lo profundo de vuestro ser, que Cristo habite por la fe en vuestros corazones, que el amor sea vuestra raíz y vuestro cimiento; y así, con todos los santos, lograréis abarcar lo ancho, lo largo, lo alto y lo profundo, comprendiendo lo que trasciende toda filosofía: el amor cristiano. Así llegaréis a vuestra plenitud, según la plenitud total de Dios. Al que puede hacer mucho más sin comparación de lo que pedimos o concebimos, con ese poder que actúa entre nosotros, a él la gloria de la Iglesia y de Cristo Jesús por todas las generaciones, por los siglos de los siglos. Amén.
Sal 32 R/. La misericordia del Señor llena la tierra

Aclamad, justos, al Señor, que merece la alabanza de los buenos. Dad gracias al Señor con la cítara, tocad en su honor el arpa de diez cuerdas. R/. Que la palabra del Señor es sincera, y todas sus acciones son leales; él ama la justicia y el derecho, y su misericordia llena la tierra. R/. Pero el plan del Señor subsiste por siempre, los proyectos de su corazón, de edad en edad. Dichosa la nación cuyo Dios es el Señor, el pueblo que él se escogió como heredad. R/. Los ojos del Señor están puestos en sus fieles, en los que esperan en su misericordia, para librar sus vidas de la muerte y reanimarlos en tiempo de hambre. R/.
Lectura del santo evangelio según san Lucas 12,49-53:

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «He venido a prender fuego en el mundo, ¡y ojalá estuviera ya ardiendo! Tengo que pasar por un bautismo, ¡y qué angustia hasta que se cumpla! ¿Pensáis que he venido a traer al mundo paz? No, sino división. En adelante, una familia de cinco estará dividida: tres contra dos y dos contra tres; estarán divididos el padre contra el hijo y el hijo contra el padre, la madre contra la hija y la hija contra la madre, la suegra contra la nuera y la nuera contra la suegra.»

II. Compartimos la Palabra

*
“Que el amor sea vuestra raíz y vuestro cimiento”

En este texto, Pablo, nos recuerda la Paternidad de Dios, somos sus hijos por adopción, y pide que, por la acción del Espíritu Santo, se robustezca nuestra fe en Cristo para que habite en plenitud en nuestros corazones.

Si Cristo habita en nosotros, el amor vivirá en nosotros, abarcándolo todo, en Cristo, y con Él llegaremos a la a la plenitud según Dios.

Cristo es el centro, el pléroma de la Iglesia, sin Él no podemos hacer nada, pero unidos a Él, raíz y sabia de nuestra vida cristiana, actuará en nosotros, nos dará la capacidad y la fuerza que necesitamos para la entrega ante el sacrificio; si como miembros de la Iglesia, nos dejamos llevar por la fuerza del Espíritu. Ella será la gloria de Cristo para siempre.

Sólo unidos a Cristo, podremos amar en profundidad a cuantos nos rodeen.

*
“He venido a poner fuego en el mundo y ojala estuviera ya ardiendo”

Jesús, centro de nuestra vida, ha venido a traer el fuego de su amor y es su deseo que prenda en nosotros la llama de ese amor. Si verdaderamente nos dejamos abrasar por Él, seremos testigos de sus amor ante el mundo, aunque muchas veces no seremos comprendidos, por eso vendrán discusiones e incluso persecuciones.

Solo en este sentido que podemos entender la frase de Jesús “No he venido a traer la paz, sino la guerra”.

¿No es esto lo que ha sucedido y sigue sucediendo en nuestros días? ¿Cuántas familias divididas por causa de la fe?.

Para algunos, hoy, la fe es un sincretismo, todo es válido, pero Jesús es claro, el que no está conmigo, está contra mi.

¿Dónde nos situamos nosotros?

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Viernes, 22/10/2010
“Si sabéis interpretar el aspecto de la tierra y del cielo, ¿cómo no sabéis interpretar el tiempo presente?”

I. Contemplamos la Palabra
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios 4,1-6:

Yo, el prisionero por el Señor, os ruego que andéis como pide la vocación a la que habéis sido convocados. Sed siempre humildes y amables, sed comprensivos, sobrellevaos mutuamente con amor; esforzaos en mantener la unidad del Espíritu con el vínculo de la paz. Un solo cuerpo y un solo Espíritu, como una sola es la esperanza de la vocación a la que habéis sido convocados. Un Señor, una fe, un bautismo. Un Dios, Padre de todo, que lo trasciende todo, y lo penetra todo, y lo invade todo.
Sal 23 R/. Éste es el grupo que viene a tu presencia, Señor

Del Señor es la tierra y cuanto la llena, el orbe y todos sus habitantes: él la fundó sobre los mares, él la afianzó sobre los ríos. R/. ¿Quién puede subir al monte del Señor? ¿Quién puede estar en el recinto sacro? El hombre de manos inocentes y puro corazón, que no confía en los ídolos. R/. Ése recibirá la bendición del Señor, le hará justicia el Dios de salvación. Éste es el grupo que busca al Señor, que viene a tu presencia, Dios de Jacob. R/.
Lectura del santo evangelio según san Lucas 12,54-59:

En aquel tiempo, decía Jesús a la gente: «Cuando veis subir una nube por el poniente, decís en seguida: "Chaparrón tenemos", y así sucede. Cuando sopla el sur, decís: "Va a hacer bochorno", y lo hace. Hipócritas: si sabéis interpretar el aspecto de la tierra y del cielo, ¿cómo no sabéis interpretar el tiempo presente? ¿Cómo no sabéis juzgar vosotros mismos lo que se debe hacer? Cuando te diriges al tribunal con el que te pone pleito, haz lo posible por llegar a un acuerdo con él, mientras vais de camino; no sea que te arrastre ante el juez, y el juez te entregue al guardia, y el guardia te meta en la cárcel. Te digo que no saldrás de allí hasta que no pagues el último céntimo.»

II. Compartimos la Palabra

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“ Un solo cuerpo, un Señor, un bautismo”

El ruego que nos hace Pablo desde la cárcel es vivir conforme al evangelio de Jesucristo. Hemos recibido una llamada divina desde el día de nuestro bautismo, y esta vocación se va desarrollando día a día con las personas que nos rodean.

No estamos en esta vida por casualidad, sino para cumplir una misión. Tampoco hemos sido convocados para glorificar a Dios sino para que se realice en nosotros la plenitud de Cristo que luego se prolongará en alabanza, sencillez, bondad, amabilidad, espíritu de servicio... Si ejercitamos estas virtudes desde nuestras fuerzas, pronto nos cansaremos; pero si estamos unidos a Cristo, desde la fe se trasciende todo, nos invadirá su Espíritu y seremos humildes en el Humilde, compasivos en el Compasivo, amables en el Amable... y esto es lo que da gloria a Dios.

Pidamos al Señor amar en su amor y alcanzaremos esa paz de la que nos habla san Pablo, la que nace de una fe confiada y nos pone en relación con las personas más necesitadas.
· “Si sabéis interpretar el aspecto de la tierra y del cielo, ¿cómo no sabéis interpretar el tiempo presente?”

Jesús nos enseña lo que aprende de su Padre. La primera lección que nos da este viernes es que no andemos atolondrados, que sepamos discernir los signos de los tiempos. Dios es nuestro Padre y quiere comunicarse con nosotros abramos pues los ojos de la mente y el corazón para estar despiertos y sepamos descubrir las señales que va dejando a nuestro lado, signos de su presencia a veces tan difíciles de reconocer en las desgracias humanas, pero ahí está Él amándonos y esperándonos.

En la segunda lección nos cuenta un ejemplo práctico de lo que se debe hacer y lo que se debe evitar: cuando discutas, ponte de acuerdo con tu contrincante antes de ir al juez; pero no con soborno ni con adulación, sino dialogando, perdonando y reconociendo su parte de verdad, que seguro que algo tiene. La discusión es buena siempre que estemos abiertos a la conversión, pues nos ayuda a crecer y a madurar nuestra vida de fe.

El hombre de manos inocentes y puro corazón, subirá al monte del Señor.

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Sábado, 23/10/2010
“Realizando la verdad en el amor, hagamos crecer todas las cosas hacia él”

I. Contemplamos la Palabra
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios 4,7-16:

A cada uno de nosotros se le ha dado la gracia según la medida del don de Cristo. Por eso dice la Escritura: «Subió a lo alto llevando cautivos y dio dones a los hombres.» El «subió» supone que había bajado a lo profundo de la tierra; y el que bajó es el mismo que subió por encima de todos los cielos para llenar el universo. Y él ha constituido a unos, apóstoles, a otros, profetas, a otros, evangelizadores, a otros, pastores y maestros, para el perfeccionamiento de los santos, en función de su ministerio, y para la edificación del cuerpo de Cristo; hasta que lleguemos todos a la unidad en la fe y en el conocimiento del Hijo de Dios, al hombre perfecto, a la medida de Cristo en su plenitud. Para que ya no seamos niños sacudidos por las olas y llevados al retortero por todo viento de doctrina, en la trampa de los hombres, que con astucia conduce al error; sino que, realizando la verdad en el amor, hagamos crecer todas las cosas hacia él, que es la cabeza: Cristo, del cual todo el cuerpo, bien ajustado y unido a través de todo el complejo de junturas que lo nutren, actuando a la medida de cada parte, se procura el crecimiento del cuerpo, para construcción de sí mismo en el amor.
Sal 121 R/. Vamos alegres a la casa del Señor

¡Qué alegría cuando me dijeron: «Vamos a la casa del Señor»! Ya están pisando nuestros pies tus umbrales, Jerusalén. R/. Jerusalén está fundada como ciudad bien compacta. Allá suben las tribus, las tribus del Señor. R/. Según la costumbre de Israel, a celebrar el nombre del Señor; en ella están los tribunales de justicia, en el palacio de David. R/.
Lectura del santo evangelio según san Lucas 13,1-9:

En una ocasión, se presentaron algunos a contar a Jesús lo de los galileos cuya sangre vertió Pilato con la de los sacrificios que ofrecían. Jesús les contestó: «¿Pensáis que esos galileos eran más pecadores que los demás galileos, porque acabaron así? Os digo que no; y, si no os convertís, todos pereceréis lo mismo. Y aquellos dieciocho que murieron aplastados por la torre de Siloé, ¿pensáis que eran más culpables que los demás habitantes de Jerusalén? Os digo que no; y, si no os convertís, todos pereceréis de la misma manera.» Y les dijo esta parábola: «Uno tenía una higuera plantada en su viña, y fue a buscar fruto en ella, y no lo encontró. Dijo entonces al viñador: "Ya ves: tres años llevo viniendo a buscar fruto en esta higuera, y no lo encuentro. Córtala. ¿Para qué va a ocupar terreno en balde?" Pero el viñador contestó: "Señor, déjala todavía este año; yo cavaré alrededor y le echaré estiércol, a ver si da fruto. Si no, la cortas."»

II. Compartimos la Palabra

La comunidad cristiana está formada, desde sus orígenes, por miembros que son y que se reconocen muy diferentes unos de otros. No podría ser de otro modo. Así somos todos los seres humanos que constituimos este diverso puzzle que formamos la humanidad. Estas distinciones personales pueden ser connotadas, tanto dentro como fuera de la Iglesia, como algo que nos distancia y que incluso nos invita al enfrentamiento.

Pablo recalca las diferencias de los que seguimos a Jesús, pero a reglón seguido subraya la única manera sensata de gestionarlas: la unidad de todos, la participación mutua, el enriquecimiento comunitario. El cuerpo de Cristo sólo se construye, afirma el apóstol, si cada uno, sin exclusión de nadie, cumple su función para el bien común. Lo contrario, continúa Pablo, es comportarse como niños que a la postre serán fácilmente influidos por cualquier viento de la vida.

Es un buen momento para preguntarnos en qué de diferentes somos cada uno de nosotros. No para pelearnos, no para presumir, no para destacar. Sí para aportar y para construir. Sólo si conozco lo que me diferencia de mi hermano me permitirá saber qué clase de ingrediente soy para añadirlo al guiso común.

Y las diferencias nunca podrán ser definidas por el título o el cargo que ostento en la Iglesia, sino por el fruto que puedo dar en ella. En nuestra querida Iglesia, muchos tienen ya etiquetado el cargo que desempeñan: los obispos, los laicos, los catequistas, los liturgistas o los representantes de Cáritas. Otros, en cambio, llevan tiempo buscando un apelativo que no encuentran o, incluso, que se les niega.

No es el título el que define la función. Es la función la que da sentido al cargo o al nombre. De otra manera podemos acabar siendo como esa higuera que ocupaba mucho terreno, que proyectaba una gran sombra…pero que no daba fruto. El hortelano, muy sensato, sugirió ponerse manos a la obra, para ver todo lo que podía sacar de ella.

Preguntémonos qué podemos dar y démoslo. Y sólo después, si nos queda tiempo y ganas, nos colocamos el apelativo.

domingo, 10 de octubre de 2010

Vigésima octava semana del Tiempo Ordinario (del 11/10/2010 al 16/10/2010)

Vigésima octava semana del Tiempo Ordinario (del 11/10/2010 al 16/10/2010)

Introducción a la semana - Lunes - Martes - Miércoles - Jueves - Viernes - Sábado
Introducción a la semana

En esta semana celebramos la fiesta de Ntra.Sra. del Pilar, el martes, día 12 y la de santa Teresa de Jesús, el viernes, día 15. La fiesta del Pilar alude a los inicios de la evangelización española, se basa en que la intervención de María hizo que Santiago siguiera en su misión y superara las dificultades que encontraba. Una tradición mantenida desde hace tiempo. Lo de santa Teresa es historia. Ella misma escribió la historia de su alma. La fiesta del Pilar, al coincidir ese día en el 1492, con el descubrimiento por los españoles de América, tiene una dimensión que quiere abarcar al mundo hispánico. Santa Teresa es quizás la santa más significativa de lo mejor de la espiritualidad española, espiritualidad que tiene sus raíces en nuestra idiosincrasia. Ambas fiestas tienen lecturas propias.

En la primera lectura de los días de “feria”, continúa la carta a los Gálatas, la magnífica carta de la libertad, la proclamación tan paulina de que es la fe la que salva, no la ley. A partir del jueves se proclamaran textos de la carta a los Efesios: el hondo documento en el que se muestra la centralidad de Cristo. Las lecturas del evangelio de Lucas de los días en lo que se sigue la lectura “continua”, manifiestan a un Jesús duro en el anuncio de los que les espera a los que se manifestaron ciegos y sordos a sus signos y palabras, y aún más duro en la denuncia del modo de ser y actuar de los fariseos. Son palabras para tener muy en cuenta.
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Lunes, 11/10/2010
“ Para vivir en libertad, Cristo nos ha liberado”

I. Contemplamos la Palabra
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Gálatas 4,22-24.26-27.31–5,1:

En la Escritura se cuenta que Abrahán tuvo dos hijos, uno de la esclava y otro de la libre; el hijo de la esclava nació de modo natural, y el de la libre por una promesa de Dios. Esto tiene un significado: Las dos mujeres representan dos alianzas. Agar, la que engendra hijos para la esclavitud, significa la alianza del Sinaí. La Jerusalén de arriba es libre; ésa es nuestra madre, como dice la Escritura: «Alégrate, estéril, que no das a luz, rompe a gritar, tú que no conocías los dolores de parto, porque la abandonada tiene más hijos que la que vive con el marido.» Resumiendo, hermanos, no somos hijos de la esclava, sino de la mujer libre. Para vivir en libertad, Cristo nos ha liberado. Por tanto, manteneos firmes, y no os sometáis de nuevo al yugo de la esclavitud.
Sal 112,1-2.3-4.5-7 R/. Bendito sea el nombre del Señor por siempre

Alabad, siervos del Señor, alabad el nombre del Señor. Bendito sea el nombre del Señor, ahora y por siempre. R/. De la salida del sol hasta su ocaso, alabado sea el nombre del Señor. El Señor se eleva sobre todos los pueblos, su gloria sobre los cielos. R/. ¿Quién como el Señor, Dios nuestro, que se eleva en su trono y se abaja para mirar al cielo y a la tierra? Levanta del polvo al desvalido, alza de la basura al pobre. R/.
Lectura del santo evangelio según san Lucas 11,29-32:

En aquel tiempo, la gente se apiñaba alrededor de Jesús, y él se puso a decirles: «Esta generación es una generación perversa. Pide un signo, pero no se le dará más signo que el signo de Jonás. Como Jonás fue un signo para los habitantes de Nínive, lo mismo será el Hijo del hombre para esta generación. Cuando sean juzgados los hombres de esta generación, la reina del Sur se levantará y hará que los condenen; porque ella vino desde los confines de la tierra para escuchar la sabiduría de Salomón, y aquí hay uno que es más que Salomón. Cuando sea juzgada esta generación, los hombres de Nínive se alzarán y harán que los condenen; porque ellos se convirtieron con la predicación de Jonás, y aquí hay uno que es más que Jonás.»

II. Compartimos la Palabra

En la primera lectura continuamos con la lectura de la carta a los Gálatas. Pablo, en el fragmento de hoy, realiza una interpretación de la Escritura del Antiguo Testamento. No es cualquier interpretación la que hace Pablo, ya que su formación judaica es excelente, como sabemos, a los pies de Gamaiel. Por tanto, la interpretación paulina de la historia de Abraham es una interpretación fundamentada.

La comunidad de Galacia se encuentra retrocediendo, mirando atrás... por culpa de los “cristianos” judaizantes, venidos de Jerusalén tras la predicación paulina con la intención de volver a las raíces judías. El problema de estos “judaizantes” no era que predicaran en contra de Pablo y este tuviera que defenderse, sino que el problema en que conocían a Jesús de oídas u, aún, no habían experimentado la liberación del Evangelio de Jesucristo. Continuaban atados a las tradiciones judías más ortodoxas, las cuales, eran hechura humana y no divina. Pablo, viendo el estado de “vuelta atrás”, en que se estaba sumiendo la comunidad de Galacia emprende con fuerza una interpretación de la Escrituras del Antiguo Testamento para que se dieran cuenta de que todo lo dicho por tradición judaica apunta a Jesús, Hijo de Dios. Pablo lo que hace es revelar el significado oculto en las Escrituras a la cabezas, a la intelectualidad de Galacia.

Pero hay una parte de la fe cristiana, y que Pablo conoce muy bien, que no se revela por el conocimiento intelectual, sino por la experiencia. Esta parte de la fe cristiana no se adquiere, sino que se recibe gratuitamente... es don, regalo. De esta parte es la que habla Pablo en el fragmento que tenemos hoy en la primera lectura: la libertad que nace de vivir desde Jesucristo y no desde la ortodoxia judía.

El Evangelio se abre con una sentencia fuerte: “Esta generación es una generación perversa” Lo que me pregunto es que habrían hecho o dicho para que Jesús se despache con esta sentencia. A renglón seguido viene la razón: Piden un signo. ¿Qué más signos quieren los judíos de que Él, es el Mesías anunciado en las Escrituras? No llama perversos a las personas, sino a la cerrazón, a la incredulidad de sus mentes, las cuales les impide ver el gran signo: Adonai, Yahév, el Mesías se deja ver en el rostro de Jesús.

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Martes, 12/10/2010 Ntra. Sra. del Pilar
"Dichosos los que escuchan la palabra de Dios y la cumplen"

I. Contemplamos la Palabra
Lectura del primer libro de las Crónicas 15,3-4. 15-16;16,1-2:

En aquellos días, David congregó en Jerusalén a todos los israelitas, para trasladar el arca del Señor al lugar que le habla preparado. Luego reunió a los hijos de Aarón y a los levitas. Luego los levitas se echaron los varales a los hombros y levantaron en peso el arca de Dios, tal como habla mandado Moisés por orden del Señor. David mandó a los jefes de los levitas organizar a los cantores de sus familias, para que entonasen cantos festivos acompañados de instrumentos, arpas, cítaras y platillos. Metieron el arca de Dios y la instalaron en el centro de la tienda que David le habla preparado. Ofrecieron holocaustos y sacrificios de comunión a Dios y, cuando David terminó de ofrecerlos, bendijo al pueblo en nombre del Señor.
Sal 26,1.3.4.5 R/. El Señor me ha coronado, sobre la columna me ha exaltado

El Señor es mi luz y mi salvación, ¿a quién temeré? El Señor es la defensa de mi vida, ¿quién me hará temblar? R/. Si un ejército acampa contra mí, mi corazón no tiembla; si me declaran la guerra, me siento tranquilo. R/. Una cosa pido al Señor, eso buscaré: habitar en la casa del Señor por los días de mi vida; gozar de la dulzura del Señor, contemplando su templo. R/. El me protegerá en su tienda el día del peligro; me esconderá en lo escondido de su morada, me alzará sobre la roca. R/.
Lectura del santo evangelio según san Lucas 11,27-28:

En aquel tiempo, mientras Jesús hablaba a la gente, una mujer de entre el gentío levantó la voz, diciendo: «Dichoso el vientre que te llevó y los pechos que te criaron.» Pero él repuso: «Mejor, dichosos los que escuchan la palabra de Dios y la cumplen.»

II. Compartimos la Palabra

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¿Qué guardamos y rumiamos en nuestro corazón?

Según la tradición, la Virgen se apareció al apóstol Santiago en Zaragoza. Como signo de su presencia trajo una columna o pilar. Éste es el origen de la advocación de la Virgen del Pilar.
Además de la alabanza que Jesús hace de su madre, de manera indirecta, en el evangelio de hoy, porque nadie mejor que ella escuchó la palabra de Dios y la cumplió, podemos apoyarnos en lo que el evangelista Lucas dice de ella: “guardaba todo esto y lo meditaba en su corazón”, para hacernos alguna pregunta. Lo que guardaba y meditaba María en su corazón eran todas las cosas que sucedían en torno a su Hijo Jesús. ¿Qué guardamos y rumiamos nosotros en nuestro corazón? Con harta frecuencia guardamos y rumiamos todo lo malo que nos ha sucedido en la vida, guardamos también los brotes crecidos de maldad que anidan en él, como envidias, celos, agresividades, egoísmos, rencores… El resultado es claro: un corazón agriado por el mal. Y como sabemos que “de la abundancia del corazón habla la lengua” y que de él proceden todas nuestras acciones… el mal reina en nuestra vida, en nuestro pensar y en nuestro actuar.
María nos invita a algo bien distinto. Nos invita a que guardemos en nuestro corazón a su hijo Jesús y que le dejemos actuar en él. El irá, poco a poco, moldeando nuestro corazón a su corazón, moldeando nuestros pensamientos, sentimientos a los suyos y, como consecuencia de ello, nuestras obras también irán en la línea de Cristo Jesús. Pidamos a nuestra madre María, la Virgen del Pilar, que guardemos y meditemos en nuestro corazón lo mismo que ella.
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Miércoles, 13/10/2010
“Habría que practicar el derecho y el amor de Dios sin descuidar los diezmos”

I. Contemplamos la Palabra
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Gálatas 5, 18-25

Hermanos: Si os guía el Espíritu, no estáis bajo el dominio de la ley. Las obras de la carne están patentes: fornicación, impureza, libertinaje, idolatría, hechicería, enemistades, contiendas, envidias, rencores, rivalidades, partidismo, sectarismo, discordias, borracheras, orgías y cosas por el estilo. Y os prevengo, como ya os previne, que los que así obran no heredarán el reino de Dios. En cambio, el fruto del Espíritu es: amor, alegría, paz, comprensión, servicialidad, bondad, lealtad, amabilidad, dominio de si. Contra esto no va la ley. Y los que son de Cristo Jesús han crucificado su carne con sus pasiones y sus deseos. Si vivimos por el Espíritu, marchemos tras el Espíritu.
Sal 1, 1-2. 3. 4 y 6 R. El que te sigue, Señor, tendrá la luz de la vida

Dichoso el hombre que no sigue el consejo de los impíos, ni entra por la senda de los pecadores, ni se sienta en la reunión de los cínicos; sino que su gozo es la ley del Señor, y medita su ley día y noche. R. Será como un árbol plantado al borde de la acequia: da fruto en su sazón y no se marchitan sus hojas; y cuanto emprende tiene buen fin. R. No así los impíos, no así; serán paja que arrebata el viento. Porque el Señor protege el camino de los justos, pero el camino de los impíos acaba mal. R.
Lectura del santo evangelio según san Lucas 11, 42-46

En aquel tiempo, dijo el Señor: -«¡Ay de vosotros, fariseos, que pagáis el diezmo de la hierbabuena, de la ruda y de toda clase de legumbres, mientras pasáis por alto el derecho y el amor de Dios! Esto habría que practicar, sin descuidar aquello. ¡Ay de vosotros, fariseos, que os encantan los asientos de honor en las sinagogas y las reverencias por la calle! ¡Ay de vosotros, que sois como tumbas sin señal, que la gente pisa sin saberlo! » Un maestro de la Ley intervino y le dijo: -«Maestro, diciendo eso nos ofendes también a nosotros.» Jesús replicó: -«¡Ay de vosotros también, maestros de la Ley, que abrumáis a la gente con cargas insoportables, mientras vosotros no las tocáis ni con un dedo! »

II. Compartimos la Palabra

Todos somos humanos, solemos decir para disculpar nuestros errores. Pero, ante párrafos evangélicos como el de hoy me inclino a dudar de la veracidad de la frase. Si fuéramos humanos, hondamente humanos, nos equivocaríamos menos, de entrada, y nos disculparíamos diciendo: “Fui inhumano. No me porté como se espera de una persona profundamente humana”. Quizá de forma un tanto o un bastante inconsciente, tendemos a solicitar humanidad hacia nosotros, sin pensar que primero somos nosotros los que tenemos que mostrarla hacia los demás. Jesús, que era Dios, sin dejar de serlo, se mostró siempre como la persona más humana, más cercana a nosotros. Si hay algo que detestó fue la inhumanidad que vivían y padecían tantos pobres, enfermos, desamparados y desgraciados como se encontró.

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Los diezmos y el amor de Dios. Los detalles y lo esencial

En tiempos de Jesús la religión oficial funcionaba. En el Templo de Jerusalén había un culto espléndido. Los sacerdotes, los escribas, los fariseos, saduceos y demás autoridades se preocupaban no sólo de interpretar la Ley sino de cumplirla y hacerla cumplir. Los fariseos, al margen de sus defectos, eran cumplidores rigurosísimos de todo lo relacionado con Yahvé, el Templo y el culto. Se entregaban los diezmos del comino y de la menta… Exteriormente todo marchaba muy bien.

Sin embargo no era así como Jesús entendía la religión, el culto, la relación del hombre con Dios y la relación de unos con otros. En otro momento llegó a decirles sobre la adoración que Dios quería: “Llega la hora, y ya estamos en ella, en que los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad. Entonces serán verdaderos adoradores del Padre, tal como El mismo lo quiere.” (Jn. 4, 23-24). Bien está lo externo cuando es expresión de lo interno. “Esto habría que practicar sin descuidar aquello”

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¿Sobre qué hombros cargo las cargas no siempre soportables?

Otra de las ideas de Jesús en el párrafo evangélico de hoy es la de la hipocresía de muchos dirigentes religiosos de Israel, su falta de coherencia. Hasta tal punto que llega a aconsejar: “Haced lo que os digan, pero no hagáis lo que ellos hacen. Porque ellos no hacen lo que dicen”. Queda, al menos, el consuelo de que el mensaje está correctamente trasmitido; la doctrina es auténtica. Pero, el testimonio es incorrecto. Hay una contradicción entre lo que se dice y lo que se hace.

Fácilmente esto puede degenerar en manipulación de la conciencia de personas buenas, pero sin gran formación. Algo deleznable. “Cargan a la gente fardos insoportables sobre sus hombros, pero ellos no mueven un dedo para ayudar”.
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Jueves, 14/10/2010
“Nos eligió en la persona de Cristo antes de crear el mundo”

I. Contemplamos la Palabra
Comienzo de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios 1,1-10:

Pablo, apóstol de Cristo Jesús por designio de Dios, a los santos y fieles en Cristo Jesús, que residen en Éfeso. Os deseo la gracia y la paz de Dios, nuestro Padre, y del Señor Jesucristo. Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos ha bendecido en la persona de Cristo con toda clase de bienes espirituales y celestiales. Él nos eligió en la persona de Cristo, antes de crear el mundo, para que fuésemos santos e irreprochables ante él por el amor. Él nos ha destinado en la persona de Cristo, por pura iniciativa suya, a ser sus hijos, para que la gloria de su gracia, que tan generosamente nos ha concedido en su querido Hijo, redunde en alabanza suya. Por este Hijo, por su sangre, hemos recibido la redención, el perdón de los pecados. El tesoro de su gracia, sabiduría y prudencia ha sido un derroche para con nosotros, dándonos a conocer el misterio de su voluntad. Éste es el plan que había proyectado realizar por Cristo cuando llegase el momento culminante: recapitular en Cristo todas las cosas del cielo y de la tierra.
Sal 97,1.2-3ab.3cd-4.5-6 R/. El Señor da a conocer su victoria

Cantad al Señor un cántico nuevo, porque ha hecho maravillas: su diestra le ha dado la victoria, su santo brazo. R/. El Señor da a conocer su victoria, revela a las naciones su justicia: se acordó de su misericordia y su fidelidad en favor de la casa de Israel. Lectura del santo evangelio según san Lucas (11,47-54):

En aquel tiempo, dijo el Señor: «¡Ay de vosotros, que edificáis mausoleos a los profetas, después que vuestros padres los mataron! Así sois testigos de lo que hicieron vuestros padres, y lo aprobáis; porque ellos los mataron, y vosotros les edificáis sepulcros. Por algo dijo la sabiduría de Dios: "Les enviaré profetas y apóstoles; a algunos los perseguirán y matarán"; y así, a esta generación se le pedirá cuenta de la sangre de los profetas derramada desde la creación del mundo; desde la sangre de Abel hasta la de Zacarías, que pereció entre el altar y el santuario. Sí, os lo repito: se le pedirá cuenta a esta generación. ¡Ay de vosotros, maestros de la Ley, que os habéis quedado con la llave del saber; vosotros, que no habéis entrado y habéis cerrado el paso a los que intentaban entrar!» Al salir de allí, los escribas y fariseos empezaron a acosarlo y a tirarle de la lengua con muchas preguntas capciosas, para cogerlo con sus propias palabras.

II. Compartimos la Palabra

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“Nos eligió en la persona de Cristo antes de crear el mundo”

Este himno, cristológico, es uno de los pasajes más bellos y profundos de las cartas de Pablo. En él, está resumida la Historia de nuestra Salvación.
Comienza dando gracias y bendiciendo al Padre, que en Cristo, nos ha colmado de toda clase de bienes, antes de crear el mundo, por Él y en El, gozamos de:

* Bendición-:Nos ha bendecido con toda clase de bienes espirituales y celestiales.
* Elección - Nos ha elegido para que seamos santos e irreprochables ante Él , por el Amor.
* Filiación – Nos ha hecho hijos suyos, por propia iniciativa para que seamos alabanza suya.
* Redención-Por este Hijo , por su sangre, hemos sido redimidos.
* Revelación-Nos ha dado a conocer el misterio de su voluntad: Su Plan de Salvación.
* Recapitular todas las cosas en Cristo, las del cielo y las de la tierra.

La Iglesia lo recita todos los lunes en el rezo de vísperas, que sepamos hacerlo vida dando gracias a Dios por tanto Don.

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“Les enviaré profetas y apóstoles, a algunos los perseguirán y matarán”

Seguimos con la lectura del capítulo 11, días atrás, hemos visto a Jesús, dialogando con sus opositores. El fariseo, que invitó a Jesús a comer, critica que no se ha lavado las manos, Jesús, les hace ver que eso no está dentro de la Ley, viene de las tradiciones rabínicas. Hay cosas mas importantes en la Ley , que los fariseos se saltan. Para aparentar que son muy religiosos, levantan monumentos a los profetas a quienes sus antepasados mataron”. Jesús les achaca a ellos el consentimiento de esas muertes (Tal vez con estas palabras hace un anuncio de su pasión). Creen conocer la Ley mejor que nadie y muchas veces, ponen más fuerza en sus opiniones que en contenido mismo de la Escritura. Es este el motivo por el cual, Jesús les echa en cara que se creen dueños de la Ley, interpretándola a su modo, impidiendo al pueblo entrar en el verdadero contenido “porqu:” ellos se guardan la llave”.
Demos gracias a Dios, porque nosotros podemos acercarnos a la Escritura, que sepamos llegar a Ella y con la fuerza del Espíritu, no nos quedemos en la letra, leámosla démosle vida..
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Viernes, 15/10/2010 Santa Teresa de Jesús
"Te doy gracias, Padre, porque has escondido estas cosas a sabios y entendidos y se las has revelado a la gente sencilla"

I. Contemplamos la Palabra
Lectura del libro del Eclesiástico 15,1-6:

El que teme al Señor obrará así, observando la ley, alcanzará la sabiduría. Ella le saldrá al encuentro como una madre y lo recibirá como la esposa de la juventud; lo alimentará con pan de sensatez y le dará a beber agua de prudencia; apoyado en ella no vacilará y confiado en ella no fracasará; lo ensalzará sobre sus compañeros, para que abra la boca en la asamblea; lo llena de sabiduría e inteligencia, lo cubre con vestidos de gloria; alcanzará gozo y alegría, le dará un nombre perdurable.
Sal 88,2-3.6-7.8-9.16-17.18-19 R/. Contaré tu fama a mis hermanos, en medio de la asamblea te alabaré

Cantaré eternamente las misericordias del Señor, anunciaré tu fidelidad por todas las edades. Porque dije: «Tu misericordia es un edificio eterno, más que el cielo has afianzado tu fidelidad. R/. El cielo proclama tus maravillas, Señor, y tu fidelidad, en la asamblea de los ángeles. ¿Quién sobre las nubes se compara a Dios? ¿Quién como el Señor entre los seres divinos? R/. Dios es temible en el consejo de los ángeles, es grande y terrible para toda su corte. Señor de los ejércitos, ¿quién como tú? El poder y la fidelidad te rodean. R/. Dichoso el pueblo que sabe aclamarte: caminará, oh Señor, a la luz de tu rostro; tu nombre es su gozo cada día, tu justicia es su orgullo. R/.
Lectura del santo evangelio según san Mateo 11,25-30:

En aquel tiempo, exclamó Jesús: «Te doy gracias, Padre, Señor de cielo y tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos y se las has revelado a la gente sencilla. Sí, Padre, así te ha parecido mejor. Todo me lo ha entregado mi Padre, y nadie conoce al Hijo más que el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar. Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré. Cargad con mi yugo y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontraréis vuestro descanso. Porque mi yugo es llevadero y mi carga ligera.»

II. Compartimos la Palabra

En este día se interrumpe la lectura continuada de la Liturgia de los días de feria para celebrar a Santa Teresa de Jesús con rango de Fiesta Litúrgica (al menos en España). Y precisamente las lecturas de este día van con ella como anillo al dedo.

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" Alcanzará gozo y alegría, le dará un nombre perdurable".

El Sirácida hace un elogio de aquel que teme al Señor, y alcanzará la sabiduría. Temor del Señor que significa no miedo, sino que es nada menos que un don del Espíritu Santo que nos infunde el deseo de no separarnos de Dios, de sólo servirle a Él. El fruto: la sabiduría como madre y esposa; la sensatez, la prudencia, gozo, alegría y un nombre perdurable. Un tenor de vida que no puede comprenderse solo con las categorías humanas, sino que trasciende nuestras fuerzas.

Teresa no nació santa. A Dios no le fue fácil convencer a Teresa para salir de su “comodidad”, de sus “amistades”, de su “vida regalada”, aun en el convento. Estas son sus propias palabras en la obra de su vida: “Fíe de la bondad de Dios, que es mayor que todos los males que podemos hacer…, y miren lo que ha hecho conmigo, que primero me cansé de ofenderle que su Majestad de perdonarme. Nunca se cansa de dar ni se pueden agotar sus misericordias; no nos cansemos nosotros de recibir”.

Tras el encuentro transformador con el Señor en la Cuaresma de 1554, ante la imagen de un Cristo muy llagado, comenzó a experimentar un cambio profundo en su vida. Se siente convertida, salvada por pura misericordia de Dios. Y la sabiduría de Dios de la que nos habla la lectura comienza a obrar en ella.

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"Te doy gracias, Padre, porque has escondido estas cosas a sabios y entendidos y se las has revelado a la gente sencilla"

San Mateo nos presenta a Cristo como Maestro, que inicia a sus discípulos en el misterio del Reino, destinado preferentemente a los sencillos, a los pequeños. Toda la riqueza del Padre es de Jesucristo, que la comparte con los suyos, ofreciéndose como descanso y alivio en sus necesidades.

Santa Teresa de Jesús, doctora de la Iglesia, nos dirá en sus escritos que “andar en humildad es andar en verdad”. Ella cifró toda su vida en el amor. Pudo repetir con S. Pablo: “Vivo yo, pero no soy yo, es Cristo quien vive en mí”. Ella lo expresaba así: “Vivo sin vivir en mí, y tan alta vida espero, que muero porque no muero”.
Que nuestra vida sea siempre una proclamación de la misericordia y fidelidad de Dios, como reza el salmista y proclamó Santa Teresa con su vida.
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Sábado, 16/10/2010
“El Espíritu Santo os enseñará”

I. Contemplamos la Palabra
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios 1,15-23:

Yo, que he oído hablar de vuestra fe en el Señor Jesús y de vuestro amor a todos los santos, no ceso de dar gracias por vosotros, recordándoos en mi oración, a fin de que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de la gloria, os dé espíritu de sabiduría y revelación para conocerlo. Ilumine los ojos de vuestro corazón, para que comprendáis cuál es la esperanza a la que os llama, cuál la riqueza de gloria que da en herencia a los santos, y cuál la extraordinaria grandeza de su poder para nosotros, los que creemos, según la eficacia de su fuerza poderosa, que desplegó en Cristo, resucitándolo de entre los muertos y sentándolo a su derecha en el cielo, por encima de todo principado, potestad, fuerza y dominación, y por encima de todo nombre conocido, no sólo en este mundo, sino en el futuro. Y todo lo puso bajo sus pies, y lo dio a la Iglesia, como cabeza, sobre todo. Ella es su cuerpo, plenitud del que lo acaba todo en todos.
Sal 8,2-3a.4-5.6-7a R/. Diste a tu Hijo el mando sobre las obras de tus manos

Señor, dueño nuestro, ¡qué admirable es tu nombre en toda la tierra! Ensalzaste tu majestad sobre los cielos. De la boca de los niños de pecho has sacado una alabanza. R/. Cuando contemplo el cielo, obra de tus dedos, la luna y las estrellas que has creado, ¿qué es el hombre, para que te acuerdes de él, el ser humano, para darle poder? R/. Lo hiciste poco inferior a los ángeles, lo coronaste de gloria y dignidad, le diste el mando sobre las obras de tus manos. R/.
Lectura del santo evangelio según san Lucas 12, 8-12:

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Si uno se pone de mi parte ante los hombres, también el Hijo del hombre se pondrá de su parte ante los ángeles de Dios. Y si uno me reniega ante los hombres, lo renegarán a él ante los ángeles de Dios. Al que hable contra el Hijo del hombre se le podrá perdonar, pero al que blasfeme contra el Espíritu Santo no se le perdonará. Cuando os conduzcan a la sinagoga, ante los magistrados y las autoridades, no os preocupéis de lo que vais a decir, o de cómo os vais a defender. Porque el Espíritu Santo os enseñará en aquel momento lo que tenéis que decir.»

II. Compartimos la Palabra

Dice el anuncio de una famosa compañía aseguradora: “Hazte socio y ten la seguridad de que estaremos contigo y tu familia ante cualquier imprevisto durante tus viajes o en tu vida diaria”. La famosa “asistencia en carretera” 24h al día, 7 días a la semana. Pues Dios Padre-Madre, a través del evangelio de hoy, nos está ofreciendo su Espíritu; una muy particular “asistencia en carretera”…

Él/Ella nos brinda su cobertura en cualquier parte y ámbito de nuestra vida. Nos da la seguridad y la confianza de que estará junto a nosotros apoyándonos, inspirándonos la palabra y el gesto oportuno. Ayudándonos a optar por las causas más humanas, es decir, las que tienen que ver con el Amor, la Esperanza y la Alegría. Las que identifican a seres humanos libres y felices que se fían de su Dios y que se acercan a sus favoritos, los que viven al y en el margen. Personas valientes, que no se amilanan porque han comprendido que callar o ignorar significa ser cómplice de situaciones que oprimen y rebajan la dignidad humana hasta mínimos inconcebibles.

Él/Ella nos ofrecen su Espíritu (Ruah) que nos hace sensibles al dolor de otros. La Ruah nos moldea para salir de nosotros mismos e interesarnos por los otros, nos sitúa en actitud de escucha sincera y paciente. Nos ayuda a cuestionarnos viejos lenguajes y formas de relación que recortan constantemente la obra de Dios Padre-Madre en el mundo. Estas actitudes nos incapacitan para participar en el fomento de sociedades que se mueven a golpe de tópico socio-cultural y que impiden el descubrimiento de realidades que revelan a la divinidad a través de nuevas formas e imágenes, incluso fuera de la atmósfera religiosa. Sin embargo, la Ruah nos infunde un espíritu libre y responsable que no se contenta con ayudarnos a reconocer antiguos análisis, sino que sabedora del dinamismo de la Verdad que se revela, nos anima a ahondar en razonamientos más maduros y precisos que nos ayuden a descubrir recintos de Autenticidad en los que merezca la pena dejarse la piel en nombre del evangelio, de la buena noticia del Amor de Dios.