miércoles, 10 de agosto de 2011

Fiesta de San Lorenzo, Diácono y Martir

Díacono y Mártir

Martirologio Romano: Fiesta de san Lorenzo, diácono y mártir, que deseó ardientemente acompañar al papa Sixto II en su martirio. Según cuenta san León Magno, recibió del tirano la orden de entregar los tesoros de la Iglesia, y él, burlándose, le presentó a los pobres en cuyo sustento y abrigo había gastado abundantes riquezas. Por la fe de Cristo, tres días más tarde superó el tormento del fuego, y el instrumento de su tortura se convirtió en distintivo de su triunfo, siendo enterrado su cuerpo en el cementerio de Campo Verano, que desde entonces fue llamado con su nombre (258).
San Lorenzo (mártir), uno de los diáconos de la iglesia romana, fue una de las víctimas de la persecución de Valeriano en el año 258, al igual que lo fueron el Papa Sixto II y muchos otros clérigos romanos. A comienzos del mes de agosto del año 258, el emperador emitió un edicto ordenando matar inmediatamente a todos los obispos, curas y diáconos ("episcopi et presbyteriet diacones incontinenti animadvertantur" -- Cipriano, Epist. lxxx, 1). Esta orden imperial se ejecuto inmediatamente en Roma. El 6 de agosto, el Papa Sixto II fue capturado en una catacumba y ejecutado de inmediato ("Xistum in cimiterio animadversum sciatis VIII id. Augusti et cum eo diacones quattuor." Cipriano, ep. lxxx, 1). Otros dos diáconos, Felicísimo y Agapito, fueron ejecutados el mismo día.

En el calendario romano de fiestas del siglo IV su fiesta coincide con dicha fecha. Cuatro días más tarde, el 10 de agosto del mismo año, Lorenzo, el último de los siete diáconos, también sufrió la muerte de un mártir. La muerte de este santo mártir es en esa fecha según el calendario de Filocalo para el año 354.

Este almanaque es un inventario de las principales fiestas de los mártires romanos de mitad del siglo IV; también menciona la calle donde se encontraría su tumba, la Vía Tiburtina ("III id. Aug. Laurentii in Tibertina"; Ruinart, "Acta sincera", Ratisbona, 1859, 632). Los itinerarios de las tumbas de los mártires romanos, como se dieron a conocer en el siglo VII, mencionan que este mártir fue enterrado en la Catacumba de Ciriaca en agro Verano (De Rossi, "Roma Sott.", I, 178).

Desde el siglo IV, San Lorenzo ha sido uno de los mártires más venerados de la iglesia romana. Constantino el Grande fue el primero en erigir un pequeño oratorio sobre el lugar donde fue enterrado. El Papa Pelagio II (579-90) amplió y embelleció el lugar. El Papa Sixto III (432-40) construyó, en la cima de la colina donde fue enterrado, una gran basílica de tres naves cuyo ábside está apoyado en la vieja iglesia. En el siglo XIII, el Papa Honorio III convirtió los edificios en uno y así es como se encuentra la Basílica de San Lorenzo hoy en día. El Papa San Dámaso (366-84) escribió un panegírico en verso que se grabó en mármol y se colocó sobre su tumba. Dos contemporáneos de este Papa, San Ambrosio de Milán y el poeta Prudencio, dieron detalles concretos sobre la muerte de San Lorenzo. Ambrosio relata (De officiis min. Xxviii) cuando se le preguntó a San Lorenzo por los tesoros de la Iglesia, este, hizo comparecer a los pobres entre los que, en lugar de darles limosna, había repartido el tesoro; también contó que cuando se llevaban al Papa Sixto II para ejecutarlo, éste reconfortó a San Lorenzo que deseaba compartir su martirio, diciéndole que le seguiría en tres días. El santo Obispo de Milán también explica que San Lorenzo fue quemado hasta la muerte en una parrilla de hierro (De offic., xli). De igual manera, pero con más detalles poéticos, Prudencio describe el martirio del diácono romano en su himno a San Lorenzo ("Peristephanon", Hymnus II).

El encuentro entre San Lorenzo y el Papa Sixto II, cuando éste último iba a ser ejecutado, según el relato de San Ambrosio, no es compatible con los informes contemporáneos sobre la persecución de Valeriano. La forma en que fue ejecutado -quemado en una parrilla de hierro al rojo vivo-también hace surgir importantes dudas. Las narraciones de Ambrosio y Prudencio se basan más en la tradición oral que en escritos. Es bastante posible que entre el año 258 y el final del siglo IV surgieran leyendas populares sobre esté diácono romano tan venerado y que algunas de esas historias hayan sido preservadas por estos dos autores. En cualquier caso, nosotros carecemos de medios para verificar en fuentes anteriores los detalles que derivan de San Ambrosio y Prudencio, o para establecer hasta que punto esos detalles se basan en la tradición histórica anterior. Probablemente, a principios del siglo VI se crearon otras versiones más completas sobre el martirio de San Lorenzo, y en estas narraciones muchos de los mártires de la Vía Tiburtina y de las dos Catacumbas de San Ciriaca en agro Verano y San Hipólito estaban relacionados de una forma romántica y totalmente legendaria.

Los detalles que se dan en estas Actas sobre el martirio de San Lorenzo y su actividad antes de su muerte carecen de credibilidad. Sin embargo, a pesar de las críticas a las últimas versiones de su martirio, no cabe duda de que San Lorenzo fuera un personaje histórico real ni de que el diácono fue martirizado; tampoco existen dudas sobre el lugar donde ocurrió ni sobre la fecha de su entierro. El Papa Dámaso construyó una basílica en Roma dedicada a San Lorenzo; ésta es la iglesia conocida como San Lorenzo en Dámaso. La iglesia de San Lorenzo en Lucina, también dedicada a este santo, aún existe. El día de San Lorenzo sigue siendo el 10 de agosto (fecha de su muerte). Aparece dibujado con la parrilla de hierro en la que se supone que fue asado hasta la muerte.

martes, 9 de agosto de 2011

DIA DEL DIÁCONO

DIA  DEL  DIACONO
Agosto 10:  San Lorenzo

                                                                       Soy dichoso del todo
                                                          porque he merecido ser hostia de Cristo. [1]
                                                                                                San Lorenzo             

     Como saludo y homenaje a los Diáconos permanentes, en el día de su Santo patrono, (sobre todo los que me “aguantaron”),  en lugar de “otro” discurso sobre el diaconado,  comparto esta información  poco conocida

    *   Pío XII oficializó la discusión del tema, en 1957, en el II Congreso Internacional del Apostolado de los Laicos. (AAS 49 (1957) 922 – 939)
   *  Juan Pablo II le dedicó varias catequesis: “El Diácono en la comunión ministerial jerárquica de la pastoral”; “Funciones del Diácono en el ministerio pastoral”; Líneas fundamentales de la   espiritualidad diaconal” (L´Osservatore Romano, nº 41, 42 y 43 (8-15 y 22 - X – 93)
   * Las normas pastorales o canónicas fundamentales se encuentran en el Código de Derecho Canónico: 236; 276, 2.3; 281, 3; 288; 1031, 1.2.3; 1032, 3; 1035, 1; 1037; 1042, 1; 1050, 3.
   *   Ya  el Concilio de Trento ( 1545 – 1563) había decretado la restauración del diaconado.  No está claro por qué no se cumplió ese Decreto.
   *   Dado este antecedente, no es una “absoluta” novedad  la decisión del Concilio Vaticano II (LG 29).  Pero sí, es absoluta novedad que se permita a los diáconos  casados continuar conviviendo maritalmente con sus esposas.  Al hacerlo, el Concilio se apartó de la tradición latina, y asumió en este punto la tradición oriental más antigua.  En este sentido se puede hablar de una verdadera “innovación” en la Iglesia latina.
   *   En nuestra Iglesia, se destacaron en relación al Diaconado permanente, Mons. Jorge Kemerer, obispo de Posadas (1908 – 1998)  gran impulsor en el Concilio Vaticano II;  Mons. Manuel Guirao, obispo de Santiago del Estero (1919 – 2005) quien fue, de hecho, el iniciador de la Formación diaconal; Mons. Carmelo Giaquinta, arzobispo de Resistencia (1930 – 2011)  quien escribió con frecuencia sobre el tema, ya antes de que concluyera el Concilio.  A su vez, el Pbro Alfredo B. Trusso, extraordinario pastor, traductor junto a  Mons. Armando Levoratti de la Biblia, el Libro del Pueblo de Dios, propuso en diversos ámbitos extender la administración del ministerio de la Unción de los enfermos a los diáconos.,  (Seguramente hay otros nombres que yo desconozco)
   *   Son 33 los diáconos canonizados por la Iglesia. En el Calendario Romano (=Universal) junto a san Lorenzo, se festeja como Memoria libre, a san Efrén, diácono y doctor de la Iglesia (9 de junio) y san Vicente, diácono y mártir (22 de enero)
   *   San Hipólito (+ 252) refiriéndose a la “obediencia servicial” de Jesús (que todos debemos imitar), acuñó un significativo título cristológico: llama a Jesús diácono del Padre, por cuanto ha servido a los hombres, salvándolos y preparándoles la mesa del Reino.
     Con renovado afecto, ruego para que la intercesión de san Lorenzo nos alcance a todos la alegría de servir a Cristo en los hermanos porque Dios ama a quien da con alegría.

                                                                                                          Arnaldo  Cifelli
                                                                                                            (1 Tes. 5, 21)

viernes, 5 de agosto de 2011

ORACIÓN II CONGRESO LATINO.AMERICANO Y CARIBEÑO DE DIACONADO PERMANENTE

ORACIÓN II CONGRESO LATINO.AMERICANO Y CARIBEÑO DE DIACONADO PERMANENTE

Señor Dios y Padre nuestro,
te alabamos por las abundantes vocaciones diaconales que suscitas en la Iglesia de tu Hijo Jesús.

Te pedimos que nos sigas dando diáconosque sean verdaderos apóstoles
en las nuevas fronteras de la misión,
que, como discípulos misioneros,
sigan sembrando los valores evangélicos
en el mundo de las comunicaciones,
en la construcción de la paz,
en el desarrollo y la liberación de los pueblos,
en la promoción de la mujer y de los niños,
en la ecología y la protección de la naturaleza,
en el mundo de la cultura, de la ciencia
y de las relaciones internacionales.

Haz que los diáconos sean
instrumentos de la renovación necesaria
de la Iglesia en América Latina y el Caribe,
fieles a los signos de los tiempos,
comprometidos con las causas de los pobres,
constructores de la comunión eclesial,
y transmisores de la fe por el testimonio de sus vidas.

Que el Espíritu Santo los impulse a construir una Iglesia cada vez más samaritana,
“casa de los pobres”,
y escuela de comunión.

Que María, la Virgen de Guadalupe,
sea tu intercesora por este II Congreso Continental
y bendiga a todos los diáconos con sus familias. Amén!