miércoles, 31 de marzo de 2010

Texto de la audiencia General del miercoles del Papa Benedicto XVI

VATICANO, 31 Mar. 10 / 10:41 am (ACI)

En su habitual catequesis de la Audiencia General de este miércoles, el Papa Benedicto XVI exhortó a los fieles reunidos en la Plaza de San Pedro, y con ellos a los católicos de todo el mundo, a vivir intensamente el Santo Triduo Pascual en esta Semana Santa para "que orienten decididamente la vida de cada uno hacia la adhesión generosa y convencida a Cristo, muerto y resucitado por nosotros".

El Santo Padre recordó que "estamos viviendo los días santos que nos invitan a meditar en los misterios centrales de nuestra Redención y en el núcleo central de nuestra fe".

En la Santa Misa del Crisma, preludio matutino del Jueves Santo, además de bendecir el óleo de los enfermos, de los catecúmenos y del Crisma, los sacerdotes renovarán las promesas sacerdotales. "Un gesto que asume este año un relieve especial –dijo el Papa– porque se coloca en el ámbito del Año Sacerdotal, convocado para conmemorar el 150 aniversario de la muerte del Santo Cura de Ars".

"A todos los sacerdotes repito hoy el deseo formulado al final de la Carta de convocación: ‘Siguiendo el ejemplo del Cura de Ars dejaos conquistar por Cristo y seréis también vosotros, en el mundo de hoy, mensajeros de esperanza, de reconciliación y paz’".

En la tarde del Jueves, se celebrará "el momento de la institución de la Eucaristía", cuando Cristo "bajo las especies del pan y del vino, se hace presente en modo real con su cuerpo donado y su sangre derramada como sacrificio de la Nueva Alianza. Al mismo tiempo, constituye a los apóstoles y a sus sucesores ministros de este sacramento que consigna a su Iglesia como prueba suprema de amor".

El Viernes Santo, en memoria de la pasión y la muerte del Señor, recordaremos que "Jesús ofreció su vida en sacrificio por la remisión de los pecados de la humanidad, eligiendo para ese fin la muerte más humillante y cruel: la crucifixión. Hay un nexo inseparable entre la Última Cena y la muerte de Jesús. En la primera, Jesús entrega su Cuerpo y su Sangre, o sea su existencia terrenal, a sí mismo, anticipando su muerte y transformándola en acto de amor".

De ese modo, continuó el Papa, "la muerte, que por su naturaleza es el final, la destrucción de cualquier relación, es transformada por Él en acto de comunicación de sí mismo, instrumento de salvación y proclamación de la victoria del amor".

El Sábado Santo "se caracteriza por un gran silencio. En este tiempo de espera y esperanza, los creyentes están invitados a la oración, la reflexión, la conversión y también al sacramento de la reconciliación, para poder participar íntimamente renovados, en la celebración de Pascua", dijo el Pontífice.

En la noche del Sábado Santo, "ese silencio se romperá con el canto del Aleluya, que anuncia la resurrección de Cristo y proclama la victoria de la luz sobre las tinieblas, de la vida sobre la muerte. La Iglesia se regocijará con su Señor entrando en el día de la Pascua que el Señor inaugura resucitando de entre los muertos", concluyó el Santo Padre.

En su saludo en español al finalizar su catequesis, el Papa Benedicto XVI se dirigió de modo particular a "los numerosos jóvenes que participan en el encuentro universitario internacional Univ 2010, al grupo de consagrados de la Obra de la Iglesia, así como a los fieles venidos de España, México, Argentina y otros países latinoamericanos. Os invito a todos a que tengáis muy presentes en vuestras oraciones a los sacerdotes que mañana, en la Misa Crismal, renovarán sus promesas sacerdotales junto a sus Obispos".

"Pidamos para que creciendo cada día más en fidelidad y amor a Cristo, sean en medio de sus hermanos mensajeros de esperanza, reconciliación y paz. A todos os deseo una santa y feliz Pascua de Resurrección. Muchas gracias por vuestra visita", finalizó.

sábado, 27 de marzo de 2010

Los pasos liturgicos desde el Domingo de Ramos y toda semana Santa Hasta el Domingo de Pascua

Introducción: Siguiendo el deseo de que estas fiestas centrales de nuestra fe sean celebradas con el mayor decoro posible hago mi pequeño aporte presentando este guión de moniciones litúrgicas a las celebraciones de loas días santos a fin de que las mismas puedan ser comprendidas, acogidas y vividas. Este año inserto por sugerencia de un Obispo amigo la celebración de la Misa Crismal. Como en años anteriores me alegraría que este esfuerzo pudiera ser compartido con muchos hermanos así que pueden reenviarlas a quienes lo deseen. Como siempre, pueden adaptarlas o mejorarlas a sus lugares de celebración.

DOMINGO DE RAMOS EN LA PASION DEL SEÑOR

CONMEMORACION DE LA ENTRADA DEL SEÑOR EN JERUSALÈN (ANTES DE LA BENDICION DE LOS RAMOS).

Con el Domingo de Ramos en la Pasión del Señor abrimos las puertas de esta Semana Grande en el arco de celebraciones del Año Litúrgico en la que recordaremos y haremos vivencia de los misterios que nos dieron la vida: la Pascua de Jesús.

Emulando a los niños hebreos que con palmas y hosannas recibieron a Jesús en Jerusalén, nosotros le aclamaremos con nuestros ramos y alabanzas como Rey victorioso. La lectura del Evangelio y la procesión con los ramos y palmas nos recordarán, en el marco de esta pasión celebrada, la actitud con que debemos vivirla: la del discípulo que comparte el mismo destino de su Maestro.

Monición al Evangelio-Procesión: Su entrada definitiva en Jerusalén no tiene el brillo de los grandes potentados, pero si el anuncio de una gran victoria. Escuchemos.

LITURGIA DE LA PALABRA

Monición Primera Lectura: El tercer canto del siervo anuncia su condición de discípulo fiel a la misión, incluso en el sufrimiento. No se verá derrotado pues siempre espera en su Señor. Escuchemos.

Monición Segunda Lectura; La humillación de Jesús hasta lo mas profundo de la miseria humana fue la ruta de su exaltación sobre cielo, tierra y todo ser humano. Escuchemos.

Monición al relato de la Pasión: El relato Lucano de la Pasión nos introduce en el conmovedor gesto de Jesús por la humanidad: su muerte por salvar a todos. Escuchemos con atención.

Monición Preparación de los dones: Frutos generosos de tu bondad, que al dárnoslo en tierra labrada con sudor, serán pan y vino transformados por el poder de tu Espíritu en tu cuerpo y sangre ofrecidos para la salvación de todos.

LUNES SANTO

Monición Ambiental: Paso a paso la liturgia nos va acercando a los últimos episodios de la vida mortal de Jesús aleccionándonos a seguir su ejemplo. La vivencia del misterio eucarístico nos ayude a perfilar cada día en nosotros las actitudes del discípulo que comparte la misión y el destino de su maestro. Iniciemos pues con alegría nuestra celebración.

LITURGIA DE LA PALABRA

Monición Primera Lectura: El primer canto del siervo del profeta Isaías coloca la misión de este en la línea de la elección y del desborde del Espíritu sobre él para realizar la misión

Monición Evangelio; Betania, lugar de reposo, donde se esparce la fragancia del perfume de nardo y el gesto de la amistad suple el interés del corazón oscurecido por el pecado. Escuchemos

Preparación de los dones: El pan y el vino traídos a la mesa común, alimentos que reparan las fuerzas de la humanidad, serán transformados por el mismo Espíritu que plenificó a Cristo en su cuerpo y en su sangre.

MARTES SANTO

Monición Ambiental: Caminamos hacia la celebración de la Pascua. La vida de Jesús está signada por la fidelidad a la misión encomendada por el Padre. La maldad de los hombres teje su desenlace final. La celebración de la Eucaristía nos introduce en el misterio de Dios que por amor se ha entregado por nuestra redención. Iniciemos nuestra celebración con la certeza de sabernos salvados.

LITURGIA DE LA PALABRA

Monición Primera Lectura: El segundo canto del siervo del profeta Isaías prolonga lo que el primer canto anunciaba sobre la misión de este sobre Israel. Una particularidad se asoma en este canto: su misión no se restringe a Israel sino que se hace universal. Escuchemos.

Monición Evangelio; La intimidad de una cena de amigos es el preludio de una traición que estará marcada por la oscuridad del que ha dejado espacio al pecado. Escuchemos.

Preparación de los dones: El esfuerzo humano convertido en los signos sencillos del pan y el vino ofrecidos ante el altar será transformado en el cuerpo humilde y la sangre vertida del Señor Jesús para salvación de la humanidad.

MIERCOLES SANTO (EN VENEZUELA SE CONMEMORA A JESUS NAZARENO)

Monición Ambiental: El siervo sufriente, aquel que lleva sobre si el pecado del mundo es aquel que fiel a su misión persevera en ella pues confía profundamente en su Señor. El, cargando con la cruz de todos, se hace solidario con el pecador. La Eucaristía nos introduce al misterio de la solidaridad divina al entregar su cuerpo y su sangre para redención del mundo. Iniciemos nuestra celebración uniendo nuestros corazones en alabanzas al Dios liberador.

LITURGIA DE LA PALABRA

Monición Primera Lectura: Siervo que escucha la Palabra y en ella encuentra su fuerza para consolar a otros aunque tenga que soportar la hostilidad y la agresión física de los otros. Escuchemos

Monición Evangelio; El paso de una incondicional amistad es la traición del amigo. La cena coloca en evidencia la pena por el traidor que ha escogido libremente el camino de las tinieblas. Que nuestra atención este colocada en la proclamación de este evangelio.

Preparación de los dones: Así como Jesús, varón de dolores, ofreció su vida al Padre, hoy entregamos lo que somos, vida triturada en el molino y el lagar de la vida en el pan y el vino para que sean transformado en el cuerpo y la sangre gloriosa del Señor Jesús.

JUEVES SANTO

MISA CRISMAL.

Monición Ambiental: En esta celebración, celebrada al final de la Cuaresma, emerge la figura de Cristo, sacerdote único de la Nueva Alianza, en torno al cual por un llamado especial se configura el sacerdocio ministerial. En esta Eucaristía el Obispo, cabeza visible del Cristo Pastor, evoca de una manera especial su ministerio pastoral sobre el rebaño a él confiado, junto al cual se despliega el ministerio de los sacerdotes como leales colaboradores en la misión y la comunidad toda que expresa su veneración y adhesión a su Obispo diocesano. En este año sacerdotal, la figura de Cristo Pastor, está llamada a ser reconocida y vivida con inteligencia amorosa por todos los ministros que comparten la misión sacerdotal de Cristo.

Cercana, pues, ya la Pascua la Iglesia hace presente también en esta celebración a través de la bendición de los óleos de los enfermos y catecúmenos y la consagración del sagrado crisma, los medios llenos de la virtud del Espíritu Santo a través de los cuales todas las acciones sacramentales de la Iglesia están llenas de la eficacia del misterio pascual.

Participemos, queridos hermanos, en esta celebración, pidiendo al Señor que en torno a la misión que hemos recibido en el bautismo podamos configurar el rostro de una Iglesia mas servidora y mas atenta a las necesidades del mundo.



LITURGIA DE LA PALABRA

Monición Primera Lectura: La misión del profeta se inscribe en un gran evento de solidaridad con el pueblo: es llamado a consolar, reconstruir y cambiar totalmente la situación en que se encuentra el pueblo. Esta es la buena noticia. Escuchemos.

Monición Segunda Lectura; Jesucristo, vencedor de la muerte, prenda segura de triunfo para la Iglesia perseguida. El es el alfa y la omega, que lo abarca todo y quien extiende su acción y poder sobre todo. Escuchemos

Monición Evangelio; La Palabra y el Espíritu Santo son los grandes animadores de la misión de Jesús: ser portador de la buena noticia de salvación, especialmente a los más pobres y excluidos. Escuchemos con atención.

Monición a la Renovación de las Promesas Sacerdotales: La comunión del presbiterio con su Obispo, Padre y Pastor de esta Diócesis, expresada en la concelebración eucarística y en la bendición de los oleos se convierte en el espacio privilegiado para renovar las promesas sacerdotales realizadas por cada sacerdote el día de su ordenación y que tiene a una mayor valorización del precioso don recibido. En este año sacerdotal adquiere este momento un relieve especial pues a cada sacerdote le hace apropiarse de la vocación recibida como participación de la misión de Cristo y de su ejercicio en la Iglesia y en la comunidad humana.

Monición a la bendición de los Oleos y consagración del Sagrado Crisma( para ser dicha después que se diga el “Por él sigues creando todos los bienes” de la Plegaria Eucarística I o antes de la doxología “Por Cristo, con él y en él” de las restantes plegarias eucarísticas): Esto aceites que ahora serán bendecidos por el Obispo se remontan principalmente al uso que el pueblo de Israel hacía para consagrar o ungir a sus reyes, a los sacerdotes y los profetas. Ellos hoy expresan toda la vida de Dios manifestada en las acciones sacramentales en la Iglesia y llevaran a la asunción de un compromiso proveniente de la gracia recibida y de una misión ante el pueblo. El óleo de catecúmenos fortifica, el crisma consagra y el óleo de enfermos lenifica las heridas del dolor y la enfermedad.

TRIDUO PASCUAL

JUEVES SANTO EN LA INSTITUCIÓN DE LA EUCARISTIA

Monición ambiental: Tarde del Jueves Santo, cena de amigos. Un poco de pan de vino expresan el gesto del amor mayor: la entrega del Hijo que como nuevo Moisés sale a salvar a su pueblo. Eucaristía, renovación de la antigua alianza que prolonga en el tiempo el gran mandato del maestro: ámense los unos a los otros y hagan esto en memoria mía.

Que nuestra acción de gracias sea la mejor expresión de nuestra adhesión de fe a este inmerecido misterio de amor. Comencemos nuestra celebración uniendo nuestras voces en un común canto de alabanza.

LITURGIA DE LA PALABRA

Monición Primera Lectura: Una comida ritual celebrada anualmente se convierte el memorial más importante de Israel. Ella le recordará al pueblo la acción liberadora de Dios. Escuchemos.

Monición Segunda Lectura; El primer relato de la Eucaristía conocido nos introduce en la intimidad de la última cena del Señor, participación de su misterio pascual.

Monición Evangelio; La Eucaristía solo es comprensible desde el gesto de amor que se entrega. Servir es la expresión mas concreta del amor con que Jesús quiere amar a su Padre Dios y a sus hermanos. Ejemplo digno de ser imitado. Escuchemos.

Monición al lavatorio de los pies: Gestual izamos lo que la Palabra nos acaba de proclamar. El amor, mandato máximo del Señor se hace entrega y servicio a los demás. Solo así comprenderemos y viviremos el gran regalo de la Eucaristía.

PRESENTACIÓN DE LOS OLEOS

Monición a la Presentación de los óleos a la comunidad parroquial: Cada año, en la Misa Crismal, el Obispo consagra el Crisma que se utiliza en los sacramentos del bautismo, confirmación y orden sacerdotal y bendice el óleo de los enfermos y de catecúmenos. Ahora nosotros con gran alegría recibimos en nuestra comunidad estos oleos que harán presente la fuerza sacramental del misterio de Cristo en nuestra comunidad parroquial.

(Se traen procesionalmente los oleos mientras se canta una pequeña estrofa de “Pueblo de Reyes”. Terminado el canto, el sacerdote presenta cada óleo diciendo lo que sigue)

S. Óleo de enfermos: Bendito seas Señor, por este óleo de los enfermos que nos regalas para sentir vigor y fuerza en nuestros cuerpos y en nuestras almas, alivio en nuestras enfermedades y dolores.

T. Bendito seas por siempre, Señor.

S. Óleo de catecúmenos: Bendito seas Señor, por el óleo de catecúmenos por el cual aumentas el conocimiento de las realidades divinas y la valentía en el combate de la fe a quienes serán admitidos como hijos de adopción por el bautismo.

T. Bendito seas por siempre, Señor.

S. Santo Crisma: Bendito seas Señor, por este Santo Crisma consagrado por la virtud del Espíritu Santo. Que los ungidos por él lleguen a la plenitud de la vida cristiana.

T. Bendito seas por siempre, Señor

(Los óleos se dejan en un lugar visible previamente preparados. A continuación se presentan los dones del pan y el vino y lo que hoy pueda ser significativo p.e. la colecta para los pobres)

Monición Preparación de los dones: El pan y el vino que llevamos al altar, fruto del trabajo de muchas manos se hacen signo de la unidad tan deseada por el Maestro: pan y vino transformados en el cuerpo y sangre de Cristo nos reunirán en la mesa eucarística en el banquete de hermanos.

Monición para el traslado del Santísimo al altar de la reposición: Aquello que fue un gesto funcional, guardar el pan consagrado para la acción litúrgica del viernes santo se convierte en el más significativo acto de adoración de toda la Iglesia al Señor Jesús a quien confiesa presente en el pan eucarístico. Silencio, oración, agradecimiento, sirven de trasfondo al llamado de unidad que nos pide el Maestro Jesús.

VIERNES SANTO

(Un solemne momento de silencio puede ser la mejor introducción a esta celebración. De cualquier modo proponemos la siguiente ambientación)

Monición ambiental: Confesamos en este día al Señor victorioso en la cruz. La muerte cruenta y dolorosa no puede apagar ese halo de vida que se manifiesta en el leño sagrado. Allí resplandece la potencia de Dios pues enese cuerpo inmolado se nos dará la vida.

LITURGIA DE LA PALABRA

Monición Primera Lectura: El dolor encuentra en este cuarto canto del siervo toda su eficacia redentora: él sufre por el pecado de muchos intercediendo por todos. Escuchemos

Monición Segunda Lectura; En Jesús, Sumo Sacerdote de la nueva alianza, la compasión de Dios se hace humanidad, vivida por él en solidaridad con el sufrimiento y la debilidad humana. Escuchemos

Monición al relato de la Pasión: Jesús consume su vida en una entrega total realizando la voluntad de aquel que lo había enviado. Termina su vida siendo de Dios para los demás, ganando con su muerte la vida y el Espíritu que nos entrega. Atendamos con espíritu abierto la proclamación de este relato de la pasión.

ORACION UNIVERSAL

De las manos y los pies crucificados, del costado traspasado, mana la vida al mundo. Cristo, con los brazos abiertos y la Iglesia unida a su misterio de amor, levantan al Padre de los cielos una solemne intercesión por los hombres del mundo, por sus necesidades, para que este Espíritu que él nos regala desde la cruz vivifique con su poder todas las realidades del orbe entero.

ADORACION DE LA SANTA CRUZ

Pasión venerada. Esa cruz santa, de la cual pende el Salvador es revelación de nuestro destino: somos vencedores en la victoria de Jesús. Este trono sagrado lo veneramos con profundo respeto sabiendo que de él brota para nosotros vida en abundancia.

SAGRADA COMUNIÓN

La pasión que antes había sido proclamada y luego venerada ahora es comunicada en el pan eucarístico: cuerpo y sangre del Señor Jesús. La comunión con su misterio de entrega nos enseñe a vivir solidariamente el proyecto de Dios para con toda la humanidad.

SALIDA

Un altar desnudo, una cruz venerada. La tierra calla. Ante el aparente fracaso de los que mueren sin esperanza, en su muerte se abre un compás de espera, cargada de la certeza de la gran victoria del Salvador.

SABADO SANTO

VIGILIA PASCUAL

Monición ambiental: Queridos hermanos y hermanas: Hemos llegado a la noche santa de la Pascua llamada por San Agustín “la Madre de todas las santas vigilias”, en la que todo el mundo vela. Esta noche rompe el ayuno y la ausencia e inaugura la gran fiesta de la alegría cincuentenaria.

Hoy cielo y tierra se unen en un gran cántico de alabanza, en un “exultet” cósmico, aguardando con ansias el triunfo de Jesús sobre la muerte. Como un eco sonorísimo se expande sobre todo el orbe la noticia de que Dios ha actuado con “brazo fuerte y mano extendida" liberando a la humanidad entera sometida a la esclavitud del pecado por la virtud de la muerte y resurrección de Jesús y llevándola a gustar de las delicias de la tierra prometida donde mana leche y miel.

Vengan, pues, hombres y mujeres, niños y ancianos, vengan ríos, montes, mares, planetas y todo lo que contiene el universo, todo ser viviente, plantas y animales. Vengan todos desde los cuatro puntos cardinales.

Entremos como pueblo peregrino, como Iglesia renacida por el misterio de la vida en la espesura de esta noche de gracia, noche de salvación, noche que acalla el poder del infierno y que nos lleva a descubrir en el horizonte de la humanidad redimida, el lucero de la mañana, Cristo, el Señor resucitado de la muerte clareando su luz sobre nosotros y disipando nuestras tinieblas. Vengan, pues, hermanos a saborear la novedad de esta noche: Noche santa de la Pascua de Jesús.

MONICION ANTES DE BENDECIR EL FUEGO:

El fuego, humilde siervo, que marcaba en las liturgias del oriente y de Jerusalén un servicio utilitario y simbólico nos ayuda a comprender la ruptura de la oscuridad y el paso al nuevo día. Su significado nos remite a la presencia del resucitado que nos conduce de la oscuridad del pecado a la claridad de la vida nueva en la travesía de nuestra historia en la que El como columna de fuego nos conduce y nos ilumina. Este gesto simbólico se complementa con las loas al cirio o Pregón Pascual, que en tono solemne y vibrante melodía, anuncia a toda la asamblea la grandeza de esta noche de Pascua y el misterio que en ella acontece.

LITURGIA DE LA PALABRA

Monición Primera Lectura: El poder creador de Dios que envuelve a toda la creación, anuncia el dinamismo de la nueva vida ofrecida en Jesús. Pascua es creación. Todo es nuevo. Escuchemos.

Monición Segunda Lectura: La obediencia de Abraham es preanuncio del misterio de amor realizado por el Hijo en obediencia a la voluntad del Padre. Pascua es fidelidad del Hijo al amor salvifico del Padre. Escuchemos

Monición Tercera Lectura: Paso del Mar Rojo. Experiencia de liberación de la esclavitud de Egipto. La Pascua nos saca de nuestros Egiptos y nos introduce en tierra de gracia. Pascua es libertad. Escuchemos

Monición Cuarta Lectura: En la Alianza, Dios se compromete nuevamente a manifestar todo su amor sanador a un pueblo despojado de todos sus bienes hasta recuperar su dignidad. Pascua es alianza de amor. Escuchemos.

Monición Quinta Lectura: Todo hambriento y sediento de verdad y felicidad encuentra en el Dios amigo su hartura. Pascua es banquete para los alejados. Escuchemos.

Monición Sexta Lectura: El reconocimiento de Dios como felicidad suprema es la mayor sabiduría que se le pude atribuir al ser humano. Pascua es plenitud de Dios en cada persona. Escuchemos.

Monición Séptima Lectura: Donde hubo pecado e idolatría, Dios pondrá un corazón nuevo. El agua y el Espíritu serán signos de esa regeneración del pueblo. Pascua es vida de Dios sobre el pueblo. Escuchemos.

Monición al Gloria: Este bello himno litúrgico silenciado durante la cuaresma, cantado en esta noche de fiesta, marca el paso de las promesas anunciadas en el antiguo testamento y nos coloca en la dirección de su realización en Jesucristo, Señor del Nuevo Testamento. Glorifiquemos al Padre, por el Hijo con nuestra alabanza.

Monición Octava Lectura: La incorporación del cristiano al misterio del Señor muerto y resucitado realizada en el bautismo provoca en él una nueva situación: ahora vive la misma vida del resucitado. Pascua es renovación bautismal

Monición al Aleluya- Evangelio: Las notas vibrantes del aleluya pascual introduce al solemne anuncio de la Pascua de Cristo: “No está aquí, ha resucitado”. Punto cúlmen de la liturgia de la Palabra. Promesas cumplidas. Pascua es Cristo vencedor de la muerte.

LITURGIA BAUTISMAL

Monición para renovación de promesas bautismales y aspersión con el agua: Esta es la noche en que del seno de las aguas bautismales nacen los nuevos hijos para la Iglesia. Esta noche vigiliar sigue siendo la noche bautismal por excelencia por la entrañable vinculación del sacramento del bautismo con el misterio de la muerte y resurrección de Cristo, como nos los recuerda el apóstol Pablo.

Esa agua bautismal derramada sobre toda la asamblea nos recordará nuestra condición de criaturas renovadas por el misterio de la Pascua según la fe que hoy profesaremos como testimonio de esa vida que queremos vivir.

LITURGIA EUCARISTICA

Monición a la preparación de dones: La novedad de la Pascua se manifiesta en los elementos más sencillos de nuestra celebración. Ya no es el pan y el vino de la esclavitud que presentamos ante el altar sino el pan y el vino del retorno a casa que serán transformados por acción del Espíritu Santo en el cuerpo y la sangre del Señor resucitado.

Monición antes del rito de la paz: La muerte y resurrección de Cristo ha reconciliado a toda la humanidad. Desde ese momento la paz de Dios inunda el corazón de todo hombre y mujer que abre su vida al mensaje de la Pascua. En esta noche de Vigilia ser hace mas significativo este gesto de paz fraternal, cuando el mismo resucitado nos anuncia “la paz con ustedes”. Recibámosla como uno de los grandes regalos de Jesús en su Pascua.

Monición antes de la comunión: La Iglesia, como novia engalanada para su esposo, se sienta a la mesa del Banquete Pascual. La liturgia alcanza su plenitud: la Pascua que hemos anunciado a través de la Palabra y de los signos sacramentales del bautismo, se nos comunica en el cuerpo y la sangre del Señor Resucitado.

Monición de salida: Atrás han quedado la tumba vacía y los sudarios colocados sobre la losa. La muerte ha sido vencida. Hemos experimentado que el Señor ha resucitado y vive entre nosotros. Hemos de llevar esta noticia a nuestros hermanos. Iniciamos el tiempo de celebración pascual en el que el mejor anuncio de nuestra alegría pascual será siempre la vida nueva otorgada por el resucitado.

D0MINGO DE RESURRECCION

Monición ambiental: ¡Alegría, hermanos, Cristo ha resucitado! Y este mensaje lanzado a vuelo en este día conmueve el corazón de todos nosotros. Hoy hemos resucitado con El y el miedo que nos tenía atrapados en las redes de la muerte ha sido vencido. Hoy la Iglesia se ve rejuvenecida por la victoria de su Señor y proclama con gozo a los cuatro vientos esta gran noticia. Hoy se alegra por el nacimiento de sus nuevos hijos en las aguas del bautismo.

Celebremos pues hermanos, alrededor de la mesa pascual acontecimiento tan grande y experimentemos el paso liberador del Señor resucitado por nuestras vidas.

LITURGIA DE LA PALABRA

Monición Primera Lectura: El solemne anuncio del Kerigma hecho por Pedro en Pentecostés se convierte en el núcleo esencial de la fe testimoniada por los discípulos. Escuchemos.

Monición Segunda Lectura: La Pascua sumerge al cristiano en la muerte y resurrección del Señor Jesús a través del bautismo, iniciándose así en él un estilo de vida coherente al don recibido. Escuchemos.

Monición a la Secuencia: Este canto colocado en la liturgia de la Palabra ofrece una expresión poética del acontecimiento liberador de la Pascua y se vuelve súplica confiada al Señor vencedor.

Monición al Evangelio (si es el de la misa del día Jn 20, 1-9): La constatación de un lugar vacío, unas vendas enrolladas, suscita en los discípulos la evidencia de la fe reveladas en la Escritura. Escuchemos.

Monición al Evangelio (si es el de la misa de la tarde Lc 24, 13-35): A la desilusión por el amigo muerto sucede la certeza de que El ha resucitado. De Emaús a Jerusalén un camino de fe pascual. Escuchemos

LITURGIA EUCARÍSTICA

Monición a la preparación de dones: La vida se convierte en ofrenda junto al pan y el vino que traemos a la mesa del Señor, pidiendo que estos dones humildes sean transformados por el acontecimiento pascual en el cuerpo y la sangre del Señor resucitado.

Monición final: Concluimos la celebración del Triduo Pascual pero la fiesta no acaba. Se abre ante nosotros la celebración gozosa de la resurrección del Señor en la que junto a la Palabra y los signos sacramentales nos acercaremos a este misterio que nos da la vida. Que el testimonio de una vida transformada por el paso liberador del Señor sea el mejor anuncio de Pascua a todos los hermanos.

jueves, 25 de marzo de 2010

Reflexionemos el Domingo de Ramos con nuestro Papa en el Año 2006

Domingo de Ramos

Procesión: Lc 19, 28-40.
Misa: Is 50, 4-7; Sal 21; Flp 2, 6-11; Lc 22, 14-23, 56


Y habiendo dicho esto, marchaba por delante subiendo a Jerusalén. Y sucedió que, al aproximarse a Betfagé y Betania, al pie del monte llamado de los Olivos, envió a dos de sus discípulos, diciendo: "Id al pueblo que está enfrente y, entrando en él, encontraréis un pollino atado, sobre el que no ha montado todavía ningún hombre; desatadlo y traedlo. Y si alguien os pregunta: "¿Por qué lo desatáis?", diréis esto: "Porque el Señor lo necesita." Fueron, pues, los enviados y lo encontraron como les había dicho. Cuando desataban el pollino, les dijeron los dueños: "¿Por qué desatáis el pollino?" Ellos les contestaron: "Porque el Señor lo necesita." Y lo trajeron donde Jesús; y echando sus mantos sobre el pollino, hicieron montar a Jesús. Mientras él avanzaba, extendían sus mantos por el camino. Cerca ya de la bajada del monte de los Olivos, toda la multitud de los discípulos, llenos de alegría, se pusieron a alabar a Dios a grandes voces, por todos los milagros que habían visto. Decían: "Bendito el Rey que viene en nombre del Señor! Paz en el cielo y gloria en las alturas." Algunos de los fariseos, que estaban entre la gente, le dijeron: "Maestro, reprende a tus discípulos." Respondió: "Os digo que si éstos callan gritarán las piedras.

Luego que las semanas precedentes la Iglesia nos ha concedido escuchar con atención dos pasajes evangélicos del amor y la misericordia del Padre, en los evangelios de San Lucas y San Juan, como son: la parábola del hijo pródigo y la mujer adúltera; los que han sido una preparación para poder comenzar a celebrar el misterio de nuestra salvación. Es importante con la ayuda de la Iglesia –Madre y Maestra-, que el hombre reconozca que tiene necesidad de la salvación para así poder entrar y vivir el Misterio Pascual de Cristo, al que en esta celebración de Domingo de Ramos la Iglesia nos introduce para que podamos vivirlo, celebrarlo y fundamentalmente proclamarlo.

Entrando en el evangelio de esta semana, la Iglesia nos invita a unirnos a la gran multitud que aclamaba a Cristo por los milagros y grandes curaciones que habían visto realizados. El domingo de Ramos nos hace revivir esta entrada de Jesús en Jerusalén, cuando se acercaba la celebración de la Pascua. El pasaje evangélico lo presenta mientras entra en la ciudad rodeado por una multitud jubilosa. Puede decirse que, aquel día, llegaron a su punto culminante las expectativas de Israel con respecto al Mesías. Eran expectativas alimentadas por las palabras de los antiguos profetas y confirmadas por Jesús con su enseñanza y, especialmente, con los signos que había realizado. Al respecto el Papa Benedicto XVI nos dice: «…Para comprender lo que sucedió el Domingo de Ramos y saber qué significa no sólo para aquella época sino para todos los tiempos, resulta importante un detalle, que para sus discípulos se convirtió en la clave para comprender aquel acontecimiento cuando, después de Pascua, recordaron con una nueva mirada aquellos días tumultuosos.

Jesús entra en la Ciudad Santa a lomos de un asno, es decir, el animal de la sencilla gente del campo, y además un asno que no le pertenece, que ha tomado prestado para esta ocasión. No llega en una lujosa carroza real, ni a caballo como los grandes del mundo, sino en un asno tomado prestado. Juan nos cuenta que en un primer momento los discípulos no entendieron esto. Sólo después de la Pascua se dieron cuenta de que de este modo Jesús estaba cumpliendo los anuncios de los profetas, mostraba que su acción derivaba de la Palabra de Dios y la llevaba a su cumplimiento…» (Benedicto XVI, Homilía en el Domingo de Ramos, 9 de abril de 2006).

Al entrar en Jerusalén, Jesús sabe que el júbilo y alegría de la multitud lo introduce en el corazón del «misterio» de la salvación, porque Él es consciente de que va al encuentro de la muerte, sabe que ha de dar cumplimiento a la voluntad de Dios Padre. Por ello las lecturas de la celebración de hoy relatan el sufrimiento del Mesías y llegan a su punto culminante en la narración de la pasión que hace San Lucas. Este inefable misterio de dolor y de amor, de redención, lo manifiesta también el profeta Isaías, porque este Cristo victorioso que hoy entra a Jerusalén, para someterse a la voluntad del que lo llamó, ha sido probado en todo y sobre todo en el sufrimiento, pero allí, en el sufrimiento, es donde hemos visto de manera palpable la autenticidad de su misión, por ello en el Salmo responsorial cantamos: «...Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?...». San Pablo lo repite en la carta a los Filipenses, en la que se inspira la aclamación que nos acompañará durante todo el Santo Triduo Pascual: «Cristo, por nosotros, se sometió incluso a la muerte, y una muerte de cruz».

Estos hechos hacen que el Domingo de Ramos lo podamos considerar también, de una manera especial, como una confesión de fe, porque esta aclamación significa confesar a Cristo como Nuestro Señor, Rey y Salvador, Pastor de nuestra vida, Aquel que se hace camino nuestro venciendo nuestra muerte para que con su muerte de Cruz y su Resurrección tengamos la garantía de nuestra futura resurrección. En la cruz, Jesús muere por cada uno de nosotros. Por eso, la cruz, escándalo para el mundo, es el signo más grande y elocuente de su amor misericordioso, el único signo de salvación para todas las generaciones y para la humanidad entera.

Así también lo manifestó el Papa Benedicto XVI: «...Cuando tocamos la Cruz, más aún, cuando la llevamos, tocamos el misterio de Dios, el misterio de Jesucristo: el misterio de que Dios ha tanto amado al mundo, a nosotros, que entregó a su Hijo único por nosotros (cf. Jn 3,16). Toquemos el misterio maravilloso del amor de Dios, la única verdad realmente redentora. Pero hagamos nuestra también la ley fundamental, la norma constitutiva de nuestra vida, es decir, el hecho que sin el «sí» a la Cruz, sin caminar día tras día en comunión con Cristo, no se puede lograr la vida…» (Benedicto XVI, Homilía en el Domingo de Ramos, 5 de abril de 2009)

Es así que en este Domingo de Ramos todos nos unimos a este canto: « ¡Bendito el que viene en nombre del Señor!». Bendito eres Tú, oh Cristo, que también hoy vienes a nosotros con tu mensaje de amor y de vida. Y bendita es tu santa cruz, de la que brota la salvación del mundo. Por ello el Papa Benedicto XVI nos dice: «…la gente lanza este grito ante Jesús, en quien ve quien viene en el nombre del Señor: la expresión: «El que viene en nombre del Señor», de hecho, se había convertido en la manera de designar al Mesías. En Jesús reconocen a quien verdaderamente viene en el nombre del Señor y trae la presencia de Dios entre ellos. Este grito de esperanza de Israel, esta aclamación a Jesús durante su entrada a Jerusalén, se ha convertido con razón en la Iglesia en la aclamación a quien, en la Eucaristía, nos sale al encuentro de una manera nueva…» (Benedicto XVI, Homilía el Domingo de Ramos, 9 de abril de 2006).
¡Hosanna, Bendito el que ha venido y viene en el nombre del Señor!


Buen inicio de la Santa Semana.

a

miércoles, 24 de marzo de 2010

Siete pasos para discernir mejor nuestra vocasión Diáconal en la Diócesis de San Justo

INTRODUCCION:

Uno de los grandes retos al que cada hombre debe hacer frente es el de encontrar su lugar en la sociedad y en la Iglesia: Descubrir la propia vocación.

Los hombres sienten más que nunca el atractivo de la llamada "sociedad de consumo", que los hace dependientes y prisioneros de una interpretación individualista, materialista y hedonista de la existencia humana. De aquí el rechazo de todo aquello que sepa a sacrificio y renuncia al esfuerzo de buscar y vivir los valores espirituales y religiosos.

En este tema describiremos el proceso por medio del cual se puede llegar a discernir el llamado de Dios; enumeraremos siete pasos que ayudarán a descubrir el proyecto de Dios, para toda respuesta vocacional. Aunque nos referiremos directamente a las vocaciones consagradas, estos 7 pasos son aplicables a la elección de cualquier estado de vida.


1. ORACION:

"¿Qué debo hacer, Señor?" (Hch 22,10).

La Vocación no es sólo lo que tú quieres ser y hacer, es ante todo lo que Dios quiere que tú seas y hagas; no es algo que tú inventas, es algo que encuentras; no es el proyecto que tú tienes sobre ti mismo, es el proyecto que Dios tiene sobre ti y que tú debes realizar.

Por eso, para descubrir tu vocación, lo primero que debes hacer es dialogar con Dios: orar. Sólo mediante la oración podrás encontrar lo que Dios quiere de ti. En la oración, el Espíritu Santo afina tu oído para que puedas escuchar: "Habla, que tu siervo escucha" (I S 3,10).

Sólo en el diálogo con Jesús podrás oír su voz que te llama: "ven y sígueme"(Lc 18,22); o bien, escucharás que te dice: "vuelve a tu casa y refiere lo que Dios ha hecho por ti" (Lc. 8,38).


2. PERCEPCION:

"Pero había en mi corazón algo así como fuego ardiente, prendido en mis huesos y aunque yo hacía esfuerzos por ahogarlo, no podía" (Jr 20,9).

Para poder descubrir lo que Dios quiere de ti, tienes que aprender a escuchar, estar atento, experimentar. Para esto, necesitas saber hacer silencio en torno a ti y en tu interior. El ruido te impedirá percibir.

Está atento a todo, a tus deseos, a tus miedos, a tus inquietudes, a tus proyectos. Escucha a todos: a los que aprueban tu inquietud, a los que la critican. Dios se vale de diversos intermediarios para hacerte oír su voz. Escúchate a ti mismo: ¿A qué se inclina tu corazón ? ¿Qué es lo que anhelas? Aprende a mirar a los hombres que te rodean, ¿qué te está diciendo Dios a través de su pobreza, de su ignorancia, de su dolor, de su esperanza, de su necesidad de Dios... ? Escucha al Padre que, a través de la historia concreta de los hombres, te revela manera como quiere que colabores en la instauración del Reino.

Ve tu historia. ¿Por cuál camino te ha llevado Dios? ¿Cuáles son los acontecimientos más importantes de tu vida? ¿De qué manera Dios ha estado presente o ausente en tu vida? ¿Qué personas concretas han sido significativas para ti? ¿Por qué?

Contempla el futuro. ¿Qué experimentas al pensar en la posibilidad de consagrar tu vida a Dios? Tienes solo una vida, ¿a qué quieres dedicarla por completo?

Ten cuidado en discernir si tu inquietud y la atracción que sientes son signos de una verdadera vocación consagrada, o bien son manifestaciones de que Dios quiere que, como laico, intensifiques tu vida cristiana.

Solo si aprendes a escuchar, a mirar y a estar atento, podrás descubrir los signos de la llamada de Dios.

En este nivel podrás llegar a decir: "Tal vez Dios me esté llamando" ,"siento la inquietud de consagrar mi vida a Dios".


3. INFORMACION:

"Observad cómo es el país y sus habitantes, si son fuertes o débiles, escasos o numerosos; cómo es la tierra, buena o mala; cómo son las ciudades que habitan, de tiendas o amuralladas; cómo es la tierra, fértil o estéril, con vegetación o sin ella" (Nm. 13, 18-20).

Los caminos para realizar la vocación consagrada son múltiples. No es suficiente querer entregar tu vida a Dios y desear dedicarte al servicio de tus hermanos. Es necesario saber dónde quiere Dios que tú lo sirvas. Tal vez quiere que lo sirvas como sacerdote diocesano, o como miembro de una congregación religiosa, etc.

Para descubrir el lugar en que Dios quiere que estés, es necesario que conozcas las diversas vocaciones. Debes saber cuál es la espiritualidad que viven los sacerdotes diocesanos o las diferentes congregaciones, y que veas por cuál de ellas te sientes atraído. También tienes que conocer cuál es su estilo as vida, es decir, la manera como viven en la práctica: No es lo mismo una congregación contemplativa, que una de vida apostólica. Asimismo, debes tener un conocimiento de su misión en la Iglesia, y por medio de cuales actividades apostólicas pretenden realizarla: misiones, enseñanza, hospitales, dirección espiritual, promoción vocacional, predicación de ejercicios, medios de comunicación, etc.

Debes saber también quienes son los principales destinatarios de su apostolado: jóvenes, sacerdotes, pobres, enfermos, niños, religiosos, etc.

Aunque ordinariamente cuando se siente la inquietud vocacional se siente también el atractivo por una vocación específica, bien vale la pena dedicar algunas horas a informarte más a fondo sobre esa vocación y otras. Y aunque al final te decidieras por la que en el principio te inclinabas, el tiempo empleado en informarte no habrá sido desperdiciado.

En este nivel podrás decir: "posiblemente Dios me está llamando a ingresar a esta congregación".


4. REFLEXION:

"¿Quién de ustedes, queriendo edificar una torre, no se sienta primero a calcularlos gastos y ver si tiene para acabarla? No sea que, habiendo puesto los cimientos y no pudiendo terminar, todos los que lo vean se pongan a burlarse de él, diciendo:" Este comenzó a edificar y no pudo terminar " (Lc 14, 28-30).

La vocación es una empresa demasiado grande; ¡y es para toda la vida! Por eso, no te puedes lanzar a ella sin antes haber reflexionado seriamente, y con la debida calma, sobre ti y sobre la vocación que pretendes seguir.

Debes reflexionar sobre cuáles son tus capacidades y limitaciones; serás capaz de ser fiel a los compromisos que implica la vocación; en qué signos concretos te basas para pensar que Dios te llama; que es lo que más temes de la vocación; cuáles son las razones en favor y en contra que tienes para emprender ese camino; qué es lo que te atrae de ese estado de vida, y qué es lo que te gusta de él.

Dios te pide que te comprometas responsablemente en el discernimiento de su voluntad. El quiere que tú pongas en juego tu inteligencia y tu capacidad de reflexión y juicio para que puedas encontrar tu vocación. El te da la luz de su Espíritu Santo para que descubras qué es lo que quiere de ti.

No debes pretender, ilusoriamente, tener en mano un contrato firmado por Dios, en el que revela su plan sobre ti, y de esa manera poseer la evidencia de su llamado. No; nunca se te dará tal documento. Lo que encontrarás serán signos que te indiquen cuál podría ser la voluntad de Dios; signos que deberás descifrar para así tener la certeza (más no la "evidencia") de su llamado.

En este nivel llegarás a decir; "creo que Dios me llama "; "creo que, con la ayuda de Dios, podré responder".


5. DECISION:

"Te seguiré vayas donde vayas" (Lc 9, 57).

Una vez que vayas descubriendo qué es lo que Dios quiere de ti, no te queda sino dar el paso, decir "sí", decidirte a seguir a Jesús.

Tomar tal decisión es difícil. Ante la opción sentirás todos tus miedos, incertidumbres y limitaciones: "¡Ay, Señor mío! Mira que no sé hablar, que soy un muchacho" (Jr 1,7). Y sin embargo, a pesar de todas tus limitaciones, o mejor, con todas ellas, has de responder al Señor, como Isaías: "Aquí estoy, envíame" (Is 6,8); debes decidirte como María: "Aquí está la esclava del Señor, cúmplase en mí lo que has dicho" (Lc 1,38).

Llegar a tomar una decisión con la cual comprometerás toda tu vida, no sólo es difícil; es una gracia. Debes pedirle al Espíritu Santo esa capacidad de respuesta.

No afrontar la decisión equivale a dejar correr tu vida, desperdiciarla. Para iniciar el camino de la vocación, no esperes tener la evidencia de que Dios te llama; te debe bastar tener la certeza moral en su llamado.

Es necesario querer seguir radicalmente a Jesucristo: "Sí, quiero seguirte ". Tal vez tengas dudas si llegarás al final, si podrás con las exigencias, etc.; pero de lo que no puedes dudar es de tu decisión; debes estar seguro de lo que tú quieres.

En este nivel podrás decir: "quiero consagrar mi vida a Dios en el servicio de mis hermanos".


6. ACCION:

"Jesús los llamó. Inmediatamente dejaron la barca y a su Padre lo siguieron" (Mt 4, 21-22).

Una vez decidido, ¡lánzate! No te dejes vencer por el miedo; lánzate con miedo.

La decisión se debe concretizar en la acción. Debes poner todos los medios que estén a tu alcance para realizar lo que has decidido. No cedas a la tentación de diferir el ingreso: "Te seguiré, Señor. Pero déjame primero... " (Lc 9, 59-61).

Con la decisión has comprometido todos los momentos posteriores; ahora se trata de buscar cómo ser fiel. La única manera de realizar el proyecto de Dios es la fidelidad de cada día. Tienes que vivir todo momento en coherencia con lo que has decidido; cada paso debe ir dirigido hacia la meta.

Y, ¿cuando venga la dificultad? Perseverar. El camino emprendido es difícil. Hay que estar dispuesto a todo, pasar por lo que sea, a enfrentar cualquier dificultad. Jesús no te ofrece otra cosa; "Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día y sígame" (Lc 9,23). ¡Claro que el sendero es arduo y pesado!; pero tienes en ti la fuerza del Espíritu Santo, y María te acompaña e impulsa a recorrer el camino que Jesús ha trazado. Además, no se trata de cargar hoy la cruz de toda la vida, sino sólo la de hoy; y así cada día.

En este nivel deberás de decir, como Pedro: "nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido" (Mt 10,28).


7. DIRECCION ESPIRITUAL:

"Levántate y vete a Damasco, allí se te dirá todo lo que está establecido que hagas" (Hch 22,10).

En realidad, la dirección espiritual no es un paso más en el proceso de discernimiento de tu vocación; es un recurso que debe estar presente en cada uno de los pasos anteriores. El director espiritual te motivará a orar y estar abierto a percibir los signos de la voluntad de Dios; te indicará donde obtener la información y te ayudará a reflexionar. Te dejará sólo ante Dios para que libremente decidas tu vida. Te ayudará a que te prepares convenientemente para ingresar en la institución formativa. Su oración y sacrificio por ti te alcanzarán del Espíritu Santo la luz para que descubras tu vocación y la fuerza para seguirla. La Palabra de Dios dice: Para obtener un consejo "recurrí" siempre a un hombre piadoso, de quien sabes bien que guarda los mandamientos, cuya alma es como tu alma, y que si caes, sufrirá contigo" (1S. 37,12).

Si bien es cierto que la vocación es una llamada que Dios te hace, y que nadie puede escucharla por ti ni responder a ella en tu lugar también es cierto que tienes necesidad de un director espiritual que te acompañe en tu camino de discernimiento vocacional y confirme la autenticidad de tu llamado.

Es fácil hacerse ilusiones y creer que es llamada de Dios lo que en realidad es solo un deseo subjetivo. Acudir al director espiritual es un acto de humildad; es aceptar que no tienes el monopolio de la voluntad de Dios sobre ti; es aceptar la mediación de un hombre de Dios, representante de la Iglesia, para descubrir el plan que Dios tiene para ti.

Jesucristo, después de habérsele aparecido a Pablo en el camino de Damasco, le dijo que fuera con Ananías, que este le indicaría cuál era la voluntad de Dios. Cristo mismo hubiera podido decirle directamente a Pablo qué quería de él, sin embargo, quiso valerse de la mediación de Ananías para hacerle descubrir su vocación (Hch 22, 10-15).

En el discernimiento de la voluntad de Dios sobre ti. No puedes prescindir de la mediación de la Iglesia.

Discernir lo que Dios quiere de ti, no es fácil, pero tampoco es algo imposible. Si con sinceridad y humildad te pones a buscar la voluntad de Dios, y realizas los pasos que aquí te sugiero creo que podrás encontrarlo.

Dios quiera revelarte su proyecto sobre ti. Es El, el más interesado en que tú descubras y realices tu vocación.

Ora, acude al director espiritual, percibe; infórmate, reflexiona, decídete, actúa.

Una bella adaptación para la Esciela Pablo VI de Catholic.

Armando

sábado, 20 de marzo de 2010

Hnos Todos:
Gracias al Profesor: Arnaldo Cifelli recordamos este via crucis del niño por nacer, También los invito a que recordemos el 25 de marzo como el día del niño por nacer.

El primer derecho que tiene el ser humanop es la existencia dada desde la creación de la humanidad como hecho perfecto e inviolable por el mismo humano.

Dios guarde a quien defiende la vida !!!
Armando
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Al comenzar
En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo.

Se menciona la estación y luego el guía dice:
“Te adoramos Cristo y te bendecimos”.
Todos responden:
“Porque con tu santa Cruz redimiste al mundo”.

Luego de la lectura y un breve momento de meditación
se reza un padrenuestro, un avemaría y un gloria.

Concluimos el rezo del Vía crucis con
La Salve.

1ª estación: JESÚS ES CONDENADO A MUERTE
* En Ti se perpetrará la injusticia más grande de la historia que nos ayudará a soportar las nuestras. Pero los niños por nacer le dicen a Jesús y nos dicen: “¡He sido condenado a muerte ya antes de nacer!. El amor no me ha llamado a la vida y por eso nadie me ama…”

2ª estación: JESÚS CARGA CON SU CRUZ
* Llevas, Señor, el peso de la Cruz, el peso de todos nuestros pecados, ese peso muy merecido, que la mayoría de las veces nos negamos a llevar en nuestra vida. Pero los niños por nacer le dicen a Jesús: “Me han cargado con el estigma de ´no deseado´, se me considera una desgracia, una carga no querida, una complicación, y me rechazan. Debo desaparecer”.

3ª estación: JESÚS CAE POR PRIMERA VEZ
* Gran secreto de la vida cristiana: “santo no es el que no cae, sino el que siempre se levanta”. Pero los niños por nacer le dicen a Jesús y nos dicen: “Me han convertido en un problema, un caso, nadie me considera una persona… Soy sólo un caso de “embarazo no deseado”, un inoportuno del cual fácilmente se pueden deshacer”.

4ª estación: JESÚS SE ENCUENTRA CON SU SANTA MADRE
* Confluyen torrentes de amor y de dolor, con María siempre podremos santificar nuestras cruces. Pero los niños por nacer le dicen a Jesús y nos dicen: “Tu encuentro con María, tu Madre. Señor, ha sido muy doloroso y triste, pero yo no tengo una madre como Tú que me consuele y llore por mí. Estoy encerrado en el vientre de una mujer que me entregará para que me maten”.

5ª estación: EL CIRENEO AYUDA A JESÚS A LLEVAR LA CRUZ
* Aquí se nos enseña la misión de la vida cristiana: ayudar a llevar las cruces de nuestros hermanos. Pero los niños por nacer le dicen a Jesús y nos dicen: “A Ti, Señor, te han ayudado a llevar tu cruz, a mi nadie me ayuda ni se compadece de mi… A mi madre le darán anestésicos para que no sufra cuando yo me esté muriendo”

6ª estación: LA VERÓNICA LIMPIA EL ROSTRO DE JESÚS
* La faz del Señor queda estampada en ese lienzo. Por la Eucaristía debemos ser reflejo de Cristo para nuestros hermanos. Pero los niños por nacer le dicen a Jesús y nos dicen: “¡Oh, Jesús, si a mí me pudiera ayudar y consolar una Verónica en mi impotencia e indefensión!. ¿Nadie entiende mi desgracia, mi tragedia personal?. ¿Nadie me defiende?. ¿Por qué callan las leyes?. ¿Por qué callan los cristianos?”

7ª estación: JESÚS CAE POR SEGUNDA VEZ
* Su caída es devastadora. ¡Cuántos desastres ocasionan las mías, Señor!. Pero los niños por nacer le dicen a Jesús y nos dicen: “Mientras yo sea así de pequeño e indefenso, fácilmente me pueden destruir. Mi padre hace cálculos económicos: cuánto le puedo llegar a costar: crianza, educación, etc.. Económicamente soy una carga, evidentemente mi muerte es más barata, es menos gasto, y es el argumento de más peso el que decidió mi suerte”.

8ª estación: JESÚS CONSUELA A LAS MUJERES DE JERUSALÉN
* Ellas lloran tus dolores y nuestras culpas que los ocasionan. Enséñanos, Señor, a llorar eficazmente nuestros pecados. Pero los niños por nacer le dicen a Jesús y nos dicen: “¡Jesús, mucho no te ha ayudado el llanto de las mujeres de Jerusalén, ellas no han podido evitar tu muerte!. Como a mí… ¿de qué me sirven los tan proclamados derechos y las leyes sí, en vez de protegerme, abren y allanan el camino a mi muerte?”.

9ª estación: JESÚS CAE POR TERCERA VEZ
* Para enseñarnos a evitar las ocasiones de caer en pecado, para enseñarnos a pedir con fuerza no caer en la tentación. Pero los niños por nacer le dicen a Jesús y nos dicen: “La situación es clara, debo morir!. Las planificaciones al mas alto nivel mundial, las llamadas “políticas de población” así lo han planificado… para mí no hay espacio ni lugar, en este ancho y largo mundo…”.

10ª estación: JESÚS ES DESPOJADO DE SUS VESTIDURAS
* Desgarran la piel al arrancar sus ropas pegadas a las heridas… dolor extremo para expiar los pecados de la carne. Pero los niños por nacer le dicen a Jesús y nos dice: “Antes de crucificarte, Señor, te han despojado de tus vestiduras, yo, en cambio, todavía no tengo nadas que me cubra… ¡Sólo esta delicada piel de la cual me tomarán firmemente y la desgarrarán! Y algunos fabricarán cosméticos conmigo…”

11ª estación: JESÚS ES CLAVADO EN LA CRUZ
* Ha llegado el momento del sacrificio, de la Redención, de la inmolación por nuestros pecados, los que debemos aborrecer. Pero los niños por nacer le dicen a Jesús y nos dicen: “A Ti te han clavado en una Cruz. Mi cuerpo será desgarrado y despedazado, concienzudamente mis restos serán controlados y cortados… no sea que pueda provocar una infección”.

12ª estación: JESÚS MUERE EN LA CRUZ
* Los hombres, ciegos, y sordos, hemos rechazado a Dios hasta tal punto. ¡Qué grande es tu bondad y qué grande nuestra maldad! Pero los niños por nacer le dicen a Jesús y nos dicen: “Tú te estás muriendo… y yo también. Tú eres inocente…también yo. ¡Acuérdate, Señor, de mí cuando llegues a tu reino!”


13ª estación: JESÚS ES DEPUESTO EN BRAZOS DE SU MADRE
* El dolor de María llega a su culmen. María aparece frecuentemente, en Lourdes, Fátima, etc,, viene a buscarnos. Pero los niños por nacer le dicen a Jesús y nos dicen: “Muerto, tú has sido recogido por los brazos amorosos de tu afligida Madre, y así, nuevamente te acunó sobre el seno que te dio la vida… Pero a mí nadie me recoge, soy sólo un mal recuerdo, una carga que pesa sobre la conciencia…”

14ª estación: JESÚS ES COLOCADO EN UN SEPULCRO
* Algún día también tendremos que morir, para resucitar. Y los niños por nacer le dice a Jesús y nos dicen: A Ti te depositan en un sepulcro, a mí, en un recipiente de desperdicios, de basura. Mientras espero el día del Juicio Final, cuando con profundo dolor deberé testificar contra mis ´padres´, Te ruego con todo mi amor de hijo, como Tú me enseñaste:”Padre, perdónalos, como yo los perdono, porque no saben lo que hacen”.

Agrego:
15º estación: JESÚS RESUCITA VIVO Y GLORIOSO.
¿Dónde está muerte tu victoria? ¿Dónde está muerte, tu aguijón?
Todo es destello de su gloria, clara luz, resurrección.

Fiesta es la lucha terminada, vida es la muerte del Señor,
día la noche engalanada, gloria eterna de su amor.

Fuente perenne de la vida, luz siempre viva de su don,
Cristo es ya vida siempre unida a toda vida en aflicción.

El niño por nacer nos dice: También para mí “brilla la luz que no tiene fin” porque Dios es AMOR y ese amor me quiere feliz.

Despedida: En nombre de Cristo Resucitado y Viviente, marchemos por los caminos de una vida nueva toda ella llena del Espíritu. Que la paz de Cristo Resucitado esté siempre con ustedes.

viernes, 19 de marzo de 2010

Desafio a los Aspirantes a Diaconos de San Justo

San José, imagen digna a imitar por los Aspirantes a Diáconos de la Diócesis de San Justo, imagen de pureza y castidad.

Esposo de la Virgen María

Martirologio Romano: Solemnidad de san José, esposo de la bienaventurada Virgen María, varón justo, nacido de la estirpe de David, que hizo las veces de padre al Hijo de Dios, Cristo Jesús, el cual quiso ser llamado hijo de José y le estuvo sujeto como un hijo a su padre. La Iglesia lo venera con especial honor como patrón, a quien el Señor constituyó sobre su familia.

Etimológicamente; José = Aquel al que Dios ayuda, es de origen hebreo.
Las fuentes biográficas que se refieren a san José son, exclusivamente, los pocos pasajes de los Evangelios de Mateo y de Lucas. Los evangelios apócrifos no nos sirven, porque no son sino leyendas. “José, hijo de David”, así lo llama el ángel. El hecho sobresaliente de la vida de este hombre “justo” es el matrimonio con María. La tradición popular imagina a san José en competencia con otros jóvenes aspirantes a la mano de María. La elección cayó sobre él porque, siempre según la tradición, el bastón que tenía floreció prodigiosamente, mientras el de los otros quedó seco. La simpática leyenda tiene un significado místico: del tronco ya seco del Antiguo Testamento refloreció la gracia ante el nuevo sol de la redención.

El matrimonio de José con María fue un verdadero matrimonio, aunque virginal. Poco después del compromiso, José se percató de la maternidad de María y, aunque no dudaba de su integridad, pensó “repudiarla en secreto”. Siendo “hombre justo”, añade el Evangelio -el adjetivo usado en esta dramática situación es como el relámpago deslumbrador que ilumina toda la figura del santo-, no quiso admitir sospechas, pero tampoco avalar con su presencia un hecho inexplicable. La palabra del ángel aclara el angustioso dilema. Así él “tomó consigo a su esposa” y con ella fue a Belén para el censo, y allí el Verbo eterno apareció en este mundo, acogido por el homenaje de los humildes pastores y de los sabios y ricos magos; pero también por la hostilidad de Herodes, que obligó a la Sagrada Familia a huir a Egipto. Después regresaron a la tranquilidad de Nazaret, hasta los doce años, cuando hubo el paréntesis de la pérdida y hallazgo de Jesús en el templo.

Después de este episodio, el Evangelio parece despedirse de José con una sugestiva imagen de la Sagrada Familia: Jesús obedecía a María y a José y crecía bajo su mirada “en sabiduría, en estatura y en gracia”. San José vivió en humildad el extraordinario privilegio de ser el padre putativo de Jesús, y probablemente murió antes del comienzo de la vida pública del Redentor.

Su imagen permaneció en la sombra aun después de la muerte. Su culto, en efecto, comenzó sólo durante el siglo IX. En 1621 Gregorio V declaró el 19 de marzo fiesta de precepto (celebración que se mantuvo hasta la reforma litúrgica del Vaticano II) y Pío IX proclamó a san José Patrono de la Iglesia universal. El último homenaje se lo tributó Juan XXIII, que introdujo su nombre en el canon de la misa.

Bendiciones y Fuerza !!!!

Armando

martes, 16 de marzo de 2010

>MARIA EN CUARESMA II

I.- Anunciación del Señor

1.- Sentido de esta solemnidad

Durante largos siglos se la llamó “Fiesta de la Anunciación de la Bienaventurada Virgen María”.
El nuevo Calendario romano (Concilio Vaticano II) ha vuelto a dar a esta fecha un marcado carácter cristológico. Con todo, Jesucristo y María aparecen como protagonistas “a partes iguales”, aunque el punto central de la celebración descansa en la Palabra que se hace carne (Ver Oración de la Asamblea).
La Exhortación apostólica Marialis cultus de Pablo VI dice: “Para la solemnidad de la Encarnación del Verbo, en el calendario romano, con decisión motivada, se ha restaurado la antigua denominación –Anunciación del Señor--, pero la celebración era y es una fiesta conjunta de Cristo y de la virgen: del Verbo que se hace “hijo de María”, de la Virgen que se convierte en Madre de Dios.
Con relación a Cristo, el Oriente y el occidente, es las inagotables riquezas de sus liturgias, celebran dicha solemnidad como memoria del fiat salvador del Verbo encarnado, que entrando en el mundo dijo : “Aquí estoy , oh Dios, para hacer tu voluntad” (Heb. 10, 7); como conmemoración del principio de la redención y e la indisoluble y esponsal unión de la naturaleza divina con la humana en la única Persona del Verbo. Por otra parte, con relación a María, como fiesta de la nueva Eva, virgen fiel y obediente, que con su fiat generoso (cf. Lc. 1,38) se convirtió, por obra del Espíritu, en Madre de Dios y también en verdadera Madre de los vivientes, y se convirtió, también, al acoger en su seno al único Mediador (cf. 1 Tim. 2,5) en verdadera Arca de la Alianza y verdadero templo de Dios, como memoria de un momento culminante del diálogo de salvación entre Dios y el hombre y conmemoración del libre consentimiento de la Virgen y de su concurso al plan salvífico” (n. 6)

Sugerencia
Esta solemnidad no es “de precepto”. Y nunca se celebrará en “domingo”. (Cuando así ocurre, por ser Cuaresma, prevalece la liturgia dominical). En consecuencia se “desdibuja” su importancia: Es la fiesta cristológica y mariana de mayor densidad. Sobre todo este año, a “un pasito de Semana Santa, conviene que no pase como “una Misa más”. Ofrecemos el guión para la Misa y una posible homilía

“Significativa coincidencia”
La fiesta de la Anunciación, compartida entre cristianos y musulmanes.
El Gobierno libanés decretó que el 25 de marzo sea celebración nacional en ese país para ambos credos, al destacar que estos conceden a la Virgen María un lugar importante en sus devociones, así en la Biblia como en el Corán (CRISTO HOY, 18 al 24 de febrero 2010)

2.- Guión para la Santa Misa

1.- Orientación de la celebración
Hermanos y hermanas:
Cerca de concluir nuestro “recorrido cuaresmal” hacia la Pascua festejamos “conjuntamente” a Jesús y a María en el común acontecimiento de la Anunciación. El anuncio del ángel a María trae consigo, la concepción virginal de Jesús: la Palabra eterna de Dios comienza a hacerse hombre en el seno de María.
Hermanos: esta es la fiesta de Jesús y su Madre, de María y su Hijo.
Nos ponemos de pie. Recibimos al padre N.N. que presidirá nuestra Eucaristía, y uniendo nuestros corazones y nuestras voces, cantamos.
2.- Acto penitencial
- Tú quisiste nacer de Santa María Virgen.
+ Señor, ten piedad.
- Tú te hiciste hombre para salvar a los hombres.
+ Cristo, ten piedad.
- Tú hiciste de María tu primera discípula.
+ Señor, ten piedad.
3.- Liturgia de la Palabra
Única monición:
Mientras la primera lectura relata la profecía de Isaías, a cerca de la virgen que dará a luz, la segunda lectura y el evangelio muestran “en paralelo” a Jesús y a María diciendo ¡Sí! a la voluntad de Dios. Escuchemos atentamente.
4.- Oración de los fieles
A cada intención, pedimos:
Por el misterio de la Anunciación, te lo pedimos, Señor.
- Para que la Iglesia tenga libertad para anunciar a Jesucristo, Redentor de los hombres.
OREMOS.
- Para que las leyes y los gobiernos protejan la vida desde el instante de la concepción.
OREMOS.
- Para que los acosados por culpas morales confíen en la misericordia de Dios y la
intercesión de María. OREMOS.
- Para que la celebración de Semana Santa atraiga a los hermanos alejados. OREMOS.
- Para que este Día del Niño por nacer sacuda la conciencia de cuantos están a favor del
aborto. OREMOS.
5.- Presentación de los dones
Sugiero no realizar la procesión de “ofrendas”.
6.- Prefacio (propio)
La Virgen María recibió con fe el anuncio celestial. Por eso, junto al celebrante, glorifiquemos a Dios que colmó ampliamente la esperanza de la humanidad.
7.- Comunión
Hermanos:
El Jesús que nació de santa María Virgen ahora se nos ofrece en la Eucaristía. Con alegría vayamos a recibir el Pan de Vida. Cantamos…
8.- Canto Final
Queridos amigos: Con alegría y confianza porque María nos cuida con amor materno como cuidó a Jesús, nos retiramos, cantando…

3.- Homilía
Es sorprendente cómo ha quedado “relegada” esta SOLEMNIDAD: cuesta encontrar una homilía entre los muchos y sólidos autores del género. Sin embargo es la fiesta “del día más grande después de la creación del hombre”, según algunos Santos Padres. Esta apreciación se refuerza y completa en la Vigilia Pascual: la creación del mundo hecha al comienzo, no es obra de mayor grandeza que el sacrificio pascual de Cristo”. (Oración después de la primera lectura).
Aquí va una posible homilía. En cualquier caso es necesario destacar que la anunciación del Señor es una fiesta “conjunta” de Jesús y su Madre, de María y su Hijo; de Dios que se hace hombre y de María que presta su concurso como “servidora del Señor” , de ambos –Jesús y María- que dicen fiat a la voluntad del Padre.

* La eficacia de una servidora
“Dijo María: He aquí la servidora del Señor;
hágase en mí según tu palabra (Lc 1, 38)

Ya en las últimas semanas del itinerario cuaresmal, la liturgia de la Iglesia pareciera que hace un paréntesis y nos propone la celebración de la Anunciación del Señor, una fiesta solemne en medio de la sobriedad de la liturgia cuaresmal: cantaremos el himno del “Gloria”, el sacerdote preside con ornamentos blancos, y todo el tono de la celebración es una festiva alabanza a Dios por el insondable misterio de la Encarnación del Hijo, Palabra eterna de Dios: “Y el Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros…”.
Sin embargo esta solemne fiesta no es ningún paréntesis, sino que nos lleva a profundizar en el sentido del itinerario cuaresmal que estamos viviendo. Nos anuncia la iniciativa salvadora de Dios y la eficacia de una vida entregada a la realización de esa voluntad salvífica.
* Un exceso de amor
Nunca acabaremos de comprender lo que significa la Encarnación del Hijo de Dios en el seno de la Virgen María, y nunca hemos de dejar de contemplar el excesivo amor de Dios a este mundo que lo lleva a hacerse uno de nosotros.
La Encarnación del Verbo es un acontecimiento único en el plan de salvación que Dios tiene para este mundo. Es un acontecimiento que no pertenece a las “lógicas” de este mundo: su razón no es de orden histórico-político, ni su explicación es de orden biológico; sino que pertenece a la “lógica” del amor por el que Dios toma la iniciativa de manifestarse en la humanidad de Jesús.
Todo es un exceso de amor: “Tanto amó Dios al mundo que envió a su Hijo único… para que el mundo se salve por Él (Jn 3, 16-17). Dios ama entrañablemente a este mundo herido y distorsionado por el pecado, y está dispuesto a todo para que nada se pierda y… acontece lo inaudito: Dios se hace hombre para que el hombre conozca el amor de Dios y viva en Él.
Toda la iniciativa es de Dios, todo es regalo, todo es gracia. Y el que nace de María viene de Dios, “porque ninguna cosa es imposible para Dios” (Lc 1, 37)
* La verdadera eficacia
En este mundo todos andamos buscando eficacia en nuestra vida y en lo que hacemos, y en esta búsqueda de eficacia –a menudo- nos neurotizamos y siempre sale perdiendo la gratuidad.
La Anunciación del Señor a María nos revela la fuente de la verdadera eficacia en una vida entregada al designio de salvación. Sólo Dios conoce la verdadera eficacia y nos la ha revelado: “El grano de trigo que cae en tierra y muere da mucho fruto” (cf. Jn 12, 23-25), esto significa la vida entregada de Jesucristo. Allí nos anuncia que los frutos provienen de Él y de la libre colaboración humana: “El que permanece en mí y yo en él, ése da mucho fruto, porque separados de mí no pueden hacer nada” (Jn 15, 5)
La presencia viva de Jesucristo en nuestro mundo es el fruto de la acción de Dios y de la libre colaboración humana de María. Por eso es que proclamamos una afirmación escandalosa para las “eficacias” de este mundo: la Virgen María es la persona humana más eficaz de toda la historia, es la que con su libre colaboración acoge la eficacia de Dios y entrega al mundo el fruto: Jesucristo
La eficacia que Dios da a la vida de María es posible porque ella vive totalmente entregada a la Palabra en la obediencia de la fe. María se define a sí misma como “la servidora del Señor” para que “se haga en mí según tu palabra” (Lc 1, 38).
La Virgen María vive en una desapropiación de sí misma, renuncia a su propio espíritu para acoger el Espíritu de Dios y ser la “llena de gracia, renuncia a sus planes y proyectos para ser introducida en el plan de Dios, renuncia a su propio futuro para acoger el de Dios.

Porque vive y permanece en la adhesión de fe, totalmente entregada a la palabra, la Virgen María es la persona más eficaz de toda la historia humana y “todas las generaciones la llaman bienaventurada” (cf. Lc 1, 48), y cada vez que rezamos el “Ave María” le decimos: “Bendita eres entre todas las mu-jeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús”
* Y el Verbo se hizo carne
“…”Y habitó entre nosotros”. La Anunciación del Señor a María y su respuesta confiada en la obediencia de la fe hacen posible la mayor Novedad de toda la historia: Dios se hacen uno de nosotros en Jesús, y en la vida entregada del Hijo nos manifiesta el excesivo amor que nos tiene: “Tanto amó Dios al mundo…” (Jn 3, 16). En la solemne fiesta de la Anunciación contemplemos admirados ese “tanto” del amor que Dios nos tiene.
(M. Buvinic Martinic. ¡Tu Palabra me da Vida!. Comentario al Evangelio dominical A- B- C.San Pablo. Chile)

II.- La Virgen María junto a la cruz del Señor
De acuerdo al Misal, el viernes de la 5ª semana de Cuaresma “se puede” rezar esta Misa en lugar de la correspondiente a la feria. Parece coherente optar por la Virgen.
Para facilitar su ejecución adjunto el formulario de la Misa y las lecturas.
El P. Muñoz brinda un amplio comentario en su libro “María. Proclamada por la Palabra. Celebrada por la Liturgia” . San Pablo.
Sugerencia para la Homilía
+ Hermanos: Trataré de ser cortito y preciso.
Ya estamos en la “antesala” del acontecimiento más grande de nuestra fe: la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús. Y la Iglesia nos presenta a María junto a la cruz del Señor. ¿Querrá la Iglesia que participemos de la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús con los sentimientos, la fe, la entrega, la confianza, la valentía de la Virgen?
Efectivamente es así. Esta es la propuesta. Acompañar a Jesús esta semana –y toda nuestra vida – con los sentimientos, la fe, la entrega, la confianza, la valentía de la Virgen.
+ ¿Cómo hacerlo? La Oración Colecta nos señala el camino presentándonos dos situaciones presentes en la vida de todos nosotros.
A.- “Las infinitas penas de la vida”
B.- “Los hermanos que sufren”
(Leer nuevamente la Oración enfatizando estas expresiones)
A.- Las infinitas penas de la vida.
Las vivió María y las vivimos también nosotros. ¿Quién no las tiene? Aquí están todos los sufrimientos “grandes y pequeños”, los dolores, contratiempos y problemas de “cada día”. De ellos habló Jesús: de “la cruz de cada día”. Cada uno examine su “cruz cotidiana” y comience a vivirla no con amargura sino unido al sufrimiento de Cristo, crucificado, y al valiente sufrimiento de la Virgen, junto a su hijo moribundo. Recordémoslo: la vida de la Virgen no fue un “entretenido paseo” por este mundo…
La fe y el amor, hermanos, no suprimen el dolor, pero le dan sentido, lo hacen valioso si lo unimos al sufrimiento redentor de Jesús y de María.
B.- Los hermanos que sufren
No hay que “dar muchas vueltas” para encontrarnos con ellos o con las instituciones que los atienden.
“Que imitando a la Virgen permanezcamos junto a los hermanos que sufren”, pide la oración. ¿Queremos consolar a la Virgen? Consolemos a tantos hermanos que sufren. ¿Queremos amar a María? Amemos, ayudemos, a tantos “hijos de María” que necesitan ayuda. ¿A qué madre no le agrada que alguien se preocupe por las necesidades de su hijo?
+ Termino porque empiezo a ser largo. ¿Quién podrá apartarnos del amor de Cristo? Exclamaba san Pablo. También la Virgen gritó en su corazón ¿Quién podrá apartarme del amor a Jesús? Y “como Virgen intrépida, sin temer las amenazas ni quebrarse en las persecuciones, guardó íntegra la fidelidad prometida a Dios” (Prefacio)
(Si es posible “se vuelve” hacia una imagen de la Virgen)
¡Virgen del Calvario! ¡Virgen de la agonía! ¡Virgen valiente e intrépida! Haz nuestro corazón semejante al tuyo. Amén
LA VIRGEN MARÍA
Misal JUNTO A LA CRUZ DEL SEÑOR
A medida que avanza el tiempo de Cuaresma, que está organizado a semejanza del camino de Jesús hacia la ciudad santa de Jerusalén, lugar de su oblación, se hace más frecuente la contemplación del misterio de la pasión de Cristo; de ahí que se haga más frecuente también, en el corazón de los fieles, el recuerdo del sufrimiento compartido de santa María Virgen.
En los Propios tanto de las Iglesias particulares como de los Institutos religiosos encontramos varios formularios que celebran a la Madre participado en la pasión de su Hijo. El formulario que aquí se propone proviene, a excepción del prefacio, del Propium missarum Ordinis Fratum Servorum beatae Mariae Virginis, Curia general OSM, Roma 1972, pp. 24-27.
Los textos de la misa ilustran el misterio de la pasión de Cristo, que, de un modo misterioso, continúa completándose en “infinitas penas de la vida de sus miembros” (Co); por eso son adecuadas a esta celebración aquellas palabras del Apóstol: “Completo en mi carne los dolores de Cristo, sufriendo por su cuerpo que es la Iglesia” (Ant com, Col 1, 24).
Santa María, “Reina del cielo y Señora del mundo” (Ver ev), estuvo junto a la cruz de su Hijo (cf. Ant entr, Ev, Jn 19, 25- 27) “dolorosa” (Co), “sufriendo” (Ver ev), “intrépida” y “fiel” (Pf), cumpliendo diversas funciones de salvación y “para dar cumplimiento a las figuras antiguas” (Pf). En efecto, la santísima Virgen estuvo junto al Hijo moribundo en la cruz:
-- como cooperadora de la redención (cf. So), asociada por sus dolores de madre al sacrificio del Hijo, sumo sacerdote (cf. Dc)
-- como nueva Eva, en la que se cumplió la profecía sobre la función salvadora de la “Mujer” (f. Gn 3, 15; Jn 19, 26; Ap 12, 1): así como la primera mujer había contribuido “a la muerte”, así la segunda -María- contribuyó “a la vida” (cf. Pf, LG 56)
--como la Sión Madre, a la que saludan todos los pueblos diciendo; “Todas mis fuentes están en ti” (Sal 86 (87), 7), ya que recibe con amor materno “a los hombres dispersos, reunidos por la muerte de Cristo” (Pf, cf. Jn 11, 52);
-- como modelo de la Iglesia, que, contempládola como “Virgen intrépida”, “guarda íntegra la fidelidad prometida al Esposo (Pf, cf. L.G 64)

Antífona de entrada
Junto a la cruz de Jesús estaba su madre, la hermana de su madre, María, la de Cleofás, y María, la Magdalena

Oración colecta

Señor, Dios nuestro,
por un designio misterioso de tu providencia
completas lo que falta a la pasión de Cristo
con las infinitas penas de la vida de sus miembros;
concédenos que,
a imitación de la Virgen Madre dolorosa
que estuvo junto a la cruz de su Hijo moribundo,
así nosotros
permanezcamos junto a los hermanos que sufren
para darle consuelo y amor
Por nuestro Señor Jesucristo.

Oración sobre las ofrendas

Recibe, Señor, las ofrendas de tu pueblo,
y conviértelas en el sacramento de nuestra redención,
en la que cooperó generosamente la Virgen,
permaneciendo intrépida junto al altar de la cruz.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

Prefacio

JUNTO A LA CRUZ DEL HIJO
LA MADRE PERMANECIÓ FIEL

V.- El Señor esté con vosotros.
R.- Y con tu espíritu

V.- Levantemos el corazón.
R.- Lo tenemos levantado hacia el Señor.

V.- Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
R.- Es justo y necesario.

En verdad es justo y necesario,
es nuestro deber y salvación
darte gracias
siempre y en todo lugar,
Señor, Padre santo,
Dios todopoderoso y eterno,
por Cristo, Señor nuestro.

Porque en tu providencia estableciste
que la Madre permaneciera fiel
junto a la cruz de tu Hijo,
para dar cumplimiento a las antiguas figuras,
y ofrecer un ejemplo nuevo de fortaleza.

Ella es la Virgen santa
que resplandece como nueva Eva,
para que así como una mujer contribuyó a la muerte
así también la mujer contribuyera a la vida.

Ella es la misteriosa Madre de Sión
que recibe con amor materno
a los hombres dispersos,
reunidos por la muerte de Cristo.

Ella es el modelo de la Iglesia Esposa,
que, como Virgen intrépida,
sin temer las amenazas
ni quebrarse en las persecuciones,
guarda íntegra la fidelidad prometida al Esposo.

Por eso,
unidos a los coros angélicos,
te aclamamos llenos de gracia:

Santo, santo, Santo…



Antífona de comunión

Completo en mi carne los dolores de Cristo, sufriendo por su cuerpo que es la Iglesia.

Oración después de la comunión

Después de recibir la prenda de nuestra salvación,
te pedimos, Señor,
que, por los méritos del sacrificio de Cristo, sumo sacerdote,
y de los dolores de la Virgen,
el Espíritu Santo, presente con plenitud en la Iglesia,
inunde con su amor el mundo entero.
Por Jesucristo nuestro Señor.

























Lecturas

LA VIRGEN MARIA
JUNTO A LA CRUZ DEL SEÑOR

PRIMERA LECTURA
No perdonó a su propio Hijo

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos 8, 31b- 39

Hermanos:
Si Dios está con nosotros, ¿quién estará contra nosotros? El que no perdonó a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará todo con él?
¿Quién acusará a los elegidos de Dios? ¿Dios, el que justifica? ¿Quién condenará? ¿Será acaso Cristo, que murió, más aún, resucitó y está a la derecha de Dios, y que intercede por nosotros?
¿Quién podrá apartarnos del amor de Cristo?: ¿la aflicción? ¿la angustia?, ¿la persecución?, ¿el hambre?, ¿la desnudez?, ¿el peligro?, ¿la espada?, como dice la Escritura: “Por tu causa nos degüellan cada día, nos tratan como a ovejas de matanza”
Pero en todo esto vencemos fácilmente por aquel que nos ha amado. Pues estoy convencido de que ni muerte, ni vida, ni ángeles, ni principados, ni presente, ni futuro, ni potencias, ni altura, ni profundidad, ni criatura alguna podrá apartarnos del amor de Dios manifestado en Cristo Jesús, Señor nuestro.

Palabra de Dios

Salmo responsorial. Sal 17, 2-3. 5-6. 7. 19-20 (R.: 7ª)

R.- En el peligro invoqué al Señor

Yo te amo, Señor; tú eres mi fortaleza;
Señor, mi roca, mi alcázar, mi libertador,
Dios mío, peña mía, refugio mío, escudo mío,
mi fuerza salvadora, mi baluarte. R.

Me cercaban olas mortales,
torrentes destructores me aterraban,
me envolvían las redes del abismo,
me alcanzaban los lazos de la muerte. R.

En el peligro invoqué al Señor,
grité a mi Dios:
desde su templo él escuchó mi voz,
y mi grito llegó a sus oídos. R.

Me acosaban el día funesto,
pero el Señor fue mi apoyo:
me sacó a un lugar espacioso,
me libró porque me amaba. R.

Versículo antes del evangelio

Estaba santa María,
Reina del cielo y Señora del mundo,
sufriendo junto a la cruz del Señor.

EVANGELIO

Junto a la cruz de Jesús estaba su madre.

+ Lectura del santo evangelio según san Juan 19, 25 – 27

En aquel tiempo, junto a la cruz de Jesús estaba su madre, la hermana de su madre, María, la de Cleofás, y María, la Magdalena…
Jesús, al ver a su madre y cerca al discípulo que tanto quería, dijo a su madre:

-- “Mujer , ahí tienes a tu hijo.”
Luego, dijo al discípulo:
-- “ Ahí tienes a tu madre”
Y desde aquella hora, el discípulo la recibió en su casa.

Palabra del Señor