domingo, 20 de febrero de 2011

El verdadero cambio necesario que sí precisa la Iglesia

El verdadero cambio necesario que sí precisa la Iglesia
Lo que necesitamos es fe en plenitud, cultivo espiritual, comunión eclesial, autenticidad, lealtad, conversión y pasión por Jesucristo, por su Iglesia y por la misión evangelizadora a favor de la humanidad
Autor: Editorial Ecclesia | Fuente: www.revistaecclesia.com

El pasado 3 de febrero un grupo de 144 teólogos alemanes, austriacos y suizos -un tercio de su actual totalidad en ejercicio- hicieron público un memorandum titulado «Iglesia 2011: Un cambio necesario Necesidad de avanzar hacia un nuevo comienzo». La supresión del celibato sacerdotal, el acceso de las mujeres al sacerdocio ministerial, una mayor participación de los laicos y procesos más democráticos en las elecciones episcopales son los reclamos principales del mismo. En España, tres antiguos profesores de Teología han encabezado asimismo una campaña de recogida de firmas de adhesión al manifiesto.

¿Es este el verdadero cambio que necesita nuestra Iglesia? ¿Nuestra propia identidad cristiana y eclesial y los problemas y limitaciones pastorales con que topamos hoy día y hasta nuestros mismos pecados pasados o presentes demandan en realidad abordar cuestiones de esta naturaleza? ¿Con medidas similares han conseguido otras Iglesias y confesiones cristianas revitalizar, redinamizar y fertilizar sus comunidades o, al contrario, han sido sumidas todavía más en la crisis y en las crisis? ¿Siguiendo estas propuestas -no todas de la misma envergadura y cualificación-, seríamos más fieles al Evangelio y prestaríamos mejor servicio a los hombres y mujeres de nuestro tiempo? Creemos sincera, humilde y firmemente que no.

En referencia a la supuesta posibilidad y conveniencia del sacerdocio femenino, la Iglesia -repite paciente y fundamentadamente el magisterio papal de las últimas décadas- no puede dar lo que no tiene y a lo que no está legitimada. Las razones del celibato sacerdotal, de carácter disciplinar, sí, y también de amplio respaldo y cobertura espiritual, pastoral y doctrinal -al menos en cuanto a imitación y seguimiento de Jesucristo Sumo y Eterno Sacerdote y de cuyo sacerdocio participan los sacerdotes ministeriales-, son muy poderosas, fecundas y válidas. Y la mayor y mejor participación de los laicos en la vida de la Iglesia no puede ser jamás cuestión de aspiraciones en lograr simplemente por lograr poderes humanos o influencias sociales, en fomentar grupos de presión, en alcanzar cuotas estadísticas y en seguir meros eslóganes publicitarios. Y por lo respecta a los procesos de los nombramientos de los obispos, bueno será recordar que estos nunca se producen sin una amplia y detenida consulta intraeclesial, que obviamente en ningún lugar está escrito que no pueda ser de otra manera ni aún mayor o también menor a tenor de las circunstancias.

El verdadero cambio necesario que urge nuestra Iglesia pasa siempre y también ahora por el reto de la santidad, de la fidelidad, de la comunión, de la constante renovación espiritual y del ardor evangelizador. El verdadero cambio necesario es vivir de la Palabra de Dios, que encuentra en la Iglesia -como recordó días atrás en el Congreso sobre la Biblia de la CEE el teólogo y arzobispo Ladaria- el único ámbito adecuado para su interpretación como Palabra actual de Dios. El verdadero cambio que necesitamos es el del desapego iluminado desde la fe y desde la independencia ideológica ante las consignas y reclamos de la moda y de lo política, social o culturalmente correcto, que aunque pueda conllevar renuncias, son, en realidad, ofrendas libres, generosas y en positivo por la auténtica causa del Reino.

Claro que hay que escuchar y discernir los signos de los tiempos. Claro que siempre es bueno el diálogo y el encuentro. Y estos mismos signos de los tiempos y desde el diálogo y el encuentro precisos lo que se reclama de nosotros los cristianos, de nosotros miembros de la Iglesia, no son posturas acomodaticias ni posicionamientos ideologizados y trasplantados desde fuera. No son viejas y superadas polémicas, ni nuevas o larvadas divisiones o disensiones. No son posiciones lejanas y hasta contrarias al magisterio eclesial, sino todo lo contrario.

En medio de estos presentes tiempos recios de increencia y secularización, lo que reclaman los signos de los tiempos no es que nosotros también nos secularicemos y presentemos, vivamos y transmitamos un Evangelio «light» o bajo en calorías para así, supuestamente -solo supuestamente- hacerlo más atractivo y simpático, porque si la sal se vuelve sosa... Lo que necesitamos es fe en plenitud, cultivo espiritual, comunión eclesial, autenticidad, lealtad, conversión y pasión por Jesucristo, por su Iglesia y por la misión evangelizadora a favor de la humanidad. Es, en suma, ser más de Dios, del Dios de Jesucristo, para así ser más y mejor de y para los hombres nuestros hermanos.
 
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Evangelio del día y comentarios a la Palabra diaria 7ma. semana T.O.


Evangelio del día y comentarios a la Palabra diaria
  Séptima semana del Tiempo Ordinario
Del 21/2/2011 al 26/2/2011
 
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Introducción a la semana
La liturgia nos introduce ahora en la lectura del Eclesiástico, uno de los libros sapienciales de la Biblia, es decir, en los que se refleja la sabiduría de Israel. Dicho en pocas palabras, la sabiduría es una reflexión sobre la realidad de las cosas y la experiencia humana para conducirse bien en la vida, tanto en el ámbito privado como en el público. Se centra más en el hombre y sus problemas que en Dios y en la historia de Israel. No obstante, esta reflexión se ilumina con la referencia a la creación (tal como se presenta en los primeros capítulos del Génesis, que hemos recorrido en las últimas semanas) y se enriquece al incorporar también los temas clásicos de la alianza y de la ley.
Precisamente en el Eclesiástico (así llamado en la época cristiana por su frecuente uso en la “ecclesía”, es decir, en las asambleas litúrgicas) se identifica la voz de la sabiduría con la voz de la ley, que es la palabra del Dios de la alianza. El autor de la sabiduría es Dios mismo y el principio de la sabiduría humana es “el temor del Señor”; no el miedo, sino el reconocimiento de la soberanía de Dios y la actitud de reverencia y obediencia que corresponden a la criatura.
Dentro de este marco, se subraya la confianza que genera ese temor de Dios ante las pruebas de la vida, o cómo nos acerca al Señor el amor a la sabiduría, que nos enseña a ser sencillos ante él y siempre dispuestos a la conversión, a la vez que nos permite discernir con acierto en la elección y el trato con los amigos. Todo ello se desprende de nuestra condición de criaturas de Dios, hechas a su imagen e invitadas a la alabanza de su nombre y al cumplimiento de su voluntad.
Del santoral de estos días mencionamos únicamente la fiesta de la Cátedra de san Pedro, una de las más antiguas fiestas cristianas. En ella se celebra a Pedro como cimiento de la fe y supremo pastor de la Iglesia por voluntad de Jesús (ver Mt 16, 13-19; Jn 21, 15-19). El Papa le sucede en la “presidencia de la caridad”, según la bella expresión de san Ignacio de Antioquía hablando de la autoridad del obispo de Roma.
Fray Emilio  García ÁlvarezFray Emilio García Álvarez
Convento de Santo Domingo. Caleruega (Burgos)
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Lunes 21/2/2011
“La Sabiduría viene del Señor”

I. Contemplamos la Palabra

Comienzo del libro del Eclesiástico 1,1-10:
Toda sabiduría viene del Señor y está con él eternamente. La arena de las playas, las gotas de la lluvia, los días de los siglos, ¿quién los contará? La altura del cielo, la anchura de la tierra, la hondura del abismo, ¿quién los rastreará? Antes que todo fue creada la sabiduría; la inteligencia y la prudencia, antes de los siglos. La raíz de la sabiduría, ¿a quién se reveló?; la destreza de sus obras, ¿quién la conoció? Uno solo es sabio, temible en extremo; está sentado en su trono. El Señor en persona la creó, la conoció y la midió, la derramó sobre todas sus obras; la repartió entre los vivientes, según su generosidad se la regaló a los que lo temen.
Sal 92,1ab.1c-2.5 R/. El Señor reina, vestido de majestad
El Señor reina, vestido de majestad,
el Señor, vestido y ceñido de poder. R/.

Así está firme el orbe y no vacila.
Tu trono está firme desde siempre,
y tú eres eterno. R/.

Tus mandatos son fieles y seguros;
la santidad es el adorno de tu casa, Señor,
por días sin término. R/.
Lectura del santo evangelio según san Marcos 9,14-29:
En aquel tiempo, cuando Jesús y los tres discípulos bajaron de la montaña, al llegar adonde estaban los demás discípulos, vieron mucha gente alrededor, y a unos escribas discutiendo con ellos. Al ver a Jesús, la gente se sorprendió, y corrió a saludarlo.
Él les preguntó: «¿De qué discutís?»
Uno le contestó: «Maestro, te he traído a mi hijo; tiene un espíritu que no le deja hablar y, cuando lo agarra, lo tira al suelo, echa espumarajos, rechina los dientes y se queda tieso. He pedido a tus discípulos que lo echen, y no han sido capaces.»
Él les contestó: «¡Gente sin fe! ¿Hasta cuándo estaré con vosotros? ¿Hasta cuándo os tendré que soportar? Traédmelo.»
Se lo llevaron. El espíritu, en cuanto vio a Jesús, retorció al niño; cayó por tierra y se revolcaba, echando espumarajos.
Jesús preguntó al padre: «¿Cuánto tiempo hace que le pasa esto?»
Contestó él: «Desde pequeño. Y muchas veces hasta lo ha echado al fuego y al agua, para acabar con él. Si algo puedes, ten lástima de nosotros y ayúdanos.»
Jesús replicó: «¿Si puedo? Todo es posible al que tiene fe.»
Entonces el padre del muchacho gritó: «Tengo fe, pero dudo; ayúdame.»
Jesús, al ver que acudía gente, increpó al espíritu inmundo, diciendo: «Espíritu mudo y sordo, yo te lo mando: Vete y no vuelvas a entrar en él.»
Gritando y sacudiéndolo violentamente, salió. El niño se quedó como un cadáver, de modo que la multitud decía que estaba muerto. Pero Jesús lo levantó, cogiéndolo de la mano, y el niño se puso en pie.
Al entrar en casa, sus discípulos le preguntaron a solas: «¿Por qué no pudimos echarlo nosotros?»
Él les respondió: «Esta especie sólo puede salir con oración y ayuno.»

II. Oramos con la Palabra

SEÑOR, una vez más me recuerdas la necesidad de la oración. Sabes lo que cuesta dejar las cosas que llenan la jornada para “estar a solas con aquel que te ama”. Con la oración no sólo conseguiré lo que creo necesitar, si es tu voluntad, sino sobre todo alcanzaré tener tus sentimientos, tus criterios, tu amistad, tu Vida.
Esta oración está incluida en el libro: Evangelio 2011 de EDIBESA.

III. Compartimos la Palabra

En las lecturas de este lunes VII del Tiempo Ordinario encontramos una idea que viene esbozada en las dos lecturas en conjunto: la sabiduría es el perfume de la experiencia de vida, bastón para levantarse tras la caída y seguir caminando. La sabiduría es la prueba de que Dios escucha el gemido de su pueblo.
En la primera lectura encontramos la primera parte de esta idea. Una de las enfermedades de nuestro tiempo es pensar que el conocimiento es sabiduría. La lectura del libro del Eclesiástico nos deja claramente esbozado que el conocimiento intelectual no es un buen suelo donde cimentar nuestra vida. En contraste, vemos que nuestro mundo se encuentra articulado en función del conocimiento: quien tiene el conocimiento tiene el poder; la gloria, la fama en nuestro mundo viene por el conocimiento. Y el conocimiento humano suele llevar anejo un pecado: la arrogancia. El conocimiento no es accesible a todos, es parcial, es injusto, se mueve sólo en el espacio del intelecto. La propuesta que nos hace el libro del Eclesiástico para sustentar la vida es en la Sabiduría. Esta, se mueve en el escenario de la vida, de lo real. Afecta a la realidad personal completa, al corazón y a la inteligencia. La sabiduría no conoce de teorías, de teoremas, de paradigmas… La sabiduría es experiencia de vida, camino recorrido, herida de caída… La sabiduría
En el Evangelio, Marcos nos narra una escena de la vida de Jesús con mucho realismo. Es plástica, muy imaginativa… todos somos capaces de hacernos una representación visual de cómo fue la escena. Me llama la atención, el diálogo que se establece entre el padre del niño poseído por el espíritu inmundo desde pequeño y Jesús. La voz del padre se convierte en la voz del hijo que sufre. El niño no puede hablar y lo hace el padre, en su nombre. El diálogo entre el padre y Jesús es una oración bellísima en forma de diálogo. La oración, la súplica del Padre es el grito humano por el sufrimiento. La oración es la voz que clama a Dios para que tenga compasión del que sufre. Y todos tenemos la experiencia de ver que unas veces Dios escucha nuestro grito y otras veces parece que nuestra voz cae en el abismo sin ser escuchada. La fe que requiere la oración no se encuentra tras ver que se ha escuchado nuestra voz y se cumple lo que hemos pedido, a modo de magia. No… La fe se requiere en el momento del grito. Fe, confianza en que Dios escucha nuestra grito y hará cumplir su voluntad no a nuestro modo, sino a su modo. El grito humano se transforma en lágrimas al no verse cumplidas las expectativas humanas… Las lágrimas son, precisamente, el signo de que Dios ha escuchado la súplica. Por ello, Jesús, ante la pregunta de sus discípulos, afirma: Esta especia sólo puede salir con oración. Esta es también la sabiduría del corazón que nos habla la primera lectura.
Fray José Rafael   Reyes GonzálezFray José Rafael Reyes González
Casa Santissima Trinità degli Spagnoli-Roma
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Martes 22/2/2011 Cátedra de San Pedro
“Y vosotros ¿quién decís que soy yo?”

I. Contemplamos la Palabra

Primera Lectura: I Pedro 5,1-4
Queridos hermanos: A los presbíteros en esa comunidad, yo, presbítero como ellos, testigo de los sufrimientos de Cristo y partícipe de la gloria que va a manifestarse, os exhorto: Sed pastores del rebaño de Dios que tenéis a vuestro cargo, gobernándolo no a la fuerza, sino de buena gana, como Dios quiere; no por sórdida ganancia, sino con generosidad; no como déspotas sobre la heredad de Dios, sino convirtiéndoos en modelos del rebaño. Y cuando aparezca el supremo Pastor, recibiréis la corona de gloria que no se marchita.
Sal 22,1-3.4.5.6 R/. El Señor es mi pastor, nada me falta
El Señor es mi pastor, nada me falta:
en verdes praderas me hace recostar;
me conduce hacia fuentes tranquilas
y repara, mis fuerzas;
me guía por el sendero justo,
por el honor de su nombre. R/.

Aunque camine por cañadas oscuras,
nada temo, porque tú vas conmigo:
tu vara y tu cayado me sosiegan. R/.

Preparas una mesa ante mí,
enfrente de mis enemigos;
me unges la cabeza con perfume,
y mi copa rebosa. R/.

Tu bondad y tu misericordia
me acompañan todos los días de mi vida,
y habitaré en la casa del Señor
por años sin término. R/.
Evangelio: Mateo 16,13-19
En aquel tiempo, al llegar a la región de Cesarea de Filipo, Jesús preguntó a sus discípulos: «¿Quién dice la gente que es el Hijo del hombre?»
Ellos contestaron: «Unos que Juan Bautista, otros que Elías, otros que Jeremías o uno de los profetas.»
Él les preguntó: «Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?»
Simón Pedro tomó la palabra y dijo: «Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo.»
Jesús le respondió: «¡Dichoso tú, Simón, hijo de Jonás!, porque eso no te lo ha revelado nadie de carne y hueso, sino mi Padre que está en el cielo. Ahora te digo yo: Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y el poder del infierno no la derrotará. Te daré las llaves del reino de los cielos; lo que ates en la tierra quedará atado en el cielo, y lo que desates en la tierra quedará desatado en el cielo.»

II. Oramos con la Palabra

SEÑOR, tu pregunta me llega directa: Y tú ¿quién dices que soy yo? Te respondo que para mí lo eres todo, el Mesías, el Hijo de Dios, el amigo que nunca defrauda. Pero quisiera que no fueran palabras vacías. Aumenta mi fe en ti y en tu Iglesia que, desde la Cátedra de Pedro, enseña la verdad y reúne en el amor. Que se cumpla siempre tu palabra: El poder del mal no la derrotará.
Esta oración está incluida en el libro: Evangelio 2011 de EDIBESA.

III. Compartimos la Palabra

  •  “Y vosotros ¿quién decís que soy yo?”

La enseñanza que Pedro desde su cátedra, es decir, desde su experiencia personal, nos brinda es que Jesús es “El Mesías, el Hijo de Dios vivo”. Todo en él brota de esta experiencia. El encuentro con Jesús le cambió la vida. Fue otro hombre antes y después de conocer a Jesús. Y ésta su experiencia gozosa es la que trató de contagiar a todas las personas a las que se dirigió, principalmente después de la muerte y resurrección de Jesús, después de “Tú eres Pedro y sobre esta piedra edificará mi iglesia” y del encargo recibido de “id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura”.
A sus sucesores, “como pastores del rebaño de Dios”, les exhorta a que sean pastores como lo fue Cristo Jesús y que constantemente se miren en este modelo. Nada de gobernarlo “a la fuerza… como déspotas… esperando sórdida ganancia”, sino siguiendo siempre los pasos y los modos del “Mesías, el Hijo de Dios vivo”.
Jesús, el Hijo de Dios, no deja de sorprendernos. Ningún consejo de administración de una gran empresa hubiese puesto al frente de ella a Pedro, el pescador de Galilea. Sin embargo, Jesús le pone al frente de su comunidad, de su iglesia, porque Pedro ha reconocido su debilidad, la he confesado, ha reconocido a Jesús como el Hijo de Dios, ha reconocido que sin Él no puede hacer nada y confía plenamente en la asistencia amorosa de Jesús en su corazón y en toda la comunidad de sus seguidores. “El Señor dice a Simón Pedro: Yo he pedido por ti, para que tu fe no se apague. Y tú, cuando te recobres, da firmeza a tus hermanos”.
Fray Manuel Santos  SánchezFray Manuel Santos Sánchez
La Virgen del Camino
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Miércoles 23/2/2011
“El que no está contra nosotros está a favor nuestro”

I. Contemplamos la Palabra

Lectura del libro del Eclesiástico 4,12-22:
La sabiduría instruye a sus hijos, estimula a los que la comprenden. Los que la aman aman la vida, los que la buscan alcanzan el favor del Señor; los que la retienen consiguen gloria del Señor, el Señor bendecirá su morada; los que la sirven sirven al Santo, Dios ama a los que la aman. Quien me escucha juzgará rectamente, quien me hace caso habitará en mis atrios; disimulada caminaré con él, comenzaré probándolo con tentaciones; cuando su corazón se entregue a mí, volveré a él para guiarlo y revelarle mis secretos; pero, si se desvía, lo rechazaré y lo encerraré en la prisión; si se aparte de mí, lo arrojaré y lo entregaré a la ruina.
Sal 118,165.168.171.172.174.175 R/. Mucha paz tienen los que aman tus leyes, Señor
Mucha paz tienen los que aman tus leyes,
y nada los hace tropezar. R/.

Guardo tus decretos,
y tú tienes presentes mis caminos. R/.

De mis labios brota la alabanza,
porque me enseñaste tus leyes. R/.

Mi lengua canta tu fidelidad,
porque todos tus preceptos son justos. R/.

Ansío tu salvación, Señor;
tu voluntad es mi delicia. R/.

Que mi alma viva para alabarte,
que tus mandamientos me auxilien. R/.
Lectura del santo evangelio según san Marcos 9,38-40:
En aquel tiempo, dijo Juan a Jesús: «Maestro, hemos visto a uno que echaba demonios en tu nombre, y se lo hemos querido impedir, porque no es de los nuestros.»
Jesús respondió: «No se lo impidáis, porque uno que hace milagros en mi nombre no puede luego hablar mal de mí. El que no está contra nosotros está a favor nuestro.»

II. Oramos con la Palabra

SEÑOR, frente a la mezquindad de miras que cierra las puertas de mi corazón a quienes no coinciden conmigo, está la apertura de tu amor y de tu salvación a todos los hombres. Que mi egoísmo no sea nunca obstáculo para que otros puedan conocerte y ser felices. “El que no está contra nosotros está a favor nuestro”. Te pido por los amigos y por los enemigos.
Esta oración está incluida en el libro: Evangelio 2011 de EDIBESA.

III. Compartimos la Palabra

  • “Los que buscan la Sabiduría alcanzan el favor de Dios”

Poseer la sabiduría, es saborear las cosas de Dios.
El Sirácida se caracteriza por personificar la Sabiduría. Sus hijos son los que la buscan ellos se llenarán de alegría y hallarán la gloria. A veces, a través de dificultades, Dios, comienza provocando a sus discípulos, pero volverá por el recto camino y encontrarán la felicidad
La Sabiduría de Dios es reconocida, y vivida por los que aceptan su obra y aman la vida. Ella les instruye y estimula para que alcancen el favor de Dios.
El texto, sigue enumerando una serie de bienes para cuantos se esfuerzan por alcanzarla y procuran vivir de acuerdo a la misma.
Pidamos que el Espíritu Santo nos llene de su Sabiduría, que seamos guiados por Ella para entender, vivir y saborear lo que Dios nos revela.
  • “El que no está contra nosotros está a favor nuestro”

Esta fue la respuesta de Jesús a su discípulo Juan, que, llevado por un celo mal entendido, quería impedir que otros actuaran en nombre de Jesús.
La gracia es don y este lo da Dios a quien quiere. No podemos oponernos a la acción de aquellas personas que trabajan con entusiasmo por la extensión del Reino, aunque no pertenezcan a ningún grupo eclesial establecido, habrá que observar si su enseñanza y trabajo, es verdadero anuncio del Reino, tal como nos enseñó Cristo, visto esto, dejarles libertad de acción.
A veces somos tan celosos, que apagamos el entusiasmo de quien verdaderamente quiere anunciar el Reino con la Palabra o con la vida.
¿Tenemos miedo de que nos lleven la delantera?
Estar con Cristo es buscar y propagar el Reino en su doble dimensión de amor a Dios y a los hermanos. Acojamos a cuantos quieren trabajar por él.
Hna. María Pilar  Garrúes El CidHna. María Pilar Garrúes El Cid
Misionera Dominica del Rosario
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Jueves 24/2/2011
“Más te vale entrar manco en la vida, que ir con las dos manos al infierno”

I. Contemplamos la Palabra

Lectura del libro del Eclesiástico 5,1-10:
No confíes en tus riquezas ni digas: «Soy poderoso»; no confíes en tus fuerzas para seguir tus caprichos; no sigas tus antojos y condiciones ni camines según tus pasiones. No digas: «¿Quién me podrá?», porque el Señor te exigirá cuentas; no digas: «He pecado, y nada malo me ha sucedido» porque él es un Dios paciente; no digas:«El Señor es compasivo y borrará todas mis culpas.» No te fíes de su perdón para añadir culpas a culpas, pensando: «Es grande su compasión y perdonará mis muchas culpas»; porque tiene compasión y cólera, y su ira recae sobre los malvados. No tardes en volverte a él ni des largas de una día para otro; porque su furor brota de repente, y el día de la venganza perecerás. No confíes en riquezas injustas, que no te servirán el día de su ira.
Sal 1 R/. Dichoso el hombre que ha puesto su confianza en el Señor
Dichoso el hombre
que no sigue el consejo de los impíos,
ni entra por la senda de los pecadores,
ni se sienta en la reunión de los cínicos;
sino que su gozo es la ley del Señor,
y medita su ley día y noche. R/.

Sera como un árbol
plantado al borde de la acequia:
da fruto en su sazón
y no se marchitan sus hojas;
y cuanto emprende tiene buen fin. R/.

No así los impíos, no así;
serán paja que arrebata el viento.
Porque el Señor protege el camino de los justos,
pero el camino de los impíos acaba mal. R/.
Lectura del santo evangelio según san Marcos 9,41-50:
En aquel tiempo,, dijo Jesús a sus discípulos: «El que os dé a beber un vaso de agua, porque seguís al Mesías, os aseguro que no se quedará sin recompensa. El que escandalice a uno de estos pequeñuelos que creen, más le valdría que le encajasen en el cuello una piedra de molino y lo echasen al mar. si tu mano te hace caer, córtatela: más te vale entrar manco en la vida, que ir con las dos manos al infierno, al fuego que no se apaga. Y, si tu pie te hacer caer, córtatelo; más te vale entrar cojo en la vida, que ser echado con los dos pies al infierno. Y, si tu ojo te hace caer, sácatelo; más te vale entrar tuerto en el reino de Dios, que ser echado con los dos ojos al infierno, donde el gusano no muere y el fuego no se apaga. Todos serán salados a fuego. Buena es la sal; pero si la salva se vuelve sosa, ¿con qué la sazonaréis? Que no falte entre vosotros la sal, y vivid en paz unos con otros.»

II. Oramos con la Palabra

SEÑOR, tu palabra de hoy llega directa y tajante a mi corazón: tengo que odiar todo lo que me aparta de ti y alejarme de lo que me hace caer en el pecado. Así, en lugar de ser motivo de escándalo, con tu gracia podré ser testigo de tu amor y servirte en los hombres, mis hermanos, estén en la Iglesia o alejados de ti.
Esta oración está incluida en el libro: Evangelio 2011 de EDIBESA.

III. Compartimos la Palabra

Si fuéramos ángeles o santos no necesitaríamos los consejos del “sabio” del Eclesiástico. Pero somos humanos, con posibilidad de equivocarnos en el discernimiento y en la ejecución. Por eso necesitamos esos sabios consejos.
En el Evangelio se nos habla hoy de detalles. Unos positivos que debemos imitar; otros, negativos que, como cristianos, tenemos que eliminar.
  • Porque Dios es misericordioso, sed sabios

En el Antiguo Testamento, en el Libro de la Sabiduría, ya se nos dice que Dios es misericordioso. Pero, al mismo tiempo, el “sabio” nos dice que seamos cautos. Que podemos y debemos apoyarnos en la misericordia para obrar el bien con confianza y con alegría, con sabiduría. Pero que no obremos el mal, fiados en la misericordia, como si a Dios, por su bondad, le diera igual nuestro comportamiento. Al hombre se le pide que obre el bien, pudiendo, porque es libre, hacer lo contrario. De esa forma podrá ir por la vida tranquilo, confiado no en sus obras, sino en la misericordia de Dios. Esa es la coherencia, honradez y sabiduría que se nos pide.
  • Importancia de los gestos. Marcan toda la diferencia

Según el relato evangélico de hoy, los seguidores de Jesús tendríamos que intentar parecernos a él en el ejercicio y práctica de algunos gestos positivos y por el vacío y carencia de otros negativos.
En cuanto a los primeros, se nos habla del servicio, algo que Jesús hizo hasta la saciedad: “El Hijo del hombre no ha venido a ser servido sino a servir y dar su vida en rescate por muchos” (Mt 20,28). Hoy se nos pide que lleguemos al detalle de dar un vaso de agua a quien pudiera necesitarlo, y no sólo por motivos altruistas –que ya sería mucho- sino viendo en el otro al mismo Cristo. Se nos pide también ser sal en el entorno donde nos toque vivir. Sazonar, construir, edificar, conservar lo bueno. Y que vivamos en paz unos con otros, para lo cual tendremos que empezar teniendo paz con Dios y con nosotros mismos para, siendo pacíficos, poder pacificar.
Pero se hace más hincapié en el texto evangélico en el aspecto negativo, en concreto, en el escándalo. Y se usan los términos más duros y contundentes contra los que escandalizaren “a uno de estos pequeñuelos que creen”, a cualquier persona sencilla y buena, niños y adultos, cuya inocencia y bondad habría que cuidar y fomentar con el mayor esmero. Llegar a escandalizar a estas personas es un “crimen”: “más les valdría que les echasen al fondo del mar”. La delicadeza en este campo debe llegar, según el Evangelio, a cuidar sobremanera todo aquello –manos, pies, ojos- que pudiera escandalizar, hacer daño, no ya sólo a los demás, sino ni siquiera a nosotros mismos.
Fray Hermelindo Fernández RodríguezFray Hermelindo Fernández Rodríguez
La Virgen del Camino
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Viernes 25/2/2011
"Son los dos una sola carne".

I. Contemplamos la Palabra

Lectura del libro del Eclesiástico 6,5-7:
Una voz suave aumenta los amigos, unos labios amables aumentan los saludos. Sean muchos los que te saludan, pero confidente, uno entre mil; si adquieres un amigo, hazlo con tiento, no te fíes en seguida de él; porque hay amigos de un momento que no duran en tiempo de peligro; hay amigos que se vuelven enemigos y te afrentan descubriendo tus riñas; hay amigos que acompañan en la mesa y no aparecen a la hora de la desgracia; cuando te va bien, están contigo, cuando te va mal, huyen de ti; si te alcanza la desgracia, cambian de actitud y se esconden de tu vista. Apártate de tu enemigo y sé cauto con tu amigo. Al amigo fiel tenlo por amigo, el que lo encuentra, encuentra un tesoro; un amigo fiel no tiene precio ni se puede pagar su valor; un amigo fiel es un talismán, el que teme a Dios lo alcanza; su camarada será como él, y sus acciones como su fama.
Sal 118,12.16.18.27.34.35 R/. Guíame, Señor, por la senda de tus mandatos
Bendito eres, Señor,
enséñame tus leyes. R/.

Tu voluntad es mi delicia,
no olvidaré tus palabras. R/.

Ábreme los ojos, y contemplaré
las maravillas de tu voluntad. R/.

Instrúyeme en el camino de tus decretos,
y meditaré tus maravillas. R/.

Enséñame a cumplir tu voluntad
y a guardarla de todo corazón. R/.

Guíame por la senda de tus mandatos,
porque ella es mi gozo. R/.
Lectura del santo evangelio según san Marcos 10,1-12:
En aquel tiempo, Jesús se marchó a Judea y a Transjordania; otra vez se le fue reuniendo gente por el camino, y según costumbre les enseñaba.
Se acercaron unos fariseos y le preguntaron, para ponerlo a prueba: «¿Le es lícito a un hombre divorciarse de su mujer?»
Él les replicó: «¿Qué os ha mandado Moisés?»
Contestaron: «Moisés permitió divorciarse, dándole a la mujer un acta de repudio.»
Jesús les dijo: «Por vuestra terquedad dejó escrito Moisés este precepto. Al principio de la creación Dios "los creó hombre y mujer. Por eso abandonará el hombre a su padre y a su madre, se unirá a su mujer, y serán los dos una sola carne." De modo que ya no son dos, sino una sola carne. Lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre.»
En casa, los discípulos volvieron a preguntarle sobre lo mismo.
Él les dijo: «Si uno se divorcia de su mujer y se casa con otra, comete adulterio contra la primera. Y si ella se divorcia de su marido y se casa con otro, comete adulterio.»

II. Oramos con la Palabra

SEÑOR, tu palabra es tajante y no admite dudas sobre la santidad e indisolubilidad del matrimonio. Hoy quiero pedirte por tantos matrimonios cuyo amor se enfría y cuya unidad se resquebraja. Tú puedes convertir el agua de sus egoísmos en el mejor vino de tu amor: por ese amor tú das la vida por ta esposa, que es la Iglesia.
Esta oración está incluida en el libro: Evangelio 2011 de EDIBESA.

III. Compartimos la Palabra

  • Quien ha encontrado un amigo, ha encontrado un tesoro

El Eclesiástico nos describe hoy una de las relaciones humanas más plenificantes que podemos tener en nuestra vida: la amistad. En ocasiones llega incluso a ser un vínculo más fuerte que los propios lazos familiares. Y también es una relación que hace sufrir enormemente cuando se corrompe y desvirtúa.
Desde que Dios se hizo hombre en Jesucristo, ninguna realidad humana le es ajena. Tampoco la amistad. Jesús dijo: “A vosotros os llamo amigos, porque todo lo que he oído a mi Padre os lo he dado a conocer”. Llegó a una intimidad tal que no se reservó nada para sí. Y también sufrió las consecuencias del abandono y traición de sus amigos. Hoy nosotros somos también los amigos de Jesús.
Un “plus” en la relación de amistad es el vínculo espiritual de los amigos. Muchos ejemplos en la historia de los santos nos hablan de amistades espirituales, en las que se comparte también la cercanía con el Señor, y el enriquecimiento mutuo puede llegar a límites insospechados de intimidad.
  • Son los dos una sola carne.

La realidad del matrimonio y la familia es tan antigua como el ser humano. Y Yahveh dio a Moisés normas y leyes para regularla. Jesús, ante una pregunta con ánimo de comprobar si su enseñanza se ajustaba a los cánones del judaísmo más ortodoxo, se remonta no ya a Moisés, sino “al principio”, es decir, al momento de la Creación, antes del pecado de Adán y Eva. Cuando el hombre y la mujer vivían en plena comunión entre ellos y con Dios; cuando Yahveh paseaba con ellos por el jardín del Edén a la hora de la brisa.
Jesús “no ha venido a abolir la Ley, sino a darle plenitud”. Su máxima aspiración es la felicidad del hombre, no su sufrimiento. Precisamente por esto murió en la cruz y resucitó. Y desde ese momento, hace nuevas todas las cosas, y es posible, de nuevo que el hombre y la mujer puedan entregarse mutuamente en total donación, sin reservas; que vuelvan a ser “una sola carne”. Esta nueva relación sólo será posible si entre ellos está el Espíritu Santo, el Amor de Dios. Por lo que ya no sólo serán dos, sino TRES; y estarán unidos por Cristo, con Cristo y en Cristo. No en sus fuerzas, sino con las de Dios, por la gracia del sacramento, para dar testimonio de la Nueva Creación.
MM. Dominicas Monasterio Ntra. Sra. de la PiedadMM. Dominicas Monasterio Ntra. Sra. de la Piedad
Palencia
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Sábado 26/2/2011
“De los que son como ellos es el reino de Dios”

I. Contemplamos la Palabra

Lectura del libro del Eclesiástico 17,1-13:
El Señor formó al hombre de tierra y le hizo volver de nuevo a ella; le concedió un plazo de días contados y le dio dominio sobre la tierra; lo revistió de un poder como el suyo y lo hizo a su propia imagen; impuso su temor a todo viviente, para que dominara a bestias y aves. Les formó boca y lengua y ojos y oídos y mente para entender; los colmó de inteligencia y sabiduría y les enseñó el bien y el mal; les mostró sus maravillas, para que se fijaran en ellas, para que alaben el santo nombre y cuenten sus grandes hazañas. Les concedió inteligencia y en herencia una ley que da vida; hizo con ellos alianza eterna, enseñándoles sus mandamientos. Sus ojos vieron la grandeza de su gloria, y sus oídos oyeron la majestad de su voz. Les ordenó abstenerse de toda idolatría y les dio preceptos acerca del prójimo. Sus caminos están siempre en su presencia, no se ocultan a sus ojos.
Sal 102,13-14.15-16.17-18a R/. La misericordia del Señor dura siempre, para los que cumplen sus mandatos
Como un padre siente ternura por sus hijos,
siente el Señor ternura por sus fieles;
porque él conoce nuestra masa,
se acuerda de que somos de barro. R/.

Los días del hombre duran lo que la hierba,
florecen como flor del campo,
que el viento la roza, y ya no existe,
su terreno no volverá a verla. R/.

Pero la misericordia del Señor dura siempre,
su justicia pasa de hijos a nietos:
para los que guardan la alianza. R/.
Lectura del santo evangelio según san Marcos 10,13-16:
En aquel tiempo, le acercaban a Jesús niños para que los tocara, pero los discípulos les regañaban.
Al verlo, Jesús se enfadó y les dijo: «Dejad que los niños se acerquen a mí: no se lo impidáis; de los que son como ellos es el reino de Dios. Os aseguro que el que no acepte el reino de Dios como un niño, no entrará en él.»
Y los abrazaba y los bendecía imponiéndoles las manos.

II. Oramos con la Palabra

SEÑOR, qué poco significaba un niño en tu tiempo. Y, sin embargo, para ti son los más importantes: los abrazas, los bendices, les impones las manos. Y me dices claramente que, si quiero entrar en tu reino, tengo que aceptar tu Evangelio, anuncio del reino de Dios, con la sencillez y la pureza de un niño.
Esta oración está incluida en el libro: Evangelio 2011 de EDIBESA.

III. Compartimos la Palabra

 

Oferta del día:
Amor y Vida gratis
Razón: Dios Padre-Madre

¿Qué tendrá la palabra gratis que a todos nos gusta?

No hace mucho un anuncio se presentaba con esta frase. Y es cierto. No vamos a explicar lo que cuesta todo, ni vamos a hacer referencia a lo caro que está esto o aquello. Más bien vamos a reflexionar sobre el concepto gratis.
Si alguien toca a la puerta de su casa ofreciéndole cualquier cosa gratis, seguro que piensa que tiene truco, que algo va a tener que comprar a cambio. Formamos parte de la cultura del “te doy a cambio de…”
Sin embargo, en la primera lectura nos encontramos con un gesto que nace del Amor, de la gratuidad, de la auténtica, la que no busca nada a cambio. Dios Padre-Madre crea al ser humano por Amor, pero no sólo lo crea, le da dones: boca, ojos, inteligencia, sabiduría… y además le dio una ley, una clave, que acompañada de la sabiduría entregada se convierte en una clave de sentido: deseo de Felicidad y capacidad para buscarla; deseo de Amor y capacidad para sentirlo; deseo de Vida y capacidad para disfrutarla.
Todo esto con un detalle que no nos puede pasar desapercibido: hace al ser humano a su propia imagen, es decir, como Dios: BUENO. Cuando el mundo, la sociedad se pregunta dónde están las raíces del Ser Humano, nosotros desde la fe solo podemos contestar: en Dios, pero podemos decirlo de muchas maneras: en el Amor, en la Bondad.
El problema es incluso que los cristianos y cristianas hemos olvidado este episodio de amor de nuestras vidas y parece que somos más descendientes del pecado que de la gracia. Podríamos decir que nos hemos convertido en anoréxicos en la fe, cuanta más gracia recibimos más pecadores nos empeñamos en vernos. ¿Acaso no traicionamos nuestra esencia si no vemos el Amor del que venimos y con el que se nos creó?
Pero claro, hay que ser muy ingenuo, infantil, ignorante, o ciego para afirmar que nuestro origen está en el Amor, en la Bondad, viendo lo que nos rodea, la injusticia, la violencia, la necesidad de tener más, la necesidad de poder, nuestras propias limitaciones. Definitivamente, hay que ser muy ciego… o muy infante.
Quizá hace algunos años en nuestra comunidad lo entendíamos, o lo teorizábamos. Pero en la actualidad, que gozamos de la dicha de contar con criaturas corriendo y jugando a nuestro alrededor, podemos ver con más claridad lo que implica ser infante, lo que es crecer y vivir desde la confianza y el amor.
Nuestros hermanos y hermanas no solo han transmitido vida, lo han hecho desde el amor, desde su inicio hasta el momento presente, y es el don más grande que como comunidad sentimos, ver que crecen en el Amor y no en el sufrimiento.
Confían, descansan, disfrutan, ríen porque alguien vela por su seguridad, alguien desea profundamente, sin límites, que sean felices. Y no por nada a cambio, por puro Amor y Gratuidad.
Vivir desde esta experiencia quizá no sea el pasaporte al Reino de Dios, quizá sea el mismo Reino de Dios.
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