lunes, 14 de febrero de 2011


Evangelio del día y comentarios a la Palabra diaria
  Sexta Semana del Tiempo Ordinario
Del 14/2/2011 al 19/2/2011
 
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Introducción a la semana
Además de la creación y el paraíso, los primeros capítulos de la Biblia contienen también otras narraciones paradigmáticas. Nos confirman, por un lado, que desde siempre el ser humano tiene torcido el corazón (y en su pecado, en cierto modo, lleva la penitencia); por otro, que Dios es exigente, pero no se cansa de ser misericordioso.
La ruptura con el creador en los orígenes se consolida en la ruptura de la fraternidad entre Caín y Abel, quedando aquél, furioso asesino de su hermano, condenado a vivir errante, aunque marcado con el sello de Dios para no morir a su vez a manos de cualquier otro.- El diluvio responde a una escalada de maldad y perversión que llenan la tierra, pero, por la ejemplar conducta de Noé, Dios salva a una parte de ese mundo indeseable; luego, disipadas ya las lluvias exterminadoras, jura al hombre no volver a maldecir la tierra y firma con él un pacto de clemencia: el arco iris recordará siempre que no hay rencor en el corazón de Dios.- Finalmente, las pretensiones desorbitadas de llegar al cielo con sus fuerzas y alcanzar gloria imperecedera provocó en la humanidad, por no contar con Dios, la confusión y la falta de entendimiento, que desde entonces dividen a los hombres y a los pueblos.
Como colofón de la semana, una cita recapituladora de la carta a los Hebreos recuerda en pocas palabras la fe de Abel y de Noé, que Dios tuvo en cuenta al intervenir en aquellos tiempos precursores. Una fe que sigue siendo, en los pasajes evangélicos de estos días, la que cura y la que salva a los que recurren a Jesús.
En las celebraciones del santoral destacan también dos hermanos, los santos Cirilo y Metodio; a diferencia de los del Génesis, vivieron estrechamente unidos, tanto en la vocación monástica como en una singular tarea apostólica: la de verter, en los moldes de la lengua y la cultura eslavas, el patrimonio litúrgico y doctrinal heredado de la Iglesia antigua. El papa Juan Pablo II les dedicó una encíclica, declarándolos copatronos de Europa por su sólida contribución a la cristianización de este continente.
Fray Emilio  García ÁlvarezFray Emilio García Álvarez
Convento de Santo Domingo. Caleruega (Burgos)
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Lunes 14/2/2011 Santos Cirilo y Metodio
“Ahora nos dirigimos a los paganos”

I. Contemplamos la Palabra

Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles 13,46-49:
En aquellos días, Pablo y Bernabé dijeron a los judíos: «Teníamos que anunciaros primero a vosotros la palabra de Dios; pero como la rechazáis y no os consideráis dignos de la vida eterna, sabed que nos dedicamos a los gentiles. Así nos lo ha mandado el Señor: "Yo te haré luz de los gentiles, para que lleves la salvación hasta el extremo de la tierra."»
Cuando los gentiles oyeron esto, se alegraron y alababan la palabra del Señor; y los que estaban destinados a la vida eterna creyeron. La palabra del Señor se iba difundiendo por toda la región.
Sal 116,1.2 R/. Id al mundo entero y proclamad el Evangelio
Alabad al Señor, todas las naciones,
aclamadlo, todos los pueblos. R/.

Firme es su misericordia con nosotros,
su fidelidad dura por siempre. R/.
Lectura del santo evangelio según san Lucas 10,1-9:
En aquel tiempo, designó el Señor otros setenta y dos y los mandó por delante, de dos en dos, a todos los pueblos y lugares adonde pensaba ir él.
Y les decía: «La mies es abundante y los obreros pocos; rogad, pues, al dueño de la mies que mande obreros a su mies. ¡Poneos en camino! Mirad que os mando como corderos en medio de lobos. No llevéis talega, ni alforja, ni sandalias; y no os detengáis a saludar a nadie por el camino. Cuando entréis en una casa, decid primero: "Paz a esta casa." Y, si allí hay gente de paz, descansará sobre ellos vuestra paz; si no, volverá a vosotros. Quedaos en la misma casa, comed y bebed de lo que tengan, porque el obrero merece su salario. No andéis cambiando de casa. Si entráis en un pueblo y os reciben bien, comed lo que os pongan, curad a los enfermos que haya, y decid: "Está cerca de vosotros el reino de Dios."»

II. Oramos con la Palabra

SEÑOR, en la fiesta de los santos Patronos de Europa, te pido por el conjunto de los europeos: que sean consecuentes con sus raíces cristianas, que tus discípulos no se encuentren como ovejas en medio de lobos. Pon paz, fe y unidad en esa casa grande de Europa, porque tu reino está cerca. ¡Europa ha evangelizado al mundo y hoy es tierra de misión!
Esta oración está incluida en el libro: Evangelio 2011 de EDIBESA.

III. Compartimos la Palabra

Nos encontramos hoy con la fiesta de Cirilo y Metodio, patronos de Europa. Dos hermanos de sangre de Tesalónica que fueron enviados a predicar el Evangelio al gran Imperio de Moravia. Apóstoles entre los gentiles, como Pablo y Bernabé en la primera lectura del libro de los Hechos de Apóstoles. La vida de Pablo no se puede entender aisladamente… Pablo no fue un predicador itinerante solitario. Las misiones de Pablo son misiones de un grupo. Bernabé fue, quizás, el compañero más querido por Pablo para predicar. Los problemas en la misión de predicar el Evangelio, los separó e hizo que Pablo tomar otro equipo predicador. Lo importante tanto para Pablo como para Bernabé no se trataba en cómo predicar, sino en predicar. Predicar, predicar, predicar… es la única misión para la cual se sentían hechos. Y a esa entregaron la vida…
Por ello, en el Evangelio que se nos propone hoy encontramos el famoso envío a predicar de los 72 discípulos. Con ello, se no quiere poner de relieve que la misión no la elige cada uno, sino que la misión es delegada por Nuestro Señor. Al recibir esta misión de parte del propio Jesús nos convertimos en delegado de Él, hablamos en su nombre… Al predicar conforme a la palabra de Jesús predicamos con palabras humanas la Palabra de Dios. Nuestra predicación se convierte, de esta manera, en Palabra de Dios. Evidentemente que no somos Dios, pero actuamos en nombre de Jesús y por encargo de Él.
Cirilo y Metodio recibieron el encargo de predicar la Palabra de Dios en medio de un imperio pagano. Su tarea fue ingente y de muchos colores, entre ellas traducir la Sagrada Escritura al lenguaje eslavo. De esta manera la Palabra de Dios entró en la vida, en la cultura y en las gentes de aquel imperio del s. IX.
Fray José Rafael   Reyes GonzálezFray José Rafael Reyes González
Casa Santissima Trinità degli Spagnoli-Roma
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Martes 15/2/2011
“¿Y no acabáis de entender?”

I. Contemplamos la Palabra

Lectura del libro del Génesis 6,5-8;7,1-5.10:
Al ver el Señor que la maldad del hombre crecía sobre la tierra, y que todo su modo de pensar era siempre perverso, se arrepintió de haber creado al hombre en la tierra, y le pesó de corazón. Y dijo: «Borraré de la superficie de la tierra al hombre que he creado; al hombre con los cuadrúpedos, reptiles y aves, pues me pesa de haberlos hecho.»
Pero Noé alcanzó el favor del Señor.
El Señor dijo a Noé: «Entra en el arca con toda tu familia, pues tú eres el único justo que he encontrado en tu generación. De cada animal puro toma siete parejas, macho y hembra; de los no puros, una pareja, macho y hembra; y lo mismo de los pájaros, siete parejas, macho y hembra, para que conserven la especie en la tierra. Dentro de siete días haré llover sobre la tierra cuarenta días con sus noches, y borraré de la superficie de la tierra a todos los vivientes que he creado.»
Noé hizo todo lo que le mandó el Señor. Pasados siete días, vino el diluvio a la tierra.
Sal 28, 1a.2.3ac-4.3b.9c-10 R/. El Señor bendice a su pueblo con la paz
Hijos de Dios, aclamad al Señor,
aclamad la gloria del nombre del Señor,
postraos ante el Señor en el atrio sagrado. R/.

La voz del Señor sobre las aguas,
el Señor sobre las aguas torrenciales.
La voz del Señor es potente,
la voz del Señor es magnífica. R/.

El Dios de la gloria ha tronado.
En su templo un grito unánime: «¡Gloria!»
El Señor se sienta por encima del aguacero,
el Señor se sienta como rey eterno. R/.
Lectura del santo evangelio según san Marcos 8,14-21:
En aquel tiempo, a los discípulos se les olvidó llevar pan, y no tenían mas que un pan en la barca.
Jesús les recomendó: «Tened cuidado con la levadura de los fariseos y con la de Herodes.»
Ellos comentaban: «Lo dice porque no tenemos pan.»
Dándose cuenta, les dijo Jesús: «¿Por qué comentáis que no tenéis pan? ¿No acabáis de entender? ¿Tan torpes sois? ¿Para qué os sirven los ojos si no veis, y los oídos si no oís? A ver, ¿cuántos cestos de sobras recogisteis cuando repartí cinco panes entre cinco mil? ¿Os acordáis?»
Ellos contestaron: «Doce.»
«¿Y cuántas canastas de sobras recogisteis cuando repartí siete entre cuatro mil?»
Le respondieron: «Siete.»
Él les dijo: «¿Y no acabáis de entender?»

II. Oramos con la Palabra

SEÑOR, tus prodigios son infinitos en mi vida: quiero recordarlos, pero sobrepasan mi capacidad. ¡Gracias! Confieso que todo lo bueno que tengo me viene de ti, y lo malo es cosecha propia.
Esta oración está incluida en el libro: Evangelio 2011 de EDIBESA.

III. Compartimos la Palabra

  •  “Pasados siete días, vino el diluvio a la tierra”

Desde el principio de la creación, a lo largo de todo el Antiguo Testamento, nos encontramos con el misterioso problema de la “maldad de hombre”. Una maldad que siempre se concreta en romper su relación con Dios, su Creador, e ir en contra de los caminos de salvación y de amistad que Él le propone. A pesar de todo, siempre un resto permanece fiel a Yahvé. En este relato, es Noé y su familia ese resto al que Dios salva del diluvio dirigido a los que le han dado la espalda.
Ciertamente la “maldad del hombre” sigue en tiempos de Jesús y en nuestro tiempo. En este punto no han cambiado mucho las cosas. Lo que sí ha cambiado es la actitud de Jesús, el Hijo de Dios, ante los pecadores, a los que siempre tiende su mano perdonadora. La actitud del Padre del hijo pródigo es el símbolo de la actitud de Dios Padre ante cualquier desvarío nuestro. Siempre nos recibirá… si somos capaces de volver a Él y no nos mandará un nuevo condenador diluvio de agua. Como nos muestra su constante conducta, el único diluvio, que siempre está dispuesto a enviarnos es el de su de su amor, su compresión, su perdón, su luz, su esperanza… Ojalá lo aceptemos.
  •  “¿Y no acabáis de entender?”

Ciertamente los apóstoles obligaron a Jesús a ejercer la paciencia, como lo demuestra el evangelio de hoy y otros pasajes. Jesús les habla de la levadura, del modo de actuar y de vivir, de los fariseos y de Herodes para que no la sigan, y ellos piensan que se refiere al pan que no tienen. Armándose de paciencia, sin darse media vuelta y dejándoles en el camino, les reprocha su torpeza para entender las cosas que les dice. Y les invita a que abran bien sus ojos y sus oídos para ver y oír todo lo que Él les ofrece.
Esa invitación también nos la dirige a nosotros al principio de 2011. Es cierto que algunas palabras de Jesús nos resultan difíciles de entender, pero la inmensa mayoría de ellas poseen un lenguaje sencillo y comprensible. Pidámosle que mantenga nuestros ojos y nuestros oídos siempre abiertos a todas sus acciones y palabras y no le hagamos ejercitar su paciencia.
Fray Manuel Santos  SánchezFray Manuel Santos Sánchez
La Virgen del Camino
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Miércoles 16/2/2011
“Jesús, impuso las manos y el ciego vio”

I. Contemplamos la Palabra

Libro del Génesis 8,6-13.20-22
Pasados cuarenta días, Noé abrió el tragaluz que había hecho en el arca y soltó el cuervo, que voló de un lado para otro, hasta que se secó el agua en la tierra. Después soltó la paloma, para ver si el agua sobre la superficie estaba ya somera. La paloma, no encontrando donde posarse, volvió al arca con Noé, porque todavía había agua sobre la superficie. Noé alargó el brazo, la agarró y la metió consigo en el arca. Esperó otros siete días y de nuevo soltó la paloma desde el arca; ella volvió al atardecer con una hoja de olivo arrancada en el pico. Noé comprendió que el agua sobre la tierra estaba somera; esperó otros siete días, y soltó la paloma, que ya no volvió. El año seiscientos uno, el día primero del mes primero, se secó el agua en la tierra. Noé abrió el tragaluz del arca, miró y vio que la superficie estaba seca. Noé construyó un altar al Señor, tomó animales y aves de toda especie pura y los ofreció en holocausto sobre el altar.
El Señor olió el aroma que aplaca y se dijo: «No volveré a maldecir la tierra a causa del hombre, porque el corazón humano piensa mal desde la juventud. No volveré a matar a los vivientes, como acabo de hacerlo. Mientras dure la tierra, no han de faltar siembra y cosecha, frío y calor, verano e invierno, día y noche.»
Sal 115,12-13.14-15.18-19 R/. Te ofreceré, Señor, un sacrificio de alabanza
¿Cómo pagaré al Señor
todo el bien que me ha hecho?
Alzaré la copa de la salvación,
invocando su nombre. R/.

Cumpliré al Señor mis votos
en presencia de todo el pueblo.
Mucho le cuesta al Señor
la muerte de sus fieles. R/.

Cumpliré al Señor mis votos
en presencia de todo el pueblo,
en el atrio de la casa del Señor,
en medio de ti, Jerusalén. R/.
Lectura del santo evangelio según san Marcos 8,22-26:
En aquel tiempo, Jesús y los discípulos llegaron a Betsaida. Le trajeron un ciego, pidiéndole que lo tocase.
Él lo sacó de la aldea, llevándolo de la mano, le untó saliva en lo ojos, le impuso las manos y le preguntó: «¿Ves algo?»
Empezó a distinguir y dijo: «Veo hombres; me parecen árboles, pero andan.»
Le puso otra vez las manos en los ojos; el hombre miró: estaba curado y veía todo con claridad.
Jesús lo mandó a casa, diciéndole: «No entres siquiera en la aldea.»

II. Oramos con la Palabra

SEÑOR,a mí no me llevan a que me cures: soy yo quien acudo a ti buscando la salud, más del alma que del cuerpo. Si quieres, puedes curarme. Necesito que cada día vayas limpiando los ojos de mi alma para que te conozca mejor y te siga con mayor fidelidad: en eso consiste el camino de mi salvación. Porque cuando vea con claridad tu bondad y tu amor, no querré ninguna otra cosa.
Esta oración está incluida en el libro: Evangelio 2011 de EDIBESA.

III. Compartimos la Palabra

  • “No volveré a maldecir la tierra”

Contemplemos la prudencia de Noe, él creyó a Dios, y construyó el arca, salvando así la vida del diluvio, tiene paciencia hasta que la tierra esté habitable, no tienta a Dios, espera con paz.. Una vez en tierra firme, lo primero que hace es volver a Dios para darle gracias por tanto bien recibido; levanta un altar y ofrece sacrificios sobre el mismo.
Dios recibe con agrado estos sacrificios y, aun conociendo el corazón del hombre, sede de todas las facultades de cada persona, de donde brota lo bueno y lo malo, hace un nuevo pacto con él, aunque el hombre no sea fiel, Dios siempre es fiel, y promete que la tierra volverá a dar sus frutos, que enviará la lluvia y cuanto necesite para ello, en beneficio de todos los vivientes.
El Dios “siempre fiel”, quiere y nos pide fidelidad, como signo de ella cantemos y profundicemos en el salmo del día ¿Cómo pagaré al Señor todo el bien que me ha hecho?
  • “Jesús, impuso las manos y el ciego vio”

Tal vez por las condiciones climatológicas del lugar, en tiempo de Jesús abundaban los ciegos..Siendo un sentido tan importante en la vida del hombre, no es extraño que ,la curación de la ceguera, fuera considerada como un signo de la presencia del Mesías prometido: “Los ciegos ven..” (Is 61,18b), por lo cual, no nos debe extrañar la actitud de Jesús, que lleva al enfermo fuera para curarlo, y así, evitar que lo proclamen como el Mesías esperado, no olvidemos el mesianismo ascendente del evangelio de Marcos.
Visto esto, vamos a resaltar la lección que nos presenta a nosotros:
Un ciego, necesita ayuda y aquí nos dice que alguien se la prestó “Le presentaron ante Jesús” Los que lo hicieron, creen en el poder de Jesús y buscan el bien para el ciego.
Nosotros tenemos la dicha de creer, en nuestro entorno hay muchos ciegos que no creen ¿Procuramos llevarlos a Cristo?; ¿Cómo?, sólo Él puede curar su ceguera, pero nos necesita para que los conduzcamos a El.
Hna. María Pilar  Garrúes El CidHna. María Pilar Garrúes El Cid
Misionera Dominica del Rosario
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Jueves 17/2/2011
“Tú eres el Mesías”

I. Contemplamos la Palabra

Lectura del libro del Génesis 9,1-13:
Dios bendijo a Noé y a sus hijos, diciéndoles: «Creced, multiplicaos y llenad la tierra. Todos los animales de la tierra os temerán y respetarán; aves del cielo, reptiles del suelo, peces del mar, están en vuestro poder. Todo lo que vive y se mueve os servirá de alimento; os lo entrego, lo mismo que los vegetales. Pero no comáis carne con sangre, que es su vida. Pediré cuentas de vuestra sangre y vida, y se las pediré a cualquier animal; y al hombre le pediré cuentas de la vida de su hermano. Si uno derrama la sangre de un hombre, otro derramará la suya, porque Dios hizo al hombre a su imagen. Vosotros creced y multiplicaos, moveos por la tierra y dominadla.»
Dios dijo a Noé y a sus hijos: «Yo hago un pacto con vosotros y con vuestros descendientes, con todos los animales que os acompañaron: aves, ganado y fieras; con todos los que salieron del arca y ahora viven en la tierra. Hago un pacto con vosotros: el diluvio no volverá a destruir la vida, ni habrá otro diluvio que devaste la tierra.»
Y Dios añadió: «Ésta es la señal del pacto que hago con vosotros y con todo lo que vive con vosotros, para todas las edades: pondré mi arco en el cielo, como señal de mi pacto con la tierra.»
Sal 101,16-18.19-21.29.22-23 R/. El Señor desde el cielo se ha fijado en la tierra
Los gentiles temerán tu nombre,
los reyes del mundo, tu gloria.
Cuando el Señor reconstruya Sión,
y aparezca en su gloria,
y se vuelva a las súplicas de los indefensos,
y no desprecie sus peticiones. R/.

Quede esto escrito para la generación futura,
y el pueblo que será creado alabará al Señor.
Que el Señor ha mirado desde su excelso santuario,
desde el cielo se ha fijado en la tierra,
para escuchar los gemidos de los cautivos
y librar a los condenados a muerte. R/.

Los hijos de tus siervos vivirán seguros,
su linaje durará en tu presencia,
para anunciar en Señor el nombre del Señor,
y su alabanza en Jerusalén,
cuando se reúnan unánimes los pueblos
y los reyes para dar culto al Señor. R/.
Lectura del santo evangelio según san Marcos 8,27-33:

En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos se dirigieron a las aldeas de Cesarea de Felipe; por el camino, preguntó a sus discípulos: «¿Quién dice la gente que soy yo?»
Ellos le contestaron: «Unos, Juan Bautista; otros, Ellas; y otros, uno de los profetas.»
Él les preguntó: «Y vosotros, ¿quién decís que soy?»
Pedro le contestó: «Tú eres el Mesías.»
Él les prohibió terminantemente decírselo a nadie.
Y empezó a instruirlos: «El Hijo del hombre tiene que padecer mucho, tiene que ser condenado por los ancianos, sumos sacerdotes y escribas, ser ejecutado y resucitar a los tres días.»
Se lo explicaba con toda claridad. Entonces Pedro se lo llevó aparte y se puso a increparlo.
Jesús se volvió y, de cara a los discípulos, increpó a Pedro: «¡Quítate de mi vista, Satanás! ¡Tú piensas como los hombres, no como Dios!»

II. Oramos con la Palabra

SEÑOR, yo, como Pedro, te digo con plena convicción que tú eres el Mesías, el Hijo de Dios, mi Salvador y mi Señor. Hoy te pido que también tenga el valor de confesarlo ante otros que o no te conocen o se avergüenzan de ser discípulos tuyos. Y también te pido no parecerme a Pedro cuando, pensando como los hombres, quiere persuadirte de que te alejes de la Cruz. Adoro tu Cruz y quiero seguirte cada día con la mía.
Esta oración está incluida en el libro: Evangelio 2011 de EDIBESA.

III. Compartimos la Palabra

Esta pequeña, pero fundamental, encuesta sobre la persona de Jesús que él mismo realiza en sus discípulos marca el inicio de su última y definitiva etapa entre nosotros. Se va a iniciar su subida a Jerusalén. Hoy Jesús “instruye” a sus discípulos sobre lo que va a tener lugar en Jerusalén: padecerá mucho, será condenado, ejecutado y, a los tres días, resucitará. Según la confesión de Pedro, todo esto lo hará como Mesías. Al final, se nos narrará la poco afortunada “amonestación” de Pedro a Jesús que dio lugar a la “dura” contestación de éste a Pedro.
  • “¿Quién dice la gente que soy yo?”

Con esta primera pregunta Jesús prepara el terreno. Antes de entrar en cuestiones personales, esta pregunta, que no compromete para nada, es sólo sobre lo que los demás opinan de él, de Jesús. Y los discípulos se muestran dicharacheros y confiados: “Unos que Juan el Bautista; otros, Elías; y otros, uno de los profetas”. Piensan que Jesús quedará tranquilo y satisfecho con esto, pero no va a ser así. No era esto lo importante para Jesús ni lo que él andaba buscando.
  • “Y vosotros, ¿quién decís que soy?”

Esto ya es distinto. Esto ya puede comprometer más, sobre todo sabiendo que a Jesús no se le puede engañar. Como si Jesús pidiera aclararse con respecto a él esclareciendo y clarificando la postura personal de cada uno. “¿Por qué me sigues tú?” “¿Qué has visto en mí que hace que me sigas?” “¿Hasta dónde estás dispuesto a ir en mi seguimiento?” “¿Crees que los demás ven coherencia entre tu postura y tu vida?”
“¿Y vosotros?” Sólo Pedro, como en otras ocasiones, intenta romper el hielo y solventar de la mejor manera posible aquel dilema: “Tú eres el Mesías”. Y todos respiran aliviados, creyendo que no se puede contestar más ni mejor. Y tenían razón. Si, de verdad, Jesús fuera para ellos el Mesías, el Señor, el Hijo de Dios, Dios con nosotros, no podían haber contestado mejor, representados por Pedro.
  • Grandeza y “miseria” de Pedro

Jesús aceptó la respuesta, al menos de momento. Y, aunque no lo dijera, le agradó la postura y sinceridad de Pedro. Pero, dándose cuenta, también, del concepto tan pobre que tenían de su mesianismo, inmediatamente les da una clase práctica sobre el mismo y sobre lo que, en consecuencia, tiene que suceder al verdadero Mesías en Jerusalén. Se lo dijo meridianamente claro, pero la actitud de Pedro demostró que lo que ellos habían entendido no era lo que Jesús quiso aclarar. La espontaneidad le jugó una mala pasada a Pedro que quiso dar una lección al Maestro sobre lo que, como Mesías, tenía que hacer y evitar. Y pasó lo que tenía que pasar: “¡Quítate de mi vista, Satanás! Tú piensas como los hombres, no como Dios”.
Más tarde, Pedro y los discípulos llegarán a “pensar como Dios”, y acabarán dándonos el mejor ejemplo de la implicación personal en su vida, como respuesta, ya no de memoria, sino con su martirio, a la pregunta que aquel día les había dirigido el Señor.
Fray Hermelindo Fernández RodríguezFray Hermelindo Fernández Rodríguez
La Virgen del Camino
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Viernes 18/2/2011
"El que quiera venir conmigo…"

I. Contemplamos la Palabra

Lectura del libro del Génesis 11,1-9:
Toda la tierra hablaba la misma lengua con las mismas palabras. Al emigrar (el hombre) de oriente, encontraron una llanura en el país de Senaar y se establecieron allí.
Y se dijeron unos a otros: «Vamos a preparar ladrillos y a cocerlos.»
Emplearon ladrillos en vez de piedras, y alquitrán en vez de cemento.
Y dijeron: «Vamos a construir una ciudad y una torre que alcance al cielo, para hacernos famosos, y para no dispersarnos por la superficie de la tierra.»
El Señor bajó a ver la ciudad y la torre que estaban construyendo los hombres; y se dijo: «Son un solo pueblo con una sola lengua. Si esto no es más que el comienzo de su actividad, nada de lo que decidan hacer les resultará imposible. Voy a bajar y a confundir su lengua, de modo que uno no entienda la lengua del prójimo.»
El Señor los dispersó por la superficie de la tierra y cesaron de construir la ciudad. Por eso se llama Babel, porque allí confundió el Señor la lengua de toda la tierra, y desde allí los dispersó por la superficie de la tierra.
Sal 32,10-11.12-13.14-15 R/. Dichoso el pueblo que el Señor se escogió como heredad
El Señor deshace los planes de las naciones,
frustra los proyectos de los pueblos;
pero el plan del Señor subsiste por siempre,
los proyectos de su corazón, de edad en edad. R/.

Dichosa la nación cuyo Dios es el Señor,
el pueblo que él se escogió como heredad.
El Señor mira desde el cielo,
se fija en todos los hombres. R/.

Desde su morada observa
a todos los habitantes de la tierra:
él modeló cada corazón,
y comprende todas sus acciones. R/.
Lectura del santo evangelio según san Marcos 8,34-39
En aquel tiempo, Jesús llamó a la gente y a sus discípulos, y les dijo: «El que quiera venirse conmigo, que se niegue a sí mismo, que cargue con su cruz y me siga. Mirad, el que quiera salvar su vida la perderá; pero el que pierda su vida por mi y por el Evangelio la salvará. Pues ¿de qué le sirve al hombre ganar el mundo entero, si arruina su vida? ¿O qué podrá dar uno para recobrarla? Quien se avergüence de mi y de mis palabras, en esta generación descreída y malvada, también el Hijo del hombre se avergonzará de él, cuando venga con la gloria de su Padre entre los santos ángeles.»
Y añadió: «Os aseguro que algunos de los aquí presentes no morirán sin haber visto llegar el reino de Dios en toda su potencia.»

II. Oramos con la Palabra

SEÑOR, no hay mejor manera de emplear la vida que me das, que gastarla por ti, por tu Reino, por tu Iglesia: la Iglesia eres tú mismo presente en los hermanos. Quiero perder mi vida –que es salvarla– por ti y por tu Evangelio, cargando cada día con mi cruz y siguiendo tus pasos. ¿De qué me sirve ganar todo el mundo si pierdo mi alma?
Esta oración está incluida en el libro: Evangelio 2011 de EDIBESA.

III. Compartimos la Palabra

  • Pentecostés, una réplica de Babel

La liturgia nos presenta con la lectura del libro del Génesis los primeros capítulos de la historia de la humanidad. Y lo primero que destaca es que la ruptura con Dios lleva a la ruptura del hombre consigo mismo, y con los demás.
Sigue el hombre en su afán de ser como Dios, llamar la atención, dominar. Pero Dios les sale al paso, los dispersa y confunde su lengua, ya dejan de ser uno. Dios, rico en misericordia, tiene un plan de salvación: Jesucristo lo lleva a cabo; en esperanza, ¡todos salvados!, todos unidos por la fuerza de su Espíritu Santo. Bien podemos cantar con el salmo: “Dichoso el pueblo que el Señor se escogió como heredad”.
  • El que quiera venir conmigo, que se niegue a sí mismo.

Empieza el Evangelio de hoy diciendo que Jesús llamó a la gente y a sus discípulos. Algo muy importante quiere decir, no se trata pues de unos consejos sólo para elegidos. Es algo fundamental.
“El que quiera venir conmigo, que se niegue a sí mismo”. Es decir, que se enfrente con esas pulsiones íntimas, con esas tendencias negativas que brotan del corazón humano como secuelas del pecado original.
S. Juan en su carta las llama concupiscencias “de los ojos, de la carne y la soberbia de la vida”. Nosotros hoy lo entendemos mejor si las llamamos por su nombre: poseer desmedido, placer inmediato e incontrolado, y poder. Por algo el Señor proclamó dichosos a los que eligen ser pobres, mansos, limpios de corazón, misericordiosos y pacíficos. Sólo exigiéndonos esa ascesis podemos ser libres para seguir al Maestro, o lo que es lo mismo, adhesión a su Persona. Esto es un don que recibimos para continuar aquí y ahora su misión de glorificar al Padre y salvarnos.
MM. Dominicas Monasterio Ntra. Sra. de la PiedadMM. Dominicas Monasterio Ntra. Sra. de la Piedad
Palencia
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Sábado 19/2/2011
“Por la fe, sabemos que la palabra de Dios configuró el universo”

I. Contemplamos la Palabra

Lectura de la carta a los Hebreos 11,1-7:
La fe es seguridad de lo que se espera, y prueba de lo que no se ve. Por su fe, son recordados los antiguos. Por la fe, sabemos que la palabra de Dios configuró el universo, de manera que lo que está a la vista no proviene de nada visible. Por la fe, Abel ofreció a Dios un sacrificio mejor que Caín; por ella, Dios mismo, al recibir sus dones, lo acreditó como justo; por ella sigue hablando después de muerto. Por fe, fue arrebatado Henoc, sin pasar por la muerte; no lo encontraban, porque Dios lo había arrebatado; en efecto, antes de ser arrebatado se le acreditó que había complacido a Dios, y sin fe es imposible complacerle, pues el que se acerca a Dios debe creer que existe y que recompensa a quienes lo buscan. Por fe. Noé, advertido por Dios de lo que aún no se veía, tomó precauciones y construyó un arca para salvar a su familia; por la fe, condenó al mundo y consiguió la justicia que viene de la fe.
Sal 144,2-3.4-5.10-11 R/. Bendeciré tu nombre; Señor, por siempre
Día tras día, te bendeciré
y alabaré tu nombre por siempre jamás.
Grande es el Señor, merece toda alabanza.
Es incalculable su grandeza. R/.

Una generación pondera tus obras a la otra
y le cuenta tus hazañas.
Alaban ellos la gloria de tu majestad,
y yo repito tus maravillas. R/.

Que todas tus criaturas te den gracias, Señor,
que te bendiga tus fieles;
que proclamen la gloria de tu reinado,
que hablen de tus hazañas. R/.
Lectura del santo evangelio según san Marcos 9, 2-13
En aquel tiempo, Jesús se llevó a Pedro, a Santiago y a Juan, subió con ellos solos a una montaña alta, y se transfiguró delante de ellos. Sus vestidos se volvieron de un blanco deslumbrador, como no puede dejarlos ningún batanero del mundo. Se les aparecieron Elías y Moisés, conversando con Jesús.
Entonces Pedro tomó la palabra y le dijo a Jesús: «Maestro, ¡qué bien se está aquí! Vamos a hacer tres tiendas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías.»
Estaban asustados, y no sabía lo que decía.
Se formó una nube que los cubrió, y salió una voz de la nube: «Éste es mi Hijo amado; escuchadlo.»
De pronto, al mirar alrededor, no vieron a nadie más que a Jesús, solo con ellos.
Cuando bajaban de la montaña, Jesús les mandó: «No contéis a nadie lo que habéis visto, hasta que el Hijo del hombre resucite de entre los muertos.»
Esto se les quedó grabado, y discutían qué querría decir aquello de «resucitar de entre los muertos».
Le preguntaron: «¿Por qué dicen los escribas que primero tiene que venir Ellas?»
Les contestó él: «Elías vendrá primero y lo restablecerá todo. Ahora, ¿por qué está escrito que el Hijo del hombre tiene que padecer mucho y ser despreciado? Os digo que Ellas ya ha venido, y han hecho con él lo que han querido, como estaba escrito.»

II. Oramos con la Palabra

SEÑOR, ¡qué bien se está a tu lado cuando todo marcha bien! Pero tu Padre me aconseja que te escuche, y tú me dices que cada día he de cargar con la cruz. Quiero seguirte en los momentos de gozo, de luz y de gloria, y también en los misterios del dolor.
Esta oración está incluida en el libro: Evangelio 2011 de EDIBESA.

III. Compartimos la Palabra

La fe es un don de Dios que encontramos en nuestro interior y que, al igual que una semilla, si nos empleamos en cultivarla, podemos descubrir que puede transformase en flor y en fruto haciendo así fértil ese campo de cultivo que es el ser humano.
La fe es capaz de llevarnos a acometer hazañas que serían impensables sin ella: mediante la fe podemos hacer de nuestro obrar un acto de confianza en ese Amor que, sin verlo ni tocarlo, infunde en nuestro ser la chispa de la esperanza. Igual que el autor, nosotros podríamos decir: por fe, una madre cuida de sus hijos y les infunde esperanza en medio del dolor de la guerra; un profesor intenta que su alumnado joven descubra los talentos que poseen, a pesar de que la sociedad desvalorice a la juventud; unos trabajadores luchan por mejores condiciones laborales porque creen en la dignidad del trabajo; y un empresario mantiene su plantilla a pesar de las dificultades económicas porque cree en su trabajo y en el de los empleados. Por la fe, las personas enfermas luchan por sobrevivir y llevar su enfermedad dignamente a pesar de las desalentadoras noticias; unas personas expresan su amor a pesar de ser perseguidas por su orientación sexual; Musulmanes y cristianos Coptos, mano a mano, luchan por un nuevo amanecer a pesar de las diferencias religiosas; unas personas anónimas enseñan español a inmigrantes para facilitarles la vida en su nuevo lugar de residencia, porque creen en un mundo sin fronteras; y un reponedor, a pesar de lo rutinario de su trabajo, se ilusiona diariamente convencido de que su buen hacer puede dar ejemplo a sus compañeros...
Al leer el salmo, nos viene nuestra imagen o la imagen de alguien tremendamente agradecido cuyas palabras no alcanzan a dar a ese sentimiento toda la profundidad que tiene. Cuando miramos a nuestros hijos crecer, descubrir, jugar, necesitamos levantar la mirada a Dios y dar gracias por este regalo, pero también necesitamos abrazar y agradecer a todos nuestros hermanos de los que el Señor se sirve para ayudarnos a cuidarlos, a educarlos, y a que aprendan a ser felices.
Este texto del evangelio nos muestra que cuando nos encontramos con Dios a través de los hermanos, igual que Pedro, Santiago y Juan se encontraron a través de Jesús, nos sentimos tan bien que no queremos movernos de allí queremos quedarnos al lado de Dios. Pero el Evangelio nos apremia a bajar de la montaña y comunicarlo a todos. Es grande la tentación de hacer las tiendas, igual de grande que el compromiso de transmitir a nuestros hermanos.
A través del relato del Evangelio que contemplamos hoy, Jesús se muestra ante sus discípulo desde su naturaleza humana y divina. Se podría establecer una correspondencia entre este relato y Pentecostés. La Transfiguración de Jesús fue acogida por los discípulos como un acontecimiento extraordinario, es cierto. Pero, tras esta otra teofanía, la llegada del Espritu Santo, los discípulos vieron fortalecida su fe hasta el punto de sobreponerse a cualquier clase de temor.

Evangelio del día y comentarios a la Palabra diaria
  Sexta Semana del Tiempo Ordinario
Del 14/2/2011 al 19/2/2011
 

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Introducción a la semana
Además de la creación y el paraíso, los primeros capítulos de la Biblia contienen también otras narraciones paradigmáticas. Nos confirman, por un lado, que desde siempre el ser humano tiene torcido el corazón (y en su pecado, en cierto modo, lleva la penitencia); por otro, que Dios es exigente, pero no se cansa de ser misericordioso.
La ruptura con el creador en los orígenes se consolida en la ruptura de la fraternidad entre Caín y Abel, quedando aquél, furioso asesino de su hermano, condenado a vivir errante, aunque marcado con el sello de Dios para no morir a su vez a manos de cualquier otro.- El diluvio responde a una escalada de maldad y perversión que llenan la tierra, pero, por la ejemplar conducta de Noé, Dios salva a una parte de ese mundo indeseable; luego, disipadas ya las lluvias exterminadoras, jura al hombre no volver a maldecir la tierra y firma con él un pacto de clemencia: el arco iris recordará siempre que no hay rencor en el corazón de Dios.- Finalmente, las pretensiones desorbitadas de llegar al cielo con sus fuerzas y alcanzar gloria imperecedera provocó en la humanidad, por no contar con Dios, la confusión y la falta de entendimiento, que desde entonces dividen a los hombres y a los pueblos.
Como colofón de la semana, una cita recapituladora de la carta a los Hebreos recuerda en pocas palabras la fe de Abel y de Noé, que Dios tuvo en cuenta al intervenir en aquellos tiempos precursores. Una fe que sigue siendo, en los pasajes evangélicos de estos días, la que cura y la que salva a los que recurren a Jesús.
En las celebraciones del santoral destacan también dos hermanos, los santos Cirilo y Metodio; a diferencia de los del Génesis, vivieron estrechamente unidos, tanto en la vocación monástica como en una singular tarea apostólica: la de verter, en los moldes de la lengua y la cultura eslavas, el patrimonio litúrgico y doctrinal heredado de la Iglesia antigua. El papa Juan Pablo II les dedicó una encíclica, declarándolos copatronos de Europa por su sólida contribución a la cristianización de este continente.
Fray Emilio  García ÁlvarezFray Emilio García Álvarez
Convento de Santo Domingo. Caleruega (Burgos)
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Lunes 14/2/2011 Santos Cirilo y Metodio
“Ahora nos dirigimos a los paganos”

I. Contemplamos la Palabra

Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles 13,46-49:
En aquellos días, Pablo y Bernabé dijeron a los judíos: «Teníamos que anunciaros primero a vosotros la palabra de Dios; pero como la rechazáis y no os consideráis dignos de la vida eterna, sabed que nos dedicamos a los gentiles. Así nos lo ha mandado el Señor: "Yo te haré luz de los gentiles, para que lleves la salvación hasta el extremo de la tierra."»
Cuando los gentiles oyeron esto, se alegraron y alababan la palabra del Señor; y los que estaban destinados a la vida eterna creyeron. La palabra del Señor se iba difundiendo por toda la región.
Sal 116,1.2 R/. Id al mundo entero y proclamad el Evangelio
Alabad al Señor, todas las naciones,
aclamadlo, todos los pueblos. R/.

Firme es su misericordia con nosotros,
su fidelidad dura por siempre. R/.
Lectura del santo evangelio según san Lucas 10,1-9:
En aquel tiempo, designó el Señor otros setenta y dos y los mandó por delante, de dos en dos, a todos los pueblos y lugares adonde pensaba ir él.
Y les decía: «La mies es abundante y los obreros pocos; rogad, pues, al dueño de la mies que mande obreros a su mies. ¡Poneos en camino! Mirad que os mando como corderos en medio de lobos. No llevéis talega, ni alforja, ni sandalias; y no os detengáis a saludar a nadie por el camino. Cuando entréis en una casa, decid primero: "Paz a esta casa." Y, si allí hay gente de paz, descansará sobre ellos vuestra paz; si no, volverá a vosotros. Quedaos en la misma casa, comed y bebed de lo que tengan, porque el obrero merece su salario. No andéis cambiando de casa. Si entráis en un pueblo y os reciben bien, comed lo que os pongan, curad a los enfermos que haya, y decid: "Está cerca de vosotros el reino de Dios."»

II. Oramos con la Palabra

SEÑOR, en la fiesta de los santos Patronos de Europa, te pido por el conjunto de los europeos: que sean consecuentes con sus raíces cristianas, que tus discípulos no se encuentren como ovejas en medio de lobos. Pon paz, fe y unidad en esa casa grande de Europa, porque tu reino está cerca. ¡Europa ha evangelizado al mundo y hoy es tierra de misión!
Esta oración está incluida en el libro: Evangelio 2011 de EDIBESA.

III. Compartimos la Palabra

Nos encontramos hoy con la fiesta de Cirilo y Metodio, patronos de Europa. Dos hermanos de sangre de Tesalónica que fueron enviados a predicar el Evangelio al gran Imperio de Moravia. Apóstoles entre los gentiles, como Pablo y Bernabé en la primera lectura del libro de los Hechos de Apóstoles. La vida de Pablo no se puede entender aisladamente… Pablo no fue un predicador itinerante solitario. Las misiones de Pablo son misiones de un grupo. Bernabé fue, quizás, el compañero más querido por Pablo para predicar. Los problemas en la misión de predicar el Evangelio, los separó e hizo que Pablo tomar otro equipo predicador. Lo importante tanto para Pablo como para Bernabé no se trataba en cómo predicar, sino en predicar. Predicar, predicar, predicar… es la única misión para la cual se sentían hechos. Y a esa entregaron la vida…
Por ello, en el Evangelio que se nos propone hoy encontramos el famoso envío a predicar de los 72 discípulos. Con ello, se no quiere poner de relieve que la misión no la elige cada uno, sino que la misión es delegada por Nuestro Señor. Al recibir esta misión de parte del propio Jesús nos convertimos en delegado de Él, hablamos en su nombre… Al predicar conforme a la palabra de Jesús predicamos con palabras humanas la Palabra de Dios. Nuestra predicación se convierte, de esta manera, en Palabra de Dios. Evidentemente que no somos Dios, pero actuamos en nombre de Jesús y por encargo de Él.
Cirilo y Metodio recibieron el encargo de predicar la Palabra de Dios en medio de un imperio pagano. Su tarea fue ingente y de muchos colores, entre ellas traducir la Sagrada Escritura al lenguaje eslavo. De esta manera la Palabra de Dios entró en la vida, en la cultura y en las gentes de aquel imperio del s. IX.
Fray José Rafael   Reyes GonzálezFray José Rafael Reyes González
Casa Santissima Trinità degli Spagnoli-Roma
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Martes 15/2/2011
“¿Y no acabáis de entender?”

I. Contemplamos la Palabra

Lectura del libro del Génesis 6,5-8;7,1-5.10:
Al ver el Señor que la maldad del hombre crecía sobre la tierra, y que todo su modo de pensar era siempre perverso, se arrepintió de haber creado al hombre en la tierra, y le pesó de corazón. Y dijo: «Borraré de la superficie de la tierra al hombre que he creado; al hombre con los cuadrúpedos, reptiles y aves, pues me pesa de haberlos hecho.»
Pero Noé alcanzó el favor del Señor.
El Señor dijo a Noé: «Entra en el arca con toda tu familia, pues tú eres el único justo que he encontrado en tu generación. De cada animal puro toma siete parejas, macho y hembra; de los no puros, una pareja, macho y hembra; y lo mismo de los pájaros, siete parejas, macho y hembra, para que conserven la especie en la tierra. Dentro de siete días haré llover sobre la tierra cuarenta días con sus noches, y borraré de la superficie de la tierra a todos los vivientes que he creado.»
Noé hizo todo lo que le mandó el Señor. Pasados siete días, vino el diluvio a la tierra.
Sal 28, 1a.2.3ac-4.3b.9c-10 R/. El Señor bendice a su pueblo con la paz
Hijos de Dios, aclamad al Señor,
aclamad la gloria del nombre del Señor,
postraos ante el Señor en el atrio sagrado. R/.

La voz del Señor sobre las aguas,
el Señor sobre las aguas torrenciales.
La voz del Señor es potente,
la voz del Señor es magnífica. R/.

El Dios de la gloria ha tronado.
En su templo un grito unánime: «¡Gloria!»
El Señor se sienta por encima del aguacero,
el Señor se sienta como rey eterno. R/.
Lectura del santo evangelio según san Marcos 8,14-21:
En aquel tiempo, a los discípulos se les olvidó llevar pan, y no tenían mas que un pan en la barca.
Jesús les recomendó: «Tened cuidado con la levadura de los fariseos y con la de Herodes.»
Ellos comentaban: «Lo dice porque no tenemos pan.»
Dándose cuenta, les dijo Jesús: «¿Por qué comentáis que no tenéis pan? ¿No acabáis de entender? ¿Tan torpes sois? ¿Para qué os sirven los ojos si no veis, y los oídos si no oís? A ver, ¿cuántos cestos de sobras recogisteis cuando repartí cinco panes entre cinco mil? ¿Os acordáis?»
Ellos contestaron: «Doce.»
«¿Y cuántas canastas de sobras recogisteis cuando repartí siete entre cuatro mil?»
Le respondieron: «Siete.»
Él les dijo: «¿Y no acabáis de entender?»

II. Oramos con la Palabra

SEÑOR, tus prodigios son infinitos en mi vida: quiero recordarlos, pero sobrepasan mi capacidad. ¡Gracias! Confieso que todo lo bueno que tengo me viene de ti, y lo malo es cosecha propia.
Esta oración está incluida en el libro: Evangelio 2011 de EDIBESA.

III. Compartimos la Palabra

  •  “Pasados siete días, vino el diluvio a la tierra”

Desde el principio de la creación, a lo largo de todo el Antiguo Testamento, nos encontramos con el misterioso problema de la “maldad de hombre”. Una maldad que siempre se concreta en romper su relación con Dios, su Creador, e ir en contra de los caminos de salvación y de amistad que Él le propone. A pesar de todo, siempre un resto permanece fiel a Yahvé. En este relato, es Noé y su familia ese resto al que Dios salva del diluvio dirigido a los que le han dado la espalda.
Ciertamente la “maldad del hombre” sigue en tiempos de Jesús y en nuestro tiempo. En este punto no han cambiado mucho las cosas. Lo que sí ha cambiado es la actitud de Jesús, el Hijo de Dios, ante los pecadores, a los que siempre tiende su mano perdonadora. La actitud del Padre del hijo pródigo es el símbolo de la actitud de Dios Padre ante cualquier desvarío nuestro. Siempre nos recibirá… si somos capaces de volver a Él y no nos mandará un nuevo condenador diluvio de agua. Como nos muestra su constante conducta, el único diluvio, que siempre está dispuesto a enviarnos es el de su de su amor, su compresión, su perdón, su luz, su esperanza… Ojalá lo aceptemos.
  •  “¿Y no acabáis de entender?”

Ciertamente los apóstoles obligaron a Jesús a ejercer la paciencia, como lo demuestra el evangelio de hoy y otros pasajes. Jesús les habla de la levadura, del modo de actuar y de vivir, de los fariseos y de Herodes para que no la sigan, y ellos piensan que se refiere al pan que no tienen. Armándose de paciencia, sin darse media vuelta y dejándoles en el camino, les reprocha su torpeza para entender las cosas que les dice. Y les invita a que abran bien sus ojos y sus oídos para ver y oír todo lo que Él les ofrece.
Esa invitación también nos la dirige a nosotros al principio de 2011. Es cierto que algunas palabras de Jesús nos resultan difíciles de entender, pero la inmensa mayoría de ellas poseen un lenguaje sencillo y comprensible. Pidámosle que mantenga nuestros ojos y nuestros oídos siempre abiertos a todas sus acciones y palabras y no le hagamos ejercitar su paciencia.
Fray Manuel Santos  SánchezFray Manuel Santos Sánchez
La Virgen del Camino
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Miércoles 16/2/2011
“Jesús, impuso las manos y el ciego vio”

I. Contemplamos la Palabra

Libro del Génesis 8,6-13.20-22
Pasados cuarenta días, Noé abrió el tragaluz que había hecho en el arca y soltó el cuervo, que voló de un lado para otro, hasta que se secó el agua en la tierra. Después soltó la paloma, para ver si el agua sobre la superficie estaba ya somera. La paloma, no encontrando donde posarse, volvió al arca con Noé, porque todavía había agua sobre la superficie. Noé alargó el brazo, la agarró y la metió consigo en el arca. Esperó otros siete días y de nuevo soltó la paloma desde el arca; ella volvió al atardecer con una hoja de olivo arrancada en el pico. Noé comprendió que el agua sobre la tierra estaba somera; esperó otros siete días, y soltó la paloma, que ya no volvió. El año seiscientos uno, el día primero del mes primero, se secó el agua en la tierra. Noé abrió el tragaluz del arca, miró y vio que la superficie estaba seca. Noé construyó un altar al Señor, tomó animales y aves de toda especie pura y los ofreció en holocausto sobre el altar.
El Señor olió el aroma que aplaca y se dijo: «No volveré a maldecir la tierra a causa del hombre, porque el corazón humano piensa mal desde la juventud. No volveré a matar a los vivientes, como acabo de hacerlo. Mientras dure la tierra, no han de faltar siembra y cosecha, frío y calor, verano e invierno, día y noche.»
Sal 115,12-13.14-15.18-19 R/. Te ofreceré, Señor, un sacrificio de alabanza
¿Cómo pagaré al Señor
todo el bien que me ha hecho?
Alzaré la copa de la salvación,
invocando su nombre. R/.

Cumpliré al Señor mis votos
en presencia de todo el pueblo.
Mucho le cuesta al Señor
la muerte de sus fieles. R/.

Cumpliré al Señor mis votos
en presencia de todo el pueblo,
en el atrio de la casa del Señor,
en medio de ti, Jerusalén. R/.
Lectura del santo evangelio según san Marcos 8,22-26:
En aquel tiempo, Jesús y los discípulos llegaron a Betsaida. Le trajeron un ciego, pidiéndole que lo tocase.
Él lo sacó de la aldea, llevándolo de la mano, le untó saliva en lo ojos, le impuso las manos y le preguntó: «¿Ves algo?»
Empezó a distinguir y dijo: «Veo hombres; me parecen árboles, pero andan.»
Le puso otra vez las manos en los ojos; el hombre miró: estaba curado y veía todo con claridad.
Jesús lo mandó a casa, diciéndole: «No entres siquiera en la aldea.»

II. Oramos con la Palabra

SEÑOR,a mí no me llevan a que me cures: soy yo quien acudo a ti buscando la salud, más del alma que del cuerpo. Si quieres, puedes curarme. Necesito que cada día vayas limpiando los ojos de mi alma para que te conozca mejor y te siga con mayor fidelidad: en eso consiste el camino de mi salvación. Porque cuando vea con claridad tu bondad y tu amor, no querré ninguna otra cosa.
Esta oración está incluida en el libro: Evangelio 2011 de EDIBESA.

III. Compartimos la Palabra

  • “No volveré a maldecir la tierra”

Contemplemos la prudencia de Noe, él creyó a Dios, y construyó el arca, salvando así la vida del diluvio, tiene paciencia hasta que la tierra esté habitable, no tienta a Dios, espera con paz.. Una vez en tierra firme, lo primero que hace es volver a Dios para darle gracias por tanto bien recibido; levanta un altar y ofrece sacrificios sobre el mismo.
Dios recibe con agrado estos sacrificios y, aun conociendo el corazón del hombre, sede de todas las facultades de cada persona, de donde brota lo bueno y lo malo, hace un nuevo pacto con él, aunque el hombre no sea fiel, Dios siempre es fiel, y promete que la tierra volverá a dar sus frutos, que enviará la lluvia y cuanto necesite para ello, en beneficio de todos los vivientes.
El Dios “siempre fiel”, quiere y nos pide fidelidad, como signo de ella cantemos y profundicemos en el salmo del día ¿Cómo pagaré al Señor todo el bien que me ha hecho?
  • “Jesús, impuso las manos y el ciego vio”

Tal vez por las condiciones climatológicas del lugar, en tiempo de Jesús abundaban los ciegos..Siendo un sentido tan importante en la vida del hombre, no es extraño que ,la curación de la ceguera, fuera considerada como un signo de la presencia del Mesías prometido: “Los ciegos ven..” (Is 61,18b), por lo cual, no nos debe extrañar la actitud de Jesús, que lleva al enfermo fuera para curarlo, y así, evitar que lo proclamen como el Mesías esperado, no olvidemos el mesianismo ascendente del evangelio de Marcos.
Visto esto, vamos a resaltar la lección que nos presenta a nosotros:
Un ciego, necesita ayuda y aquí nos dice que alguien se la prestó “Le presentaron ante Jesús” Los que lo hicieron, creen en el poder de Jesús y buscan el bien para el ciego.
Nosotros tenemos la dicha de creer, en nuestro entorno hay muchos ciegos que no creen ¿Procuramos llevarlos a Cristo?; ¿Cómo?, sólo Él puede curar su ceguera, pero nos necesita para que los conduzcamos a El.
Hna. María Pilar  Garrúes El CidHna. María Pilar Garrúes El Cid
Misionera Dominica del Rosario
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Jueves 17/2/2011
“Tú eres el Mesías”

I. Contemplamos la Palabra

Lectura del libro del Génesis 9,1-13:
Dios bendijo a Noé y a sus hijos, diciéndoles: «Creced, multiplicaos y llenad la tierra. Todos los animales de la tierra os temerán y respetarán; aves del cielo, reptiles del suelo, peces del mar, están en vuestro poder. Todo lo que vive y se mueve os servirá de alimento; os lo entrego, lo mismo que los vegetales. Pero no comáis carne con sangre, que es su vida. Pediré cuentas de vuestra sangre y vida, y se las pediré a cualquier animal; y al hombre le pediré cuentas de la vida de su hermano. Si uno derrama la sangre de un hombre, otro derramará la suya, porque Dios hizo al hombre a su imagen. Vosotros creced y multiplicaos, moveos por la tierra y dominadla.»
Dios dijo a Noé y a sus hijos: «Yo hago un pacto con vosotros y con vuestros descendientes, con todos los animales que os acompañaron: aves, ganado y fieras; con todos los que salieron del arca y ahora viven en la tierra. Hago un pacto con vosotros: el diluvio no volverá a destruir la vida, ni habrá otro diluvio que devaste la tierra.»
Y Dios añadió: «Ésta es la señal del pacto que hago con vosotros y con todo lo que vive con vosotros, para todas las edades: pondré mi arco en el cielo, como señal de mi pacto con la tierra.»
Sal 101,16-18.19-21.29.22-23 R/. El Señor desde el cielo se ha fijado en la tierra
Los gentiles temerán tu nombre,
los reyes del mundo, tu gloria.
Cuando el Señor reconstruya Sión,
y aparezca en su gloria,
y se vuelva a las súplicas de los indefensos,
y no desprecie sus peticiones. R/.

Quede esto escrito para la generación futura,
y el pueblo que será creado alabará al Señor.
Que el Señor ha mirado desde su excelso santuario,
desde el cielo se ha fijado en la tierra,
para escuchar los gemidos de los cautivos
y librar a los condenados a muerte. R/.

Los hijos de tus siervos vivirán seguros,
su linaje durará en tu presencia,
para anunciar en Señor el nombre del Señor,
y su alabanza en Jerusalén,
cuando se reúnan unánimes los pueblos
y los reyes para dar culto al Señor. R/.
Lectura del santo evangelio según san Marcos 8,27-33:

En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos se dirigieron a las aldeas de Cesarea de Felipe; por el camino, preguntó a sus discípulos: «¿Quién dice la gente que soy yo?»
Ellos le contestaron: «Unos, Juan Bautista; otros, Ellas; y otros, uno de los profetas.»
Él les preguntó: «Y vosotros, ¿quién decís que soy?»
Pedro le contestó: «Tú eres el Mesías.»
Él les prohibió terminantemente decírselo a nadie.
Y empezó a instruirlos: «El Hijo del hombre tiene que padecer mucho, tiene que ser condenado por los ancianos, sumos sacerdotes y escribas, ser ejecutado y resucitar a los tres días.»
Se lo explicaba con toda claridad. Entonces Pedro se lo llevó aparte y se puso a increparlo.
Jesús se volvió y, de cara a los discípulos, increpó a Pedro: «¡Quítate de mi vista, Satanás! ¡Tú piensas como los hombres, no como Dios!»

II. Oramos con la Palabra

SEÑOR, yo, como Pedro, te digo con plena convicción que tú eres el Mesías, el Hijo de Dios, mi Salvador y mi Señor. Hoy te pido que también tenga el valor de confesarlo ante otros que o no te conocen o se avergüenzan de ser discípulos tuyos. Y también te pido no parecerme a Pedro cuando, pensando como los hombres, quiere persuadirte de que te alejes de la Cruz. Adoro tu Cruz y quiero seguirte cada día con la mía.
Esta oración está incluida en el libro: Evangelio 2011 de EDIBESA.

III. Compartimos la Palabra

Esta pequeña, pero fundamental, encuesta sobre la persona de Jesús que él mismo realiza en sus discípulos marca el inicio de su última y definitiva etapa entre nosotros. Se va a iniciar su subida a Jerusalén. Hoy Jesús “instruye” a sus discípulos sobre lo que va a tener lugar en Jerusalén: padecerá mucho, será condenado, ejecutado y, a los tres días, resucitará. Según la confesión de Pedro, todo esto lo hará como Mesías. Al final, se nos narrará la poco afortunada “amonestación” de Pedro a Jesús que dio lugar a la “dura” contestación de éste a Pedro.
  • “¿Quién dice la gente que soy yo?”

Con esta primera pregunta Jesús prepara el terreno. Antes de entrar en cuestiones personales, esta pregunta, que no compromete para nada, es sólo sobre lo que los demás opinan de él, de Jesús. Y los discípulos se muestran dicharacheros y confiados: “Unos que Juan el Bautista; otros, Elías; y otros, uno de los profetas”. Piensan que Jesús quedará tranquilo y satisfecho con esto, pero no va a ser así. No era esto lo importante para Jesús ni lo que él andaba buscando.
  • “Y vosotros, ¿quién decís que soy?”

Esto ya es distinto. Esto ya puede comprometer más, sobre todo sabiendo que a Jesús no se le puede engañar. Como si Jesús pidiera aclararse con respecto a él esclareciendo y clarificando la postura personal de cada uno. “¿Por qué me sigues tú?” “¿Qué has visto en mí que hace que me sigas?” “¿Hasta dónde estás dispuesto a ir en mi seguimiento?” “¿Crees que los demás ven coherencia entre tu postura y tu vida?”
“¿Y vosotros?” Sólo Pedro, como en otras ocasiones, intenta romper el hielo y solventar de la mejor manera posible aquel dilema: “Tú eres el Mesías”. Y todos respiran aliviados, creyendo que no se puede contestar más ni mejor. Y tenían razón. Si, de verdad, Jesús fuera para ellos el Mesías, el Señor, el Hijo de Dios, Dios con nosotros, no podían haber contestado mejor, representados por Pedro.
  • Grandeza y “miseria” de Pedro

Jesús aceptó la respuesta, al menos de momento. Y, aunque no lo dijera, le agradó la postura y sinceridad de Pedro. Pero, dándose cuenta, también, del concepto tan pobre que tenían de su mesianismo, inmediatamente les da una clase práctica sobre el mismo y sobre lo que, en consecuencia, tiene que suceder al verdadero Mesías en Jerusalén. Se lo dijo meridianamente claro, pero la actitud de Pedro demostró que lo que ellos habían entendido no era lo que Jesús quiso aclarar. La espontaneidad le jugó una mala pasada a Pedro que quiso dar una lección al Maestro sobre lo que, como Mesías, tenía que hacer y evitar. Y pasó lo que tenía que pasar: “¡Quítate de mi vista, Satanás! Tú piensas como los hombres, no como Dios”.
Más tarde, Pedro y los discípulos llegarán a “pensar como Dios”, y acabarán dándonos el mejor ejemplo de la implicación personal en su vida, como respuesta, ya no de memoria, sino con su martirio, a la pregunta que aquel día les había dirigido el Señor.
Fray Hermelindo Fernández RodríguezFray Hermelindo Fernández Rodríguez
La Virgen del Camino
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Viernes 18/2/2011
"El que quiera venir conmigo…"

I. Contemplamos la Palabra

Lectura del libro del Génesis 11,1-9:
Toda la tierra hablaba la misma lengua con las mismas palabras. Al emigrar (el hombre) de oriente, encontraron una llanura en el país de Senaar y se establecieron allí.
Y se dijeron unos a otros: «Vamos a preparar ladrillos y a cocerlos.»
Emplearon ladrillos en vez de piedras, y alquitrán en vez de cemento.
Y dijeron: «Vamos a construir una ciudad y una torre que alcance al cielo, para hacernos famosos, y para no dispersarnos por la superficie de la tierra.»
El Señor bajó a ver la ciudad y la torre que estaban construyendo los hombres; y se dijo: «Son un solo pueblo con una sola lengua. Si esto no es más que el comienzo de su actividad, nada de lo que decidan hacer les resultará imposible. Voy a bajar y a confundir su lengua, de modo que uno no entienda la lengua del prójimo.»
El Señor los dispersó por la superficie de la tierra y cesaron de construir la ciudad. Por eso se llama Babel, porque allí confundió el Señor la lengua de toda la tierra, y desde allí los dispersó por la superficie de la tierra.
Sal 32,10-11.12-13.14-15 R/. Dichoso el pueblo que el Señor se escogió como heredad
El Señor deshace los planes de las naciones,
frustra los proyectos de los pueblos;
pero el plan del Señor subsiste por siempre,
los proyectos de su corazón, de edad en edad. R/.

Dichosa la nación cuyo Dios es el Señor,
el pueblo que él se escogió como heredad.
El Señor mira desde el cielo,
se fija en todos los hombres. R/.

Desde su morada observa
a todos los habitantes de la tierra:
él modeló cada corazón,
y comprende todas sus acciones. R/.
Lectura del santo evangelio según san Marcos 8,34-39
En aquel tiempo, Jesús llamó a la gente y a sus discípulos, y les dijo: «El que quiera venirse conmigo, que se niegue a sí mismo, que cargue con su cruz y me siga. Mirad, el que quiera salvar su vida la perderá; pero el que pierda su vida por mi y por el Evangelio la salvará. Pues ¿de qué le sirve al hombre ganar el mundo entero, si arruina su vida? ¿O qué podrá dar uno para recobrarla? Quien se avergüence de mi y de mis palabras, en esta generación descreída y malvada, también el Hijo del hombre se avergonzará de él, cuando venga con la gloria de su Padre entre los santos ángeles.»
Y añadió: «Os aseguro que algunos de los aquí presentes no morirán sin haber visto llegar el reino de Dios en toda su potencia.»

II. Oramos con la Palabra

SEÑOR, no hay mejor manera de emplear la vida que me das, que gastarla por ti, por tu Reino, por tu Iglesia: la Iglesia eres tú mismo presente en los hermanos. Quiero perder mi vida –que es salvarla– por ti y por tu Evangelio, cargando cada día con mi cruz y siguiendo tus pasos. ¿De qué me sirve ganar todo el mundo si pierdo mi alma?
Esta oración está incluida en el libro: Evangelio 2011 de EDIBESA.

III. Compartimos la Palabra

  • Pentecostés, una réplica de Babel

La liturgia nos presenta con la lectura del libro del Génesis los primeros capítulos de la historia de la humanidad. Y lo primero que destaca es que la ruptura con Dios lleva a la ruptura del hombre consigo mismo, y con los demás.
Sigue el hombre en su afán de ser como Dios, llamar la atención, dominar. Pero Dios les sale al paso, los dispersa y confunde su lengua, ya dejan de ser uno. Dios, rico en misericordia, tiene un plan de salvación: Jesucristo lo lleva a cabo; en esperanza, ¡todos salvados!, todos unidos por la fuerza de su Espíritu Santo. Bien podemos cantar con el salmo: “Dichoso el pueblo que el Señor se escogió como heredad”.
  • El que quiera venir conmigo, que se niegue a sí mismo.

Empieza el Evangelio de hoy diciendo que Jesús llamó a la gente y a sus discípulos. Algo muy importante quiere decir, no se trata pues de unos consejos sólo para elegidos. Es algo fundamental.
“El que quiera venir conmigo, que se niegue a sí mismo”. Es decir, que se enfrente con esas pulsiones íntimas, con esas tendencias negativas que brotan del corazón humano como secuelas del pecado original.
S. Juan en su carta las llama concupiscencias “de los ojos, de la carne y la soberbia de la vida”. Nosotros hoy lo entendemos mejor si las llamamos por su nombre: poseer desmedido, placer inmediato e incontrolado, y poder. Por algo el Señor proclamó dichosos a los que eligen ser pobres, mansos, limpios de corazón, misericordiosos y pacíficos. Sólo exigiéndonos esa ascesis podemos ser libres para seguir al Maestro, o lo que es lo mismo, adhesión a su Persona. Esto es un don que recibimos para continuar aquí y ahora su misión de glorificar al Padre y salvarnos.
MM. Dominicas Monasterio Ntra. Sra. de la PiedadMM. Dominicas Monasterio Ntra. Sra. de la Piedad
Palencia
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Sábado 19/2/2011
“Por la fe, sabemos que la palabra de Dios configuró el universo”

I. Contemplamos la Palabra

Lectura de la carta a los Hebreos 11,1-7:
La fe es seguridad de lo que se espera, y prueba de lo que no se ve. Por su fe, son recordados los antiguos. Por la fe, sabemos que la palabra de Dios configuró el universo, de manera que lo que está a la vista no proviene de nada visible. Por la fe, Abel ofreció a Dios un sacrificio mejor que Caín; por ella, Dios mismo, al recibir sus dones, lo acreditó como justo; por ella sigue hablando después de muerto. Por fe, fue arrebatado Henoc, sin pasar por la muerte; no lo encontraban, porque Dios lo había arrebatado; en efecto, antes de ser arrebatado se le acreditó que había complacido a Dios, y sin fe es imposible complacerle, pues el que se acerca a Dios debe creer que existe y que recompensa a quienes lo buscan. Por fe. Noé, advertido por Dios de lo que aún no se veía, tomó precauciones y construyó un arca para salvar a su familia; por la fe, condenó al mundo y consiguió la justicia que viene de la fe.
Sal 144,2-3.4-5.10-11 R/. Bendeciré tu nombre; Señor, por siempre
Día tras día, te bendeciré
y alabaré tu nombre por siempre jamás.
Grande es el Señor, merece toda alabanza.
Es incalculable su grandeza. R/.

Una generación pondera tus obras a la otra
y le cuenta tus hazañas.
Alaban ellos la gloria de tu majestad,
y yo repito tus maravillas. R/.

Que todas tus criaturas te den gracias, Señor,
que te bendiga tus fieles;
que proclamen la gloria de tu reinado,
que hablen de tus hazañas. R/.
Lectura del santo evangelio según san Marcos 9, 2-13
En aquel tiempo, Jesús se llevó a Pedro, a Santiago y a Juan, subió con ellos solos a una montaña alta, y se transfiguró delante de ellos. Sus vestidos se volvieron de un blanco deslumbrador, como no puede dejarlos ningún batanero del mundo. Se les aparecieron Elías y Moisés, conversando con Jesús.
Entonces Pedro tomó la palabra y le dijo a Jesús: «Maestro, ¡qué bien se está aquí! Vamos a hacer tres tiendas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías.»
Estaban asustados, y no sabía lo que decía.
Se formó una nube que los cubrió, y salió una voz de la nube: «Éste es mi Hijo amado; escuchadlo.»
De pronto, al mirar alrededor, no vieron a nadie más que a Jesús, solo con ellos.
Cuando bajaban de la montaña, Jesús les mandó: «No contéis a nadie lo que habéis visto, hasta que el Hijo del hombre resucite de entre los muertos.»
Esto se les quedó grabado, y discutían qué querría decir aquello de «resucitar de entre los muertos».
Le preguntaron: «¿Por qué dicen los escribas que primero tiene que venir Ellas?»
Les contestó él: «Elías vendrá primero y lo restablecerá todo. Ahora, ¿por qué está escrito que el Hijo del hombre tiene que padecer mucho y ser despreciado? Os digo que Ellas ya ha venido, y han hecho con él lo que han querido, como estaba escrito.»

II. Oramos con la Palabra

SEÑOR, ¡qué bien se está a tu lado cuando todo marcha bien! Pero tu Padre me aconseja que te escuche, y tú me dices que cada día he de cargar con la cruz. Quiero seguirte en los momentos de gozo, de luz y de gloria, y también en los misterios del dolor.
Esta oración está incluida en el libro: Evangelio 2011 de EDIBESA.

III. Compartimos la Palabra

La fe es un don de Dios que encontramos en nuestro interior y que, al igual que una semilla, si nos empleamos en cultivarla, podemos descubrir que puede transformase en flor y en fruto haciendo así fértil ese campo de cultivo que es el ser humano.
La fe es capaz de llevarnos a acometer hazañas que serían impensables sin ella: mediante la fe podemos hacer de nuestro obrar un acto de confianza en ese Amor que, sin verlo ni tocarlo, infunde en nuestro ser la chispa de la esperanza. Igual que el autor, nosotros podríamos decir: por fe, una madre cuida de sus hijos y les infunde esperanza en medio del dolor de la guerra; un profesor intenta que su alumnado joven descubra los talentos que poseen, a pesar de que la sociedad desvalorice a la juventud; unos trabajadores luchan por mejores condiciones laborales porque creen en la dignidad del trabajo; y un empresario mantiene su plantilla a pesar de las dificultades económicas porque cree en su trabajo y en el de los empleados. Por la fe, las personas enfermas luchan por sobrevivir y llevar su enfermedad dignamente a pesar de las desalentadoras noticias; unas personas expresan su amor a pesar de ser perseguidas por su orientación sexual; Musulmanes y cristianos Coptos, mano a mano, luchan por un nuevo amanecer a pesar de las diferencias religiosas; unas personas anónimas enseñan español a inmigrantes para facilitarles la vida en su nuevo lugar de residencia, porque creen en un mundo sin fronteras; y un reponedor, a pesar de lo rutinario de su trabajo, se ilusiona diariamente convencido de que su buen hacer puede dar ejemplo a sus compañeros...
Al leer el salmo, nos viene nuestra imagen o la imagen de alguien tremendamente agradecido cuyas palabras no alcanzan a dar a ese sentimiento toda la profundidad que tiene. Cuando miramos a nuestros hijos crecer, descubrir, jugar, necesitamos levantar la mirada a Dios y dar gracias por este regalo, pero también necesitamos abrazar y agradecer a todos nuestros hermanos de los que el Señor se sirve para ayudarnos a cuidarlos, a educarlos, y a que aprendan a ser felices.
Este texto del evangelio nos muestra que cuando nos encontramos con Dios a través de los hermanos, igual que Pedro, Santiago y Juan se encontraron a través de Jesús, nos sentimos tan bien que no queremos movernos de allí queremos quedarnos al lado de Dios. Pero el Evangelio nos apremia a bajar de la montaña y comunicarlo a todos. Es grande la tentación de hacer las tiendas, igual de grande que el compromiso de transmitir a nuestros hermanos.
A través del relato del Evangelio que contemplamos hoy, Jesús se muestra ante sus discípulo desde su naturaleza humana y divina. Se podría establecer una correspondencia entre este relato y Pentecostés. La Transfiguración de Jesús fue acogida por los discípulos como un acontecimiento extraordinario, es cierto. Pero, tras esta otra teofanía, la llegada del Espritu Santo, los discípulos vieron fortalecida su fe hasta el punto de sobreponerse a cualquier clase de temor.