El sitio web Centro Internacional del Diaconado en América Latina (CIDAL), ha publicado en su último boletín un reportaje realizado a los nuevos diáconos permanentes de la archidiócesis de Córdoba (República Argentina), que aquí reproducimos. Desde este página imploramos al Señor que bendiga y haga fructífero el ministerio diaconal de nuestros hermanos, a quienes les hacemos llegar nuestro abrazo.
Testimonios
de los diáconos cordobeses recién ordenados
Sitio
oficial del Arzobispado de Córdoba
Córdoba, Argentina, 2 de mayo de 2012
¿Cómo despierta esta vocación en ustedes, cómo se
sienten llamados a vivir desde el estilo de Jesús Servidor?
Luis Alberto Rodríguez
Edad: 47
años
Familia. Esposa
Nilda Luna, hijos Pablo, María Gabriela, María Belén, Emanuel
Comunidad: Parroquia
Cristo Redentor de Barrio Jardín
La vocación despertó por medio de una amiga cuando me
preguntó si había pensado por este llamado, y la verdad que en ese momento
desconocía del tema. Luego de algunos años, encontré a un Sacerdote
Santiagueño, que venía a Córdoba a retirarse espiritualmente, él me dio a
conocer el ministerio, y despertó en mí esta inquietud, que la fui discerniendo
algún tiempo. En Agosto del 2007 el Padre Francisco Bisio me dice que podía
comenzar con un proceso de discernimiento de este ministerio, y que él junto a
un grupo de personas que estaban a cargo me acompañarían, y así comenzó este
hermoso y desafiante camino de discernimiento a la vocación diaconal.
No obstante desde muy chico serví en la Iglesia en distintas
actividades: grupo juvenil, catequesis, evangelizando en asentamientos
marginales (Villa “Sangre y Sol”), dirigiendo grupos juveniles, coordinando la
catequesis Parroquial (Parroquia Corazón de María), en Catequesis Familiar
trabajando con grupos de padres, en las Uniones de Padres de Familias, dando
Catequesis en los Colegios, siendo Familia Sustituta, dando charlas para
novios, como Ministro Extraordinario de la Comunión, visitando a familias del Asentamiento
de la Villa del
Naylon; entre otros. Servicios que viéndolos a la distancia, fueron marcando mi
vocación al Diaconado. Desde los 18 años todas las actividades pastorales las
asumimos juntos con Silvina mi esposa.
Siempre resonaron en mi las palabras de Jesús: “Si quieres
ser el primero, hazte el último y servidor de todos”, y con la ayuda del Señor,
eso traté de hacer de mi vida, y hoy, por Gracia suya se la entrego a Él, a su
Iglesia y a mis hermanos”.
Gino Spada
Edad: 49
años
Familia: esposa
Sonia Silva, hijas Mirella y Chiara.
Comunidad:
Nuestra Señora Madre de Dios y Madre de la Iglesia, B° Las Palmas
Mi vocación surge desde la Misión. Durante
muchos años, trabajé junto a la comunidad del Santísimo Redentor de Villa
Allende, participábamos en familia pero sobre todo junto a Sonia mi esposa. El
carisma misionero encierra aristas insospechadas, situaciones que nos ponen de
cara a la realidad en todo lugar y a cada momento cuando realizas el
anuncio del Evangelio a los hermanos. En esos momentos surgió la inquietud de
buscar el servicio desde un lugar distinto, un lugar que me
permita anunciar al Señor entre los hermanos sobre todo entre los más
humildes del Reino. Junto a un sacerdote Redentorista (P.
Ramón Correa) fui descubriendo el llamado del Señor a este Ministerio.
Rubén
Omar Di Fiore
Edad: 54
años
Familia: esposa
Norma Cañete, hijos Luciana, Franco, Ignacio
Comunidad: Nuestra Señora de la Visitación y
San Alfonso María Ligorio (B°Arguello).
A los 15 años viví una experiencia de encuentro
profundo con Dios Vivo junto a movimiento Mallinista. Allí estuve hasta los
veintisiete, compartiendo experiencia de misiones rurales, congresos, retiros,
espacios de formación y evangelización de otros hermanos. Luego el Señor me fue
invitando a profundizar en la oración y en las sagradas escrituras, donde me
pongo en contacto con el Movimiento de la Palabra de Dios. Allí
conocí a mi esposa y salvo un intervalo de tres años integro este movimiento.
Luego viene un momento clave de discernimiento donde descubro - desde la
oración personal- que el Señor me invita a seguirlo desde esta vocación al
diaconado.
A partir de ahí, hasta el año 2000, sin dejar nuestra
participación en el Movimiento comenzamos con Norma mi esposa a
servir en la Parroquia
San Jerónimo como Ministros de la Eucaristía y dando
cursillos (prebautismales, prematrimoniales). Jesús me fue animando y con mi
esposa nos integramos en la animación de un grupo llamado Trabajadores por la
paz. Luego comenzamos a servir en la Parroquia Santísima
Trinidad, (Catequesis familiar de 1º comunión y como Ministros de la
eucaristía), allí el Párroco me contactó con el P. Francisco Bisio y comenzó el
proceso de Formación. Así es como hoy descubro que toda mi vida fue un llamado
a servir a los demás especialmente en ayudar a otros a encontrarse con Jesús.
¿En qué trabajan actualmente?
L.R. Soy
Director General del CEF San Buenaventura, y docente del Nivel Secundario del
Instituto Nuestra Madre de la
Merced. Además soy Abogado, pero desde el año 2003 no ejerzo,
dedicándome full time a la docencia.
G.S. Soy
Técnico en Telecomunicaciones y trabajo hace 28 años en una empresa del
rubro.
R.D.F: Soy abogado y ejerzo la profesión en forma
independiente.
¿Cuáles son los desafíos que afrontan en medio de la
realidad que les toca vivir?
LR. La
verdad que el ámbito de la docencia, y particularmente en Colegios
confesionales, ayuda mucho a vivir en sintonía la vida laboral con la pastoral.
Creo que el desafío actual es el que vivimos muchas personas en este tiempo,
vivir con esperanza en una sociedad que se impone un poco individualista y
consumista, con fuertes mensajes al “sálvese quien pueda” o “el no te metas”.
G.S. El
Diácono Permanente es un hombre común, con una familia, que pasa por las mismas
dificultades que todos los demás. Un hombre que pese a sus defectos humanos se
sabe renovado por Jesucristo, con disposición para anunciar el Evangelio y
encarnarlo en su propia vida, este es el desafío más grande.
R.D.F: El desafío mayor es armonizar los tiempos familiares,
de trabajo y de servicio. Continuamente tenemos que discernir qué debemos
hacer de acuerdo a las necesidades de cada ámbito.
El día de la ordenación habrá mucho para agradecer y
dejar a los pies de Jesús, ¿qué intenciones llevarán al Señor?
LR. Agradecer
esta Gracia de Él, porque a pesar de no merecerlo él me llama a este Ministerio
de servicio, y pedirle muchas fuerzas para serle fiel, siendo providencia de Él
en la vida de mis hermanos. También pedirle que mis hermanos de ordenación y
yo, nunca perdamos el gozo en la vivencia del Ministerio del Diaconado.
G.S. Es
verdad, en el día de la
Ordenación, realmente hay mucho para poner a los pies
del Señor, a la familia que vive con generosidad este llamado. La gracia
que nos da el Ministerio de estar en las comunidades celebrando los
sacramentos y atendiendo las necesidades de los hermanos. Pero sobre
todo agradecerle al Señor por su inmenso Amor y por llamarme a su
servicio.
R.D.F: Agradecer a Dios que camina siempre al
lado de cada uno y nos provee de todo lo que necesitamos, especialmente de su
amor incondicional. Con este servicio toda mi familia queda a los pies de Jesús
para nacer de nuevo, conformándonos por su gracia a Jesús servidor en la
familia de Nazaret.
(Fuente Cidal Web)
No hay comentarios:
Publicar un comentario