lunes, 14 de noviembre de 2011

El diácono: Icono de Cristo Servidor

El diácono:
Icono de Cristo Servidor

Resuena en cada corazón diaconal, el eco de estas palabras de Jesús: "No he venido a ser servido, sino a servir y dar mi vida en rescate por muchos" (Mc. 10, 45), y "Yo estoy en medio de vosotros como el que sirve" (Jn. 13, 1-6). Su opción preferencial por los pobres (cf. Lc. 4, 18), lo muestran como el verdadero "diácono", el servidor de Dios (cf. D. V., nº 4), y de la humanidad (cf. Mt. 20, 28).
Su obra salvadora fue un servicio salvador, realizado con la fuerza del Espíritu y desde la pobreza, por todos los hombres (cf. ll Cor. 8, 6).
A los que Él había lavado los pies les dijo: "Os he dado ejemplo para que lo que Yo he hecho con vosotros, lo hagáis vosotros unos con otros" (Jn. 13, 15) por eso el mismo Jesús constituido por la resurrección como Cristo y Mesías, estableció a su vez a los apóstoles en servidores y dispensadores del designio salvífico de Dios (cf. l Cor.4, 1), como embajadores de Cristo y enviados del mismo modo que Él, prolongan la diaconía del Señor en la Iglesia y en el mundo.
Por eso, cada diácono, en virtud del sello que ha recibido en su consagración, entrega su propio rostro a Cristo Servidor, siendo icono de su presencia.