domingo, 7 de febrero de 2010

Reencontrándonos


En este mundo tan lleno de dolores y necesidades, el llamado de Dios es más intenso.
Nuestro Papa Benedicto XVI ha depositado su confianza en los diáconos permanentes la atención de los pobres.
No es fácil responder a tamaño pedido, pero con la ayuda de Dios la tarea podrá dar buenos frutos.
Retomar la comunicación por este medio es un desafío más para llevar la evangelizaión hasta los confines de la tierra. Para eso quiero ofrecerles en este enlace las palabras de nuestro Santo Padre para que todo Diácono Permanente encuentre en ellas la razón para luchar y los aspirantes la razón para perseverar en la formación.
¡Dios nos bendiga!
Armando